Cómo hacer
Truco casero para remover las manchas de la vajilla con vinagre
De esta forma, los platos blancos recobrarán su color original.
La elegancia de las vajillas blancas no tiene comparación, por eso muchos hogares las guardan para ocasiones especiales, pero con el paso de los años, los platos, pocillos, tazas y bandejas, van perdiendo su brillo y color deslumbrante, tornándose de una apariencia amarillenta. Por fortuna, existe una fórmula casera efectiva para devolver el brillo perdido a las vajillas.
Se trata del vinagre de alcohol, que si está mezclado con bicarbonato de sodio, o solo desinfecta superficies, también las ayuda a blanquear con excelentes resultados.
El vinagre de alcohol, es un limpiador natural, que tiene una concentración de 3% a 5% de ácido acético, diluido en agua y, además, tienen pequeños porcentajes de ácido tartárico y ácido cítrico. Por esta razón, es un compuesto apto para limpiar objetos de cristal y porcelana, como las vajillas.
A pesar de lavar constantemente los platos, utilizando detergentes comerciales, esto no evita que con el tiempo pierdan su brillo y color. Pero, una sesión de limpieza con vinagre, siguiendo estos pasos, los renovará.
Antes que nada, realice todo con guantes, para evitar afectar la piel. En primer lugar, se debe lavar la vajilla de manera común, con una esponja y detergente para quitar la suciedad superficial.
Luego, llenar un balde o un recipiente mediano, en el que quepa la vajilla, con agua caliente y sumergir allí todos los platos que se vayan a limpiar. Al tener todo sumergido, se añade una cucharada (15 ml) de bicarbonato de sodio y otra cucharada de vinagre blanco por cada taza de agua utilizada.
Se deja la vajilla sumergida con el compuesto durante 1 o 2 horas, para que actúe sobre las manchas más profundas. El proceso se puede repetir para mejores resultados. Al terminar el proceso, lavar con abundante agua, para evitar residuos.
Otro método de limpieza con buenos resultados, es crear una pasta para remover manchas, mezclan una cucharada de bicarbonato de sodio y vinagre blanco, o si se prefiere, sustituir por limón. La pasta se usa con la esponja de limpieza, de la misma forma que si se tratase de detergente, todo consiste en frotar los platos hasta dejarlo limpio y después lavar con agua.
Estas son alternativas económicas, menos tóxicas que un blanqueador de cerámica, que puede contener cloro y arruinar la porcelana esmaltada.