Según una enfermera, por este motivo nunca debería programar varias alarmas para despertar

Despertarse a tiempo para cumplir con las obligaciones diarias puede ser un desafío para muchos. Es común que las personas utilicen múltiples alarmas para asegurarse de levantarse, pero, ¿es esta una práctica saludable? Según una enfermera, programar varias alarmas puede tener efectos negativos significativos en la calidad del descanso y en la salud general.

Las alarmas múltiples: ¿Amigas o enemigas del buen despertar?

En la era de los smartphones y las aplicaciones de alarma personalizables, es común programar múltiples alarmas para asegurar un despertar a tiempo. Sin embargo, Jordan Bruss, enfermera reconocida por sus videos sobre cuidados de la salud a través de su cuenta de TikTok, advierte que esta práctica aparentemente inofensiva podría estar causando más daño que beneficio, y su mensaje ha llevado a millones a reconsiderar sus hábitos matutinos.

La interferencia en el ciclo REM

Jordan Bruss explica en un video viral que ha captado la atención de casi un millón de usuarios en redes sociales que el uso de múltiples alarmas puede afectar negativamente el ciclo REM del sueño. “Si alguien configura múltiples alarmas, tengo malas noticias: despertarse de esa forma todas las mañanas altera el ciclo REM con frecuencia”, advierte Bruss.

El sueño REM (Rapid Eye Movement) es una fase crucial del descanso asociada con la consolidación de la memoria, la regulación emocional y la recuperación física. Al interrumpir repetidamente este ciclo con alarmas sucesivas, se interfiere con procesos vitales para el bienestar diario. La falta de un ciclo REM completo puede resultar en una sensación de cansancio y desorientación al despertar, afectando la capacidad de concentración y el estado de ánimo durante el día.

El impacto hormonal del estrés matutino

Bruss también destaca que el problema no se limita a la interrupción del ciclo REM. La repetición de alarmas desencadena una serie de efectos negativos en el organismo: “Esto en realidad provoca inercia del sueño, aumento de la somnolencia, fatiga, cambios de humor y también eleva los niveles de cortisol”.

El cortisol, conocido como la “hormona del estrés”, juega un papel fundamental en la respuesta de “lucha o huida”. Cada vez que suena una alarma, el cuerpo libera esta hormona, preparándolo para enfrentar un peligro inexistente. “Despertarse así varias veces en la mañana es muy estresante”, advierte Bruss. Este estrés repetido puede tener efectos acumulativos a lo largo del tiempo, contribuyendo a problemas de salud más serios, como la hipertensión y la ansiedad.

La difícil ruptura con un hábito placentero

A pesar de las advertencias de Bruss, muchos usuarios encuentran difícil abandonar el hábito de programar múltiples alarmas. Los comentarios en el video viral reflejan esta complejidad. “Pero cuando se vuelve a dormir después del primer aviso es la mejor sensación”, confiesa un usuario, destacando el placer culposo asociado con las alarmas múltiples.

Otros intentan justificar la práctica: “Se programa deliberadamente una ‘prealarma’ para interrumpir el sueño profundo y permitirse otros 10 a 15 minutos para relajarse antes de que la alarma real lo haga levantar”. Algunos reconocen el problema, pero admiten su adicción: “Sé que es malo, pero no puedo parar”. Incluso los padres aportan su perspectiva única: “Mis hijos son mi alarma. Yo diría que el llanto de los niños provoca mucho más cortisol que una alarma”.

Bruss sugiere que la mejor forma de despertarse es establecer una rutina de sueño consistente y usar alarmas de luz gradual que imiten el amanecer. Estas alternativas pueden ayudar a despertar de manera más natural y menos abrupta, reduciendo el impacto negativo en el ciclo REM y los niveles de estrés.