CORONAVIRUS
25 días en una UCI luchando contra el covid-19: la historia de un sobreviviente
Pese a estar en una UCI y en coma inducido, Juan Carlos Escobar logró recuperarse del temido coronavirus.
A través de un Facebook Live los usuarios de El País conocieron de primera mano la historia de Juan Carlos Escobar, un caleño de 49 años y padre de dos hijos que decidió contar su historia como superviviente del Covid-19. Estuvo 25 días intubado en Unidad de Cuidados Intensivos, tiempo del que dice no recordar casi nada, “solo sueños”.
Como le dijeron los médicos a su esposa, Juan Carlos fue uno de los cuatro de cada diez pacientes en UCI que logró sobreponerse a una enfermedad que ya cobró la vida de 505 personas en la capital del Valle. Se trata de un hombre que, en resumidas cuentas, quiere dar ejemplo de autocuidado y responsabilidad por medio de su propia experiencia.
Empecemos por el principio. Juan Carlos, ¿usted cómo se contagió y cuál fue desenlace de su historia?
No estoy muy seguro cómo contraje la enfermedad. Recuerdo que una semana antes del viernes 15 de mayo -fecha en la que me hospitalizaron- hice la rutina diaria, como salir a hacer el mercado, pero de un momento a otro empecé a sentir una ‘carraspera’ en la garganta. Decidí chupar bananas para que se me pasara, pero en la noche del mismo 15 de mayo sentí una fiebre que mi esposa no me pudo controlar y decidió llevarme al hospital inmediatamente.
Pero durante el tiempo en el que usted permaneció en unidad de cuidados intensivos -UCI- dice no recordar casi nada, que lo que vivió se lo contó su esposa y también su historia médica…
Claro, porque ni siquiera recuerdo la vez en la que me llevaron a la clínica. Le dijeron a mi esposa que debía hospitalizarme, porque yo era paciente sospechoso. Me tomaron la prueba el 15 de mayo y cinco días más tarde llegaron los resultados. Estuve en la clínica por 25 días, entre el 15 de mayo y el 19 de junio.
Tuvieron que someterlo a un coma inducido, porque no podía respirar más, ¿verdad?
Exacto. El domingo 17 de mayo le di la orden al médico para que me intubara; ese proceso me lo hicieron dos veces, pues el personal encontraba mi traquea bastante inflamada. Además, también sufrí un paro respiratorio. El doctor pendiente de mi caso le dijo a mi mujer: “Ojalá Juan Carlos esté dentro de los cuatro de cada 10 pacientes que superan esta etapa”. Según cuenta mi señora, durante esa etapa hasta tuve la oportunidad de que dejaran entrar un celular a la UCI para que las enfermeras me pusieran en línea con ella, mi esposa, aunque tampoco recuerdo nada de eso.
Eso debió implicar un duro golpe para su familia, además de que debió de cambiarle su percepción sobre la vida…
Mi hijo de 19 años entró en una crisis nerviosa. Lo mismo mi hermana, que hoy atraviesa un proceso psicológico bastante duro por ese episodio. Cuando logré salir adelante, me di cuenta de que uno se puede morir y no se da cuenta. También está el temor de que mi familia quedara desamparada económicamente. Además, cada vez que salgo a hacer vueltas me hago a la idea de que mi interlocutor tiene covid para estar a una distancia prudencial de él.
¿Qué siguió después de que le dieran de alta?
Después de salí de UCI, me enviaron a la zona de recuperación, en donde me inyectaron anticoagulantes durante nueve días. Por ese tiempo estuve bastante débil, pues el enfermero debía ayudarme en todo: a bañarme, a ponerme de pie y a alimentarme. El 9 de junio regresé a casa junto con dos balas de oxígeno, que afortunadamente no necesité, lo mismo que con el acetaminofén e ibuprofeno, pues no presenté vómito u otro síntoma que requiriera usar esos medicamentos. Solo tomé remedios caseros.
Juan Carlos, ¿y su familia se llegó a contagiar?
Aunque las pruebas dieron negativas para mis dos hijos, mi esposa si salió positiva, pero solo perdió el sentido del olfato, de resto no presentó ningún otro síntoma. Ella también guardó cuarentena en casa, aislada. Por mi parte, cuando regresé de la clínica, permanecí otros 14 días sin contacto alguno, por lo que conté con una incapacidad entre el 9 y 26 de junio.
¿Pero en algún momento se sintió estigmatizado, al menos por parte de sus vecinos?
Claro. Por mencionar un caso, después de que mi esposa le dijo al administrador de la unidad residencial que ella iba a entrar en confinamiento desde el 20 de mayo, nadie nos hacía el favor de recogernos la basura y los guardas ni se atrevían a hacer la ronda por nuestro apartamento. Incluso, mi esposa tuvo que llamar a la Policía para que nos brindaran el servicio y ayer radicamos una queja ante la Secretaría de Gobierno contra el administrador por discriminación.
¿Cómo es su vida diaria ahora? ¿Ya regresó a trabajar? ¿Lidia con secuelas que le haya dejado la enfermedad?
Yo trabajo en Indervalle en el área de control interno, pero ahora estoy laborando desde casa, pues tengo mi oficina en un segundo piso y en este momento me resulta muy difícil subir y bajar escaleras, dado que una de las secuelas que me dejó la enfermedad fueron dolores en las piernas, las rodillas y los dedos al doblarlos. Además, cada vez que salgo a hacer una vuelta, mi mujer siempre me acompaña para estar pendiente de mí.
¿Y qué tanto usa el tapabocas?
Lo llevo puesto en todas las circunstancias, en la casa, dentro del carro, salvo cuando estoy solo en mi habitación, que es cuando ya decido quitármelo.
Usted es una persona de 49 años, sin comorbilidades, pero definitivamente el coronavirus lo afectó de manera muy significativa…
Es que el covid no distingue entre edades, sexo o raza. Eso nos puede dar a cualquiera. A unos los afecta más que a otros. De hecho, yo cuento todo esto para que la gente vea que esto es una realidad, esto no es un juego, para invitar a la gente que lleve sus elementos de bioseguridad y respete el distanciamiento.
¿Por qué cree que la gente le tiene mucho temor a la intubación, como si asociaran ese procedimiento con la palabra ‘muerte’?
Lo que he leído es que el proceso de recuperación es bastante largo, porque el paciente puede llegar a tener problemas en las cuerdas vocales o en los tejidos blancos. Afortunadamente, nunca presenté nada de eso.
¿Pero qué cree que lo ayudó a salir adelante?
El acercamiento a Dios y la energía positiva. Soy bastante devoto a la Virgen de Fátima y al Señor de los Milagros. A eso se suma la importancia de que tu familia te tengan en cuenta en sus oraciones. Hasta me llegué a enterar que hubo conocidos en Australia y Estados Unidos que enviaron sus menores deseos.