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Erradicación de Minas. | Foto: Foto: Especial para El País

JUDICIAL

Así avanza la erradicación de minas en el Valle del Cauca

A la fecha, los hombres del Batallón de Desminado, con sede en Palmira, despejaron manualmente 877.849 m2 en el departamento. Una misión que es ante todo un acto de fe y en la que no existe margen de error.

24 de julio de 2022 Por: Redacción El País

La única certeza que tiene el hombre del Batallón de Ingenieros de Desminado Humanitario No.6, que cuidadosamente se arrodilla sobre el terreno, es que en ese lugar hay un antecedente en el cual un campesino o un integrante de las Fuerzas Armadas resultó muerto o mutilado.

Su vida depende del chaleco antifragmentación que le cubre el pecho, un visor que le protege la vista y del cuidado con el que vaya levantando manualmente con una tijera el pasto y el material vegetal que cubre la superficie del suelo. Es literalmente ‘buscar una aguja en un pajar’.

Un acto de fe en el que centímetro a centímetro los 655 hombres y 2 mujeres que integran el escuadrón de desminado, con sede en el Batallón Agustín Codazzi de Palmira, han limpiado 877.849 metros cuadrados en zonas rurales del Valle del Cauca; el equivalente a diez veces el tamaño del estadio Pascual Guerrero de Cali.

Lo primero a tener en cuenta del desminado humanitario, explica el secretario de Seguridad del Valle, Walter Camilo Murcia, es que “a nivel mundial, Colombia es el segundo país con mayor sospecha de minas antipersona activas y a nivel nacional el Valle del Cauca está dentro de los departamento priorizados, debido a su alta sospecha de tener activos campos minados”.

“El Batallón Codazzi de Palmira, a cargo de nuestra Tercera Brigada, en cabeza del general William Fernando Prieto, viene haciendo un trabajo excepcional y con mucha valentía. Este año se han despejado 108.700 m2 habiendo sido priorizados lo municipios de Palmira, Pradera, Dagua, Buenaventura y Tuluá, una labor no solo loable sino fundamental para el control territorial y la tranquilidad de los vallecaucanos”, agrega el Secretario de Seguridad del Departamento.

Desde que empezó a operar esta unidad hasta la fecha, los integrantes del Batallón de Desminado Humanitario, al mando del teniente coronel Danilo Chaparro Chaparro, han logrado la destrucción en campos y montañas del Valle del Cauca de 29 minas antipersona, la recuperación de 12 artefactos de munición usada sin explosionar y la desactivación de 13 dispositivos explosivos improvisados.

El acuerdo de desarme

Producto de los ataques contra las tropas y las unidades militares en los años 70 y 80, el Estado colombiano importó minas antipersona que empezó a utilizar como táctica de defensa, con la autorización del Comando General de las Fuerzas Militares.

Con el mismo propósito de mantener alejado al enemigo, las organizaciones guerrilleras empezaron a fabricar minas antipersona artesanales que fueron sembrando por años en sus zonas de influencia, muchas de las cuales aún permanecerían activas y que son las que buscan y desactivan los hombres del desminado.

Pese a ser parte de la Tercera Brigada, quienes integran el Batallón de Ingenieros de Desminado Humanitario No.6 no portan más armas que las estacas con las que demarcan las zonas y el detector de metales que les permite ubicar algún elemento o explosivo hasta 20 centímetros de profundidad.

Eso les genera cierta vulnerabilidad y riesgos como el ocurrido en septiembre del 2020 en el corregimiento La Moralia, en Tuluá, donde disidentes de la columna Adán Izquierdo de las Farc retuvieron a 20 uniformados del Batallón de Desminado y los despojaron de todo el material.

Semanas atrás, hombres que también se identificaron como disidentes de la Columna Adán Izquierdo asaltaron otro batallón de desminado en el corregimiento de Naranjal, en el mismo municipio, donde fueron víctimas también funcionarios de la OEA que supervisaban las labores.

Aunque en ambas ocasiones el personal de desminado resultó ileso, sobre el campo minado no hay segundas oportunidades ni margen de error, por lo que deben cumplir horarios estrictos de trabajo y de descanso, según cuenta el sargento José Yecid Patiño Bustos, promotor en educación en el riesgo de minas antipersona.

“Se trabajan ocho horas; no se puede exceder del tiempo y contamos con la supervisión de la OEA para garantizar que hagamos bien el trabajo.
Son tiempos y procedimientos muy estrictos y en los que cualquier detalle que la OEA evidencie ordena parar las operaciones y devulve el personal a reentrenamiento para que se capacite de nuevo”, detalla el sargento Patiño.

De acuerdo con las estadísticas de la Dirección para la Acción Integral Contra Minas Antipersonal, Antioquia es el departamento con más afectaciones por minas con 2.632 víctimas; le siguen Meta, con 1146; Nariño, con 1.051; Norte de Santander, con 960, y Caquetá , con 948 víctimas. (Ver tabla anexa con datos del Valle)
En el departamento, el desminado ha permitido la reactivación del turismo en municipios como Pradera y Florida, y el desarrollo económico y social en otras zonas intervenidas.


“Es devolverle a la gente la confianza en sus propias tierras y les enseñamos a identificar señales de peligro como cambios en el suelo, vehículos varados o incinerados, o animales muertos. Igualmente, a identificar las señales que se utilizan en el desminado, a mantener comportamientos seguros y saber qué hacer si se encuentra una mina”, explica el sargento José Yecid Patiño, del Batallón de Desminado.

51 personas, 33 civiles y 18 uniformados, fueron víctimas de minas antipersona en el primer semestre del año. Dos de ellos murieron.

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