Alarma en Calima-El Darién por licencias mineras en trámite, ¿qué dicen las autoridades?

Una fuerte polémica ha desatado el proceso de adjudicación que adelanta la Agencia Nacional de Minería, ANM, para entregar tres licencias de explotación en Calima-El Darién y sus alrededores.

El alcalde del municipio, Martín Alonso Mejía, aseguró que una decisión como esa atenta contra el medio ambiente y la economía del territorio, que depende del turismo.

“El área en donde planean explotar es de 3920 hectáreas, por lo que afectaría el nacimiento de los ríos Calima, Riofrío, Tesorito, Azul, Aguas Calientes y las quebradas La Linda y La Tigresa. Y como puede afectar al río Calima, también se verían las consecuencias en el lago, que luego se convierte en el río Bravo”, explicó el mandatario.

La primera licencia es para la zona que conecta Calima con el municipio de Riofrío, en donde nacen los ríos que llevan los nombres de estos municipios y que aparte comprende el Páramo del Duende.

La segunda se localiza en las veredas de El Tesorio, La Samaria, La Guaira y La Italia, donde se busca la extracción de metales preciosos, como oro, plata y platino. Y la tercera licencia es para obtener arena, grava y materiales de construcción.

“Lo grave es que en Colombia primero se entrega el contrato de concesión minera y luego se expiden las licencias ambientales. Y aunque todavía el proceso está apenas en adjudicación, debemos evitar que se concrete a toda costa. Hemos recibido el apoyo de la CVC, pero en esta situación lo que necesitamos es acciones que eviten la minería en el territorio”, aseveró Mejía.

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El proyecto debe pasar antes por el Ministerio de Ambiente, entidad encargada de dar o no el primer visto bueno. Y si llega a haber ‘luz verde’, entonces deberá surtirse otro filtro para adquirir las licencias a través de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales o la CVC, dependiendo del tamaño de la explotación medida en volúmenes.

Sin embargo, el Alcalde de Calima recordó que el municipio está comprendido dentro de la Ley 2da de 1959, que lo convierte en reserva nacional forestal del Pacífico.

“Eso implica que yo no pueda expedir una licencia de construcción, por lo que aquí solo puede haber una protección por el medio ambiente y algunos estudios hidrológicos. Y es paradójico que no nos permitan hacer una bocatoma de un acueducto para llevar agua a 2700 darienitas, pero que la Agencia sí tenga vía libre para otorgar licencias de explotación, sin importarle dicha Ley”, aseguró Mejía.

Por su parte, Jersaín Río Bravo, directivo de la Mesa Técnica de Calima por la Defensa de Nuestro Territorio, comentó que el proceso de adjudicación es “un despropósito con una región que ha sufrido de manera aberrante la violencia paramilitar. Calima está amenazada en su existencia, pues desarrollar minería en nuestro territorio es un verdadero crimen contra nuestro medio ambiente”.

El líder social agregó que esta coyuntura también “amenaza nuestra economía, porque acabar con las aguas es acabar con la agricultura y el turismo, las dos fuentes de nuestro ingresos. Somos una región turística, no minera”.