"Criminalidad no puede quedar rampante": Secretario de Seguridad del Valle sobre violencia en Buenaventura

Locales comerciales cerrados, calles menos transitadas, patrullajes policiales custodiando las fronteras invisibles trazadas por grupos criminales dedicados al microtráfico y mucho temor, ese es el panorama que se vive en Buenaventura luego del enfrentamiento, por más de tres horas, que se registró el pasado martes en el barrio Juan XXIII entre Los Espartanos y Los Shottas.

Camilo Murcia, Secretario de Seguridad del Valle, explicó cuál es la situación que se vive en Buenaventura, qué se está haciendo para frenar la ola de violencia en el Valle e hizo un llamado a la denuncia por parte de la ciudadanía, pues dice que “las autoridades no pueden trabajar solas si las personas no denuncian. Siempre hay alguien viendo pero mucha gente no denuncia”.

Luego de tres días del enfrentamiento entre las bandas Los Espartanos y Los Shottas, ¿cómo está la seguridad en Buenaventura?
Allá tenemos una utilización, tanto de menores como de jóvenes, para las rentas criminales. Por Buenaventura ingresa el 70 % de la mercancía del país pero también eso ayuda a que hayan unas rentas criminales muy definidas y que están directamente relacionadas con el narcotráfico.

Lo que pasa con las bandas Los Espartanos y Los Shottas, que nacen de la antigua estructura criminal de La Local, es que han sido muy golpeadas por parte de las autoridades, pues hemos capturado 260 personas que tienen una relación directa con las rentas criminales en Buenaventura.

Fue precisamente por esos golpes de las autoridades que La Local se desintegró y nacieron las dos facciones: Los Espartanos y Los Shottas, grupos que pelean por tener un control territorial y entre más débiles están, más violentos se vuelven. Es una correlación porque ellos quieren mandar el mensaje de que están vigentes. Tenemos claro que no podemos ceder espacio y que la criminalidad quede rampante en Buenaventura.

Ustedes dan golpes a estas organizaciones pero siempre hay nuevos delincuentes que toman las riendas. ¿Por qué?
Es un trabajo que se debe hacer en el primer anillo de la sociedad, es decir, el familiar. Es un trabajo de concientización de los jóvenes y padres. Por eso venimos trabajando en planes, y seguramente hay que fortalecerlos, pues hay que mostrar la oferta institucional para que los jóvenes no opten por tomar las armas.

Pero, ¿qué trabajo de este tipo se está haciendo en Buenaventura?
Allá se han hecho activaciones por parte de la Secretaría de Desarrollo Económico y se ha sembrado capital semilla. A los jóvenes se les ha dado la opción de una salida válida, pero son ellos los que tienen que tomar la decisión de no optar por economías ilícitas.

Un ejemplo claro de Buenaventura es que necesitan mano de obra calificada y algunas veces hay que hacer muchas convocatorias porque no se presentan. En la ciudad hay la opción de trabajar, pero muchos jóvenes se ven seducidos por las bandas criminales. Eso sí, no voy a decir que son todos los casos, en algunas oportunidades son amenazados y obligados a trabajar con estas organizaciones.

Debido a esto el actuar de la Policía no puede ceder porque imagínese cómo estaría Buenaventura si no lleváramos pie de fuerza. Los indicadores lo dicen, hay menos homicidios, menos hurtos y reducción de la extorsión. Sabemos que tenemos unos retos enormes, pero no podemos dejar de trabajar en la contundencia de las autoridades y en la oferta institucional para los jóvenes.

No nos dejemos permear por la ilegalidad porque ese nunca va a ser un camino, a pesar de que se consigue dinero supuestamente fácil y rápido, pero después se ve manchado de dolor y arrepentimiento.

Uno ve esos muchachos de 20 y 22 años condenados diciendo: me equivoqué. Yo no debí haber optado por esto. Me salí de la escuela de fútbol y de estudiar y aquí estoy encarcelado, pagando una condena de 20 o 30 años. Esas personas ya no van a recuperar esa juventud.

¿Cuántos jóvenes o menores hay en Los Espartanos y Los Shottas?
Lo que le puedo decir es que estas bandas han sido golpeadas, pues en sus estructuras sabemos que hoy hay muchos menos integrantes de los que había antes. Hemos capturado a 260 y son estructuras que les ha tocado salir a hacer reclutamiento. Por ese motivo la Fuerza Pública ha hecho presencia para impedir que sean reclutados y hacer el control territorial.

Lo mismo está pasando en el norte del Valle con Los Flacos, esta semana en una operación se logró capturar a 15 integrantes de esta estructura y dos de ellos tenían como prontuario haber cometido 30 homicidios.

Lo que queremos es que no haya una nueva generación de Los Flacos, ni de Los Espartanos y tampoco de Los Shottas. Queremos hacer la desarticulación, que no les quede otro camino que sea someterse a la justicia y que vean que la ilegalidad no es un camino.

Ya pasó una semana de la masacre de tres personas al interior de una vivienda en Buga y estamos cerca de que se cumplan ocho días del hallazgo de un cuerpo desmembrado, ¿qué avance se ha tenido en las investigaciones?
Sé que hay una línea de investigación fuerte y que se va a esclarecer el triple homicidio, el atentado contra una pareja y el cadáver desmembrado. Sé que hay operativos en curso pero en poco tiempo habrá resultados.

El desmembramiento es un actuar delictivo que nos quedó como legado del narcotráfico, es un mensaje que se envían entre bandas. La correlación es que si soy muy violento es porque necesito mandar un mensaje de que estoy fuerte, cuando en realidad he sido golpeado por las autoridades y estoy debilitado.

¿La persona desmembrada en Buga tenía antecedentes judiciales?
Entiendo que la persona hallada desmembrada en Buga sí tenía antecedentes judiciales y la que se halló, bajo las mismas circunstancias, a inicios de esta semana en un cañaduzal de Andalucía era extranjera y está por determinarse su identidad.

Algunas veces los extranjeros entran al país en el marco de la ilegalidad y por eso no se puede establecer de manera inicial su identificación, es por este motivo que todavía no sabemos si tenía antecedentes judiciales.

¿Cómo se está trabajando para evitar el ingreso de estupefacientes al departamento?
El Valle es uno de los departamentos que le aporta más del 50 % de las incautaciones de droga al país. Nosotros le hemos apuntado a la afectación de las grandes estructuras o grupos delincuenciales que son los que dinamizan y pretenden tener control territorial en el departamento y con ello garantizar las rentas ilícitas como lo son el tráfico de estupefacientes, la minería ilegal, renta de microtráfico y extorsión.

¿Es suficiente el pie de fuerza que hay en el Valle del Cauca?
Yo creo que siempre es necesario el fortalecimiento, pues en un país como Colombia no vamos a tener los estándares necesarios para la delincuencia que tenemos.

Lo más importante es optimizar el pie de fuerza que ya existe y adicional a eso mejorarle sus capacidades porque para qué tenemos más policías si no contamos con motocicletas o los suficientes radios de comunicación.

Mi apuesta es tener los uniformados necesarios y tenerlos bien, con todas las capacidades operativas, pues no tiene sentido tener muchos y no contar con equipos.

¿Qué es lo que más le preocupa de la seguridad del departamento?
Es la necesidad de consolidar o apropiarse de una cultura ciudadana de la seguridad y la convivencia. Dentro de esa cultura debe estar la denuncia, pues muchas veces sabemos qué está pasando pero por miedo no lo hacemos. Al abstenernos formamos parte del problema y no de la solución. Hay números privados de la Policía donde se guarda la reserva de los denunciantes.

Pero las personas no denuncian por miedo y por amenazas de muerte. Además, dicen que muchas veces las autoridades no actúan...
Yo siento que eso es como las leyendas urbanas y se crea un sofisma que dice que nada funciona y poco a poco se vuelve una realidad, por lo que nadie llama a denunciar.

Hoy quién no tiene un teléfono a la mano para grabar y tomar una foto, no solo de un hecho delictivo, sino de cualquier situación noticiosa que se presente. Siempre hay alguien viendo, pero mucha gente no hace nada.

Yo no le pido a la gente que vaya y ponga la cara, que entregue su dirección y cédula, pero que si que haga la denuncia y la pongamos en conocimiento de las autoridades, eso es cumplir con el deber ciudadano porque las autoridades solas no pueden hacer el trabajo, necesitamos la colaboración de las personas.

Los líderes sociales me dicen que si denuncian los matan, pero uno puede mandar un WhatsApp a la Policía y esa es una línea investigativa.