Esto revela encuesta del Cdav sobre opciones para mejorar movilidad en Cali

Mejorar el transporte público en Cali, teniendo otras alternativas de desplazamiento diferentes al MÍO (como un tranvía, un metro y el MÍO cable), es la principal solución para mejorar el problema de movilidad que enfrenta la ciudad.

Así lo reveló la más reciente Encuesta de Movilidad Segura y Sostenible elaborada por Centro de Diagnóstico Automotor del Valle, Cdav, que se realizó a 2933 caleños mayores de 18 años, que fueron seleccionados de manera aleatoria en toda la ciudad.

Según Carlos Santacoloma, gerente del Cdav, “si bien, la ciudad necesita reparar vías y tapar los huecos, estos resultados demuestran que para los caleños, la principal solución para disminuir los problemas de movilidad ya no es construir más infraestructura para los vehículos”.

Y agregó: “Entonces, decisiones que se han venido tomando en la ciudad, como la de fortalecer el transporte masivo y promover espacios para que la gente pueda caminar y montar en bicicleta, han sido positivas”.

Entre tanto, Henry Martin, subsecretario de Movilidad Sostenible de Cali, aseguró que apostarle a medios de transporte públicos a gran escala, como la construcción de un tren de cercanías, sería un proyecto que pondría a la ciudad en otro nivel.

“Imagínese que Cali recibe diariamente mucha población flotante de ciudades como Yumbo y Jamundí, entonces todo ese flujo aumenta la cantidad de vehículos que entran a las mismas vías de siempre. Con el tren, que utilizaría vías exclusivas, se reducirían los tiempos de desplazamiento de la población”, manifestó Martin.

Además, el funcionario aseveró que para que la gente vuelva a creer en el MÍO, este deberá ser más eficiente. “Entonces, es clave la apuesta que se está haciendo en este gobierno para recuperar el sistema y buscar la flota necesaria para que sean se puedan cumplir los tiempos de desplazamiento de las rutas”.

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De hecho, en la encuesta de Movilidad Segura y Sostenible realizada por el Cdav, se puso en evidencia que el MÍO es el medio de transporte que los caleños más utilizan para desplazarse, con un 32 % de las respuestas, seguido por la moto (con el 22 %), el automóvil (con el 14 %) y la bicicleta (con el 7 %).

Al respecto, John Freddy Bustos, coordinador de Integrados - una fundación de asesorías en proyectos urbanos- señaló que además de mejorar el MÍO, se le debe apostar a los subsistemas de transporte, como es el caso de las bicicletas públicas.

“Estas tienen como propósito solucionar los problemas de micromovilidad en el sistema ya que resuelven trayectos muy cortos de desplazamiento -de cinco kilómetros máximo- y permitirán conectar de manera eficiente espacios a los que las troncales del masivo no llegan en la ciudad, lo que mejorará la frecuencia del sistema”, indicó Bustos.

De acuerdo con Carlos Santacoloma, gerente del Cdav, hoy la ciudad cuenta con 105 kilómetros de cicloinfraestructura, que se ha construido en medio de muchas críticas y dificultades. Además, se espera que durante esta Administración se puedan construir 192 kilómetros.

“Sin embargo, falta conectar muchas ciclorrutas que se han hecho en diferentes tramos por parte del Cdav, Metrocali y las secretarías de Movilidad e Infraestructura”, precisó el funcionario.

Para John Freddy Bustos, coordinador de Integrados, una vez se pueda lograr esto, el siguiente paso es hacer que las personas utilicen estas redes, lo cual se puede lograr con el mejoramiento de las condiciones de confort para los ciclistas, como es el caso de la cobertura arbórea, la cual permitirá que estos se puedan movilizar por zonas en las que estén protegidos de los rayos del sol.

“Además, es clave que se mejore el tema de seguridad para los ciclistas con el fin de evitar los robos”, dijo Bustos.

Por último, James Gómez, analista en seguridad vial y representante de la firma Urbavial, aseguró que cada vez más hay una tendencia por utilizar la bicicleta como un medio alternativo de transporte y, en este sentido, hay que ir interiorizando la cultura de la bicicleta y darle a los ciclistas la importancia que merecen.

“Hoy en día son más quienes respetan a los ciclistas que quienes los agreden. Unos lo hacen a regañadientes y otros por convicción, pero la ciudad está cambiando y las personas van asimilando la cicloinfraestructura. Lo que uno esperaría es que, a futuro, uno pueda encontrar las ciclorrutas con una línea blanca sin ningún elemento divisorio”, explicó Gómez.