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GUSTAVO PETRO

'Guerra sucia' en ascenso: ¿por qué se degradó la campaña presidencial y cuáles serán las consecuencias?

Las candidaturas se acusan entre sí de diseñar estrategias de guerra sucia para desacreditar a otros aspirantes frente a los electores. Analistas indican que los ataques podrían incrementarse a medida que se acerque el día de los comicios.

15 de mayo de 2022 Por: Redacción de El País
Gustavo Petro y Federico Gutiérrez, candidatos presidenciales. | Foto: El País

Conforme avanza la campaña por la Presidencia, ataques, infiltraciones y calumnias parecen haber asaltado todas las candidaturas.
Lo más inquietante, de acuerdo con analistas, es que esta ‘guerra sucia’ mina la confianza de los colombianos y podría incrementarse en caso de celebrarse una segunda vuelta.

“Lo que hemos presenciado, especialmente durante el último mes, es preocupante: El debate electoral se está dando con un tono bastante violento y con unos ataques muy fuertes entre los candidatos. Vivimos en un país muy violento y cuando los discursos se llenan de odio y las narrativas son alrededor de este, puede haber unas repercusiones muy fuertes”, dice la consultora y docente en comunicación política María Alejandra Arboleda.

De acuerdo con ella está el sociólogo y docente de la Universidad del Rosario Carlos Charry: “Estamos cayendo en un escenario de campaña sucia donde el rumor empieza a jugar una especie de factor determinante que hace que se generen incertidumbre y dudas en el electorado”.

Los expertos explican que una campaña sucia se basa en utilizar información negativa y de carácter infundado contra el adversario político.

“Utilizan tergiversaciones e invenciones buscando generar ira, dolor, miedo, desesperanza en el electorado para que este vote, no a favor, sino en contra de cierto candidato”, dice al respecto la también consultora y docente en comunicación política Nury Astrid Gómez.

Eso sí, señalan que a la hora de hablar sobre estrategias de campaña es importante diferenciar las que son negativas de las sucias.

“La campaña negativa se trata de ataques entre campañas, pero con información verdadera, verificada, y que además puede ser corroborada”, explica Charry.

Los casos

Para ejemplificar el concepto de campaña sucia, Arboleda señala un episodio en el que, seguidores del candidato Gustavo Petro, en medio de una manifestación, llevan a cabo el funeral simbólico de Federico Gutiérrez y cargan en los hombros un ataúd de cartulina negra.

El hecho fue grabado y compartido en redes sociales por el senador Gustavo Bolívar, quien se acerca a los simpatizantes del Pacto Histórico y les pregunta: “¿A quién están enterrando, compañeros?”, a lo que ellos responden despreocupadamente: “A ‘Fico’ y a Uribe”.

“Ahí vemos cómo se pasa de frases como ‘vamos a enterrar al otro’ a hacer ese tipo de eventos. Ese componente simbólico es muy fuerte. Insisto, vivimos en un país con una historia de violencia. Además, el hecho fue compartido por Bolívar y en ningún momento pidió disculpas o se arrepintió”, advierte Arboleda.

Al recurrir a la campaña sucia, los candidatos pierden la oportunidad de centrar la discusión en sus propuestas y de captar al electorado que le apuesta a la reconciliación.

Pero este no es el único caso. En días pasados la fórmula vicepresidencial de la coalición Pacto Histórico, Francia Márquez, fue objeto de calumnias al vinculársele con grupos armados al margen de la ley.

El acontecimiento escaló ante la Corte Suprema de Justicia, ya que la candidata denunció al representante a la Cámara Gabriel Vallejo Chujfi, del Centro Democrático, por dicho pronunciamiento.

Días después, el congresista escribió en su cuenta de Twitter: “Luego de haber llegado a un acuerdo conciliatorio, quiero expresar que no puedo afirmar que Francia Márquez tenga vínculos con el ELN ni con ningún grupo terrorista al margen de la ley. Pido excusas públicas a ella por los perjuicios ocasionados con mis afirmaciones”.

Pero Vallejo no fue el único que incurrió en ese señalamiento. También lo hizo Juan Diego Gómez, actual presidente del Senado.

Ahora bien, la aspirante a Vicepresidenta también ha sido blanco de agresiones personales por su procedencia y su apariencia, aseguran los analistas.

Infiltraciones

Revuelo causó igualmente la noticia de que el Pacto Histórico habría infiltrado personas a la campaña del candidato Gutiérrez, como lo aseguró Luis Felipe Henao, jefe de debate del candidato de Equipo por Colombia.

“La campaña de Federico Gutiérrez está denunciando a nivel nacional los constantes actos delictivos de los cuales está siendo víctima. El último de ellos, la confesión de parte del abogado Miguel Ángel del Río donde señala a varios medios de comunicación que infiltró la campaña, eso solo se puede hacer por orden judicial y es un delito según el artículo 191 del Código Penal”, aseveró Henao.

Del Río, a su vez, explicó que él no había “dado la orden ni la autorización, ni la directriz de que personas que trabajen con nosotros ingresen a campañas políticas de adversarios con el propósito de espiarlos o infiltrarlos”.

Asimismo, se ha cuestionado a la electa senadora por el Pacto Histórico Isabel Zuleta, a quien se le oye en un video dirigirse a un grupo de personas: “A Fajardo lo ‘quemamos’ y fue una tarea dura, en Procuraduría, Contraloría, demostrar que ese tipo no puede estar en la Presidencia”.

“Es muy peligroso cuando acabar o ‘quemar’ en entes judiciales o de control se vuelve una estrategia electoral”, advierte Arboleda y agrega que “si estas entidades tienen que hacer algo, que sean ellas las que lo hagan”.

Lo dicho por la nueva congresista generó también el rechazo del Candidato de Equipo por Colombia, quien aseguró que se trataba de un episodio de campaña sucia.

“Eso es lo que ellos (el Pacto Histórico) quieren. Quemarlo todo, quemar a Colombia, así como el Clan del Golfo, que es hoy su mejor aliado (...) Así como sus amigos del ELN”, expuso el aspirante a la Presidencia.

Ahora bien, en varias oportunidades Gutiérrez ha asegurado que la coalición liderada por Gustavo Petro tiene nexos con grupos ilícitos.

“Toda información que se emita y que no pueda ser corroborada o comprobada debe ser considerada como una forma de campaña sucia. Las campañas deben tener la grandeza y la rectitud de que, si van a hablar en contra de un candidato, esa información pueda ser respaldada con hechos”, manifiesta Charry al respecto.

Los analistas aseguran que la mayoría de las candidaturas están recurriendo en la campaña sucia. Sin embargo, los ataques de algunos tienen mayor visibilidad mediática.

¿Por qué hay campaña sucia?

“Estamos viendo ataques tan fuertes y las campañas han llegado a este punto de estrategias porque quizás se están dando cuenta de que están tocando techo en la capacidad de crecer”, considera Arboleda.

Adicionalmente, Gómez explica que, por un lado, los aspirantes a ocupar la Casa de Nariño están desarrollando, más que una campaña electoral para ganar, una para no perder.

En segundo lugar, la analista expone que el panorama de polarización que atraviesa el país, en especial después de los resultados del plebiscito por la paz, ha fomentado este tipo de estrategias.

“Actualmente no hay chance para la discusión ni para el diálogo, ni siquiera para poder generar unas conversaciones inteligentes, sino para el ataque y para promover una posición o a favor o en contra”, señala.

Todavía más grave, dice Charry, es que la campaña sucia podría ser aún más fuerte en caso de que haya segunda vuelta.
“Están calentando motores, la polarización, las noticias falsas y los ataques van a ser el pan de cada día del electorado”, apunta.


Y, ciertamente, también hay consecuencias para el electorado. Desde un primer punto de vista, coinciden los analistas, los presidenciables pierden los votos de quienes le apuestan a la reconciliación del país, así como también malgastan la oportunidad de compartir sus propuestas.

Y, desde otro ángulo, los votantes podrían adoptar posturas radicales y de irrespeto para con quienes no simpaticen con su candidato.

“El electorado quiere líderes que demuestren reconciliación, un cambio y ese deseo de construir un país donde nos podamos entender entre todos, sin importar las diferentes posturas políticas”, opina Arboleda.

Por su parte, Gómez reclama la ausencia de unos códigos de ética en pro de la campaña positiva y sana: “Tener códigos de ética es la única forma de tener unos mínimos de respeto, deberían construirse. ¿Dónde está la responsabilidad del Consejo Nacional Electoral y de los partidos? Esto, más que un pacto de no agresión, es un pacto con la sociedad”.

No le haga el juego

De acuerdo con la consultora y docente en comunicación política María Alejandra Arboleda, estos consejos les pueden ayudar a los electores a no caer o dejarse contagiar de la campaña sucia:

Evite compartir noticias falsas. Siempre verifique la información antes de compartirla con sus amigos o familiares.

Se debe conversar sobre política y es necesario hablar de los candidatos, sin embargo, procure que estos diálogos se den en un tono de respeto a la diferencia. No pierda amigos por política.

No aplauda ni justifique prácticas o estrategias de campaña sucia por parte de ningún aspirante a la Presidencia.

Evite estigmatizar o rotular a los simpatizantes de otra campaña. Por ejemplo, llamarles guerrillero, paramilitar. Eso solo incentiva la violencia.

Entienda que todos tenemos preferencias. Pensar diferente no lo convierte en enemigo del otro.

Exíjale a los candidatos una campaña limpia, lo cual va más allá de una imagen o propuesta.

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