¿Debe renunciar? Análisis de las salidas en falso de Irene Vélez, ministra de Minas de Petro

“una ministra con un perfil académico y una trayectoria inconsecuente con las demandas objetivas y reales del ministerio no tiene la capacidad ni las competencias, y ha generado una desconfianza profunda en el sector y en la opinión pública”.

Así analiza el consultor político Álvaro Benedetti las polémicas que han rodeado a la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, quien se ha convertido en la figura más criticada del Gobierno de Gustavo Petro.
No más el lunes recibió un llamado de atención en el Congreso por leer la intervención que estaba haciendo en el recinto de sesiones, lo cual es prohibido por la Ley 5 del Legislativo.

Ante ello, el Presidente salió en su defensa desde Twitter: “En las ganas de burla y de destruir una ministra capaz y honesta, que no congenia con la cooptación del ministerio por intereses particulares, se están escondiendo verdaderas y grandes informaciones que la ciudadanía tiene derecho de conocer, pues se trata de asuntos públicos”.

Sin embargo, ese no ha sido el único incidente que ha enfrentado Vélez, también criticada, aunque en un plano más light, por usar tenis durante la visita de Ministra de Industria y Turismo de España.  Luego, en el Congreso Nacional de Minería propuso que otros países decrecieran su economía para reducir los impactos ambientales, lo cual generó fuertes críticas.

Semanas después, la Ministra vallecaucana aseguró que el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de Combustible era de $10.000 billones cuando correspondía a $10,49 billones, llevando a varias personas a poner en duda su capacidad para estar al frente de la cartera de Minas y Energía.

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Para el analista político Jhon González, Irene Vélez “realmente debería renunciar porque no está preparada para el cargo y cualquier dilación en sostenerla puede atentar contra la sostenibilidad energética y económica del país. Sus publicaciones sobre temas de energía son cruzadas ambientales y políticas sin sustento técnico”.

Esa posición es coincidente con la del consultor Benedetti, quien agrega que “generar inestabilidad con pronunciamientos erróneos no conviene en estos momentos de adaptación y formulación del Plan de Desarrollo”.
No obstante, no descarta que se le debería dar un compás de espera por “la línea de transformación, en términos ideológicos y técnicos de la industria de los hidrocarburos, de las minas y todo el sistema energético”.

“La línea de la Ministra es revolucionaria, y creo que ahí hay un argumento fuerte”, reconoce.

Entre tanto, otros analistas sostienen que Vélez sí cumple con el perfil para el cargo y c onoce el sector desde enfoques diferentes a los que se han manejado en el país, que es lo que el actual Gobierno Nacional pretende.

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Sin embargo, para el politólogo Alejandro Echeverry el problema está en que la funcionaria “debe entender que está en un mundo político donde las formas de relacionarse y de interpretar la realidad son diferentes; no puede seguir pensando, como piensan los académicos, que la realidad debe llegar a ellos, sino que ellos tienen que ser parte de la realidad, comprenderla y transformarla”.

Y va más allá: “Le falta un buen asesor en términos de relacionamiento, un analista político que le muestre los escenarios que debe enfrentar y cómo debe abordarlos. Su equipo no debe estar acostumbrado a estas dinámicas de la realidad política y más en un mundo de redes sociales donde la información es instantánea. Creería que, si puede subsanar esos elementos, la Ministra no debería renunciar”.

De su lado, la directora de la firma consultora ‘Yo quiero ser diplomático’, Astrid Camelo, apunta que, más allá de renunciar, Vélez debería trabajar en sus competencias de relacionamiento con el público. Es más que apta para la cartera, pero le juegan factores en contra. Sería interesante averiguar quiénes son los malos asesores de la ministra”.