Escombrera de la 50: un 'monumento al abandono' que Cali no ha podido cerrar en 12 años, ¿por qué?

Nadie camina por el andén exterior de la Estación de Transferencia de la Carrera 50, al suroriente de Cali, ya sea porque la tierra que desprenden los escombros que allí son llevados es molesta para los ojos y la respiración o porque los residuos de construcción también tienen copada la acera por culpa de los habitantes de calle, que han dañado la polisombra que la rodea para escarbar entre estos.

Las personas tratan de evadir el lugar por la molestia que les genera, pero cada cierto tiempo la escombrera recobra importancia gracias a los residentes de Mariano Ramos, quienes de forma recurrente hacen protestas para pedir que la escombrera sea vaciada.

“No podemos estar tranquilos en la unidad deportiva de Mariano Ramos porque llegan esas volquetas y mueven los escombros, entonces todo ese polvo se viene a las personas que estamos haciendo deporte. Los que pasan por la carrera 50 también se ven afectados por los derrumbes que muchas veces se han presentado”, relató el vicepresidente de la JAC del barrio Mariano Ramos, Jorge Segura.

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También está el impacto visual, porque el aspecto que genera la estación de transferencia es deplorable —según el líder ciudadano— para las personas que se mueven por allí.

Pero no es la primera vez que se hacen estos comentarios, el problema viene de muchos años atrás. El lote fue escogido para la escombrera en abril de 1998 cuando se acordó con el Sindicato de Carretilleros de Cali para que se depositaran allí los Residuos de Construcción y Demolición (RCD).

Diez años más tarde ya el lugar era una gran carga contaminante para la ciudad, por lo que en agosto del 2010 el Juzgado Tercero Administrativo de Cali ordenó su cierre.
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Desde ese momento, por Cali han pasado tres alcaldes en cuatro periodos administrativos, se han firmado varios contratos con terceros y se han invertido miles de millones en el vaciado de la escombrera, pero, a pesar de todo, allí continúa la ‘pared’ de residuos.

“Yo pienso que lo que hay aquí es falta de voluntad política, no ha habido concurrencia entre las instituciones para resolver algo que ha tenido las soluciones a la mano”, manifestó Luis Alfonso Rodríguez Devia, director del Dagma en la Alcaldía de Armitage.

Justamente era el Dagma el organismo inicialmente encargado de cumplir con la sentencia, y lo fue hasta enero del 2017, cuando la obligación pasó a manos de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos de Cali, Uaesp.

Rodríguez Devia contó que la primera Alcaldía de Jorge Iván Ospina, que terminó en 2011, casi logra el cierre de la estación de transferencia. “Tenían un predio muy cerca a Navarro que se llama La Corbata, pero la CVC se opuso y lo declaró una zona hídrica porque ahí había unos humedales”, comenta.

Rodrigo Guerrero mantuvo el lote de la carrera 50, pero en 2016, ya con Armitage, se intentó nuevamente cumplir con el cierre.

“Nosotros teníamos un sitio perfecto en la antigua estación de buses de la Verde Plateada, en la avenida Simón Bolívar, pero hubo un cabildo popular que el Alcalde promovió para solucionar unas protestas de la gente, porque ellos no querían tener eso ahí. Con ese cabildo se cerró esa posibilidad, creo que haberlo hecho fue un error”, agregó el exdirector del Dagma.

La Unidad de Servicios Públicos de la ciudad quiere cumplir con la sentencia y cerrar definitivamente el lote de la carrera 50 entre los meses de mayo y junio.

“En este momento tenemos un proyecto en el que contamos con dos posibles sitios para colocar allí la estación de transferencia. El primero es un predio que está cerca a la Ptar de Cañaveralejo, en la parte de atrás, y el otro sería en Navarro, en una parte del lote de La Corbata. La idea es mover la estación a uno de los dos momentáneamente, mientras se termina de ejecutar el parque de aprovechamiento, que realmente no va a alcanzar a estar listo este año”, sostuvo Diego Fernando Cortés, director de la Uaesp.

La elección está en manos del Departamento de Planeación. Alrededor de $ 1800 millones costará el proceso de cerramiento del muro perimetral en ese nuevo espacio para el alojamiento transitorio de los residuos RCD.

Este proceso ya lo intentó esta Administración el año pasado, cuando iban a trasladar los escombros a un predio en Pízamos, pero la comunidad protestó y no dejó que se hiciera.

En la Escombrera de la Carrera 50 hay espacio para 10.000 toneladas de residuos. En promedio, ingresan todos los días entre 250 y 300 toneladas.

“Todos estamos de acuerdo con que se cumpla la sentencia vigente, pero ese es un proceso que no van a hacer de la noche a la mañana, esa es la verdad, y allí es donde han fallado ellos”, expresó Gloria Hidalgo, presidenta de la Asociación Mutual Eco-ambiental, antes Sindicato de Carretilleros de Cali.

Pero el Director de la Uaesp aseguró que la comunidad puede confiar en que esta será la intervención definitiva.

De acuerdo con el funcionario, este año se cumplirá con el deseo de completar el proyecto del jarillón y el parque lineal en la carrera 50, con lo que se acabaría la pesadilla para los residentes de Mariano Ramos.

“Está trabajando de la mano toda la institucionalidad. Anteriormente, con el lote de Pízamos, la Secretaría de Vivienda quería usarlo para un proyecto y nosotros para el nuestro, a la final no se pudo. Ahora todos estamos coordinados”, dijo Diego Cortés.

Pero, aun con esto solucionado, las investigaciones de la Personería local contra los funcionarios por el presunto incumplimiento de la sentencia durante todo este tiempo continúa.

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Harold Cortés, personero de Cali, detalló que “se están investigando tres funcionarios, dos directores del Dagma y uno de la Uaesp, anteriores y actuales. El proceso se encuentra en cierre de investigación disciplinaria y allí el operador deberá evaluar si archiva o profiere pliego de cargos”.

Frente a la incapacidad de cerrar la escombrera durante tantos años, el Personero señaló que “es una desidia y un abandono total que se ha venido presentando por parte de las administraciones. El manejo que se ha dado ha sido carente de respeto por el medio ambiente y por los caleños. Lo que hay es una burla de parte de las autoridades al no hacer nada por este cierre”.

En la Estación de Transferencia de la Carrera 50 se apilan los residuos de las construcciones de los caleños. Al ser el único punto avalado en Cali para esto, son los chaneros quienes deben llevar los materiales hasta este lugar. Reciben dicho nombre porque los vehículos que conducen se denominan chanas.

“Tenemos en total 182 chaneros, pero estamos esperando que organicen unas chanas nuevas para que todos tengan su respectivo vehículo”, explica Gloria Hidalgo, de la Asociación Mutual Eco-ambiental, la cual agrupa a los chaneros.

Las personas que realicen obras en sus viviendas deben llamar a los gestores autorizados de RCD (Asociación Mutual Eco-ambiental / 350 352 1158 y 350 351 9411) o a los operadores de aseo (Línea 110 o la empresa que opera en tu sector) para la recolección de los escombros.

Una vez en la carrera 50, empresas privadas contratadas por la Alcaldía son las que transportan los RCD hasta los puntos de disposición final autorizados por la CVC en el Valle y por la CRC en el Cauca. Para el caso de Cali, hay tres puntos que reciben la mayoría de los residuos, dos en Candelaria (predios Villa del Carmen y Filadelfia en el corregimiento de El Carmelo y predio El Apretadero en el corregimiento de San Joaquín) y uno en Puerto Tejada (ver mapa a continuación).

“Esos lotes posiblemente están en hundimiento, entonces lo que hacen es que ubican en ese hundimiento el material, después lo tapan, lo compactan y ya nivelan el terreno con el suelo a su alrededor”, explica el director de la Uaesp.