ECONOMÍA
Los cinco retos que tiene Iván Duque en su último año de gobierno
La actual coyuntura social, económica y de salubridad amerita soluciones de fondo. Politólogos sugieren cambios para avanzar hacia la recuperación en 2022.
Los próximos doce meses del Gobierno de Iván Duque serán no solo decisorios para la economía, sino para la seguridad y en materia de salubridad, todo en medio de la pandemia del Covid-19, que aún se ignora cuándo finalizará.
Los analistas consideran que el jefe del Ejecutivo está obligado a reforzar sus políticas para la reactivación del Producto Interno Bruto, PIB, y la reducción de la inequidad social para evitar nuevas protestas. Politólogos como John González, prevén que esas manifestaciones no continuarán a medida que se acerquen las elecciones.
De igual manera, la Administración central, en su recta final, tiene el desafío de reacomodar las finanzas públicas, pero los expertos señalan que el margen de maniobra será poco.
Lea también: Las luces y sombras de los tres años del gobierno de Iván Duque
Esos son los cinco principales retos de Iván Duque en su último año:
Vacunación e inmunidad
Hasta ahora, el Gobierno colombiano ha vacunado contra el Covid-19 a 29 millones de personas, logrando que 12,4 millones tengan el esquema completo.
Pero aún falta terminar de superar el tercer pico de la pandemia, dado que los fallecimientos suman 122.000, mientras los infectados –desde marzo de 2020- alcanzan los 4,62 millones, cifra que aún es preocupante. Lo positivo es que la ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, ha bajado a un promedio del 70 %.
La inmunidad de rebaño se lograría a finales del 2021, aunque hay especialistas que estiman que llegará hasta inicios del 2022, con 35 o 37 millones personas vacunadas.
En ese sentido, el epidemiólogo e inmunólogo Manuel Ayala señala que “se deben seguir redoblando esfuerzos en vacunación y el reto más importante es precisamente alcanzar la inmunidad colectiva”.
Pone de presente que “en la medida en que lleguen nuevas cepas, como la variante delta (que ingresó por Cali hace dos semanas), es preciso que más personas sean vacunadas para detener las infecciones”.
Ayala destaca que bajo este desafío “se deben tener en cuenta los migrantes venezolanos, para que la vacunación cubra al 70 % de ellos”, y se busque, además, la posibilidad de fabricar vacunas en Colombia.
Afianzar la reactivación económica
Durante el 2020 la economía nacional retrocedió 6,8 % por causa de la pandemia, la cual arrojó la pérdida de 2,4 millones de empleos más un desplome exportador, comercial y en producción manufacturera.
Hoy, la reactivación avanza con cifras positivas en los precios del petróleo y el café, a la vez que la reapertura de fábricas y negocios comerciales continúa. Precisamente, uno de los desafíos debe ser la recuperación del empleo, ya que en junio del 2021 la tasa de desocupación entre las mujeres fue del 19 % y en hombres de 11,2 %.
Para los analistas, la aprobación de la reforma tributaria que cursa en el Senado podría ser positiva para cuadrar las cuentas fiscales. “Es urgente enviar señales de que las finanzas públicas son sostenibles. La Administración Duque debe asegurarse de que el Congreso de la República apruebe una reforma que le brinde los recursos que permitan complementar las otras formas de financiación para el año 2022”, destaca Julio César Alonso, director del Centro de Economía y Finanzas, Cienfi, de la Universidad Icesi.
Pero otros analistas vaticinan que la reforma será insuficiente, pues recaudaría $10 billones y no $15 billones.
Alonso anota que “es clave prevenir al máximo que no haya un retroceso sanitario con nuevos picos de la epidemia que impliquen confinamientos parciales o totales del país en próximos meses. En ese sentido, la vacunación es una de las mejores herramientas para la reactivación, pero no es la única”. Es decir, que se necesita financiación para las micro y las pequeñas empresas.
El Gobierno prevé un PIB del 6% en 2021, a pesar de la crisis.
Le puede interesar: Así empieza Duque su último año en el poder
Por soluciones sociales
El estallido social que generó el Paro Nacional del 28 de abril se prolongó hasta mediados de junio, dejando pérdidas por $14 billones a la economía y el empleo. El alzamiento fue protagonizado en especial por los jóvenes.
Debido al vandalismo y los bloqueos viales registrados a lo largo de 45 días de protestas, el Gobierno recurrió al uso de la Fuerza Pública, lo que ocasionó lesionados y muertes lamentables de manifestantes y uniformados en Cali y otras ciudades.
Para prevenir nuevos hechos de violencia, los analistas consideran que en los próximos doce meses el Gobierno debe afianzar los compromisos con los estudiantes a través de la consolidación de la matrícula cero, más subsidios a las familias vulnerables y apoyos en seguridad social y empleo.
Frente a lo que viene, el politólogo John González dice que “el Gobierno debe rectificar la situación socioeconómica a fondo, ojalá volviendo a niveles de la prepandemia”.
De todos modos, advierte González, “Colombia y América Latina están siendo arrastradas hacia una situación social explosiva por la injerencia extranjera, el desempleo y la crisis económica”.
Mayor despliegue de la lucha contra el narcotráfico
El narcotráfico y la violencia ligada al accionar de los grupos armados ilegales siguen generando preocupación en departamentos como Cauca, Nariño, Chocó, Santander, Antioquia y Arauca.
De allí, que la erradicación de cultivos ilícitos sea prioridad para lo que resta del actual Gobierno. Se estima que hay 160.000 hectáreas con siembras de coca, aunque los decomisos de cocaína y marihuana han aumentado.
Cabe recordar que, según el último Informe sobre Drogas de la ONU, Colombia continúa produciendo el 70 % de la cocaína a escala mundial, mientras que el 90 % de las incautaciones en Estados Unidos tienen procedencia desde nuestro país.
Sobre estos fenómenos, el experto en seguridad John Marulanda afirma que “en estos campos en los últimos tres años la situación se ha deteriorado por el asedio permanente hacia la Policía y el Ejército por parte de los enemigos de la institucionalidad”.
Debido a esto, subraya, “el Gobierno debe aplicar refuerzos, porque ha sido débil, lo mismo que en la defensa estratégica del país, al no contar con el presupuesto adecuado para enfrentar riesgos como los de Venezuela y Nicaragua”.
Anota Marulanda en lo que resta de la actual Administración es de suma importancia emprender una verdadera fumigación de cultivos ilícitos, “pues en los últimos tres años se ha fallado en ese sentido”.
“Entendemos las dificultades y consecuencias a escala internacional que esto implica (por el uso de glifosato), pero es el narcotráfico el que sigue alimentando con ese combustible este nuevo ciclo de violencia”.
El experto destaca que las próximas tareas del Gobierno se deben enfocar a mejores “decisiones operacionales para combatir a los narcoterroristas de las disidencias Farc y el ELN, que han venido aumentando su presencia, precisamente por el narcotráfico y la minería ilegal”.
Afinar las relaciones internacionales
No es un secreto que, tras la llegada del demócrata Joe Biden a la Presidencia de Estados Unidos, las relaciones de la Casa Blanca con el Gobierno de Iván Duque empezaron en un tono frío, después de las denuncias que se hicieron desde ese país por supuestas injerencias de miembros del Centro Democrático en las elecciones de la primera potencia mundial.
Sin embargo, tras el cambio de embajador de Colombia en Washington (Francisco Santos por Juan Carlos Pinzón) las cosas mejoraron al punto que el Mandatario estadounidense llamó a Duque el pasado 28 de junio, cuando, además le anunció la donación de seis millones de vacunas a nuestro país.
“Hubo un descuido, anota el internacionalista de la Universidad del Rosario Mauricio Jaramillo, “con algunos circuitos en el Departamento de Estado, el Congreso y algunas organizaciones no gubernamentales y el apoyo bipartidista. Todo ese apoyo debe recuperarse, en especial por la situación de los Derechos Humanos” a raíz del paro que tuvo lugar desde abril pasado en Colombia.
El experto aconseja, asimismo, “mantener el pragmatismo” en el caso del nuevo Gobierno de izquierda en Perú, en cabeza de Pedro Castillo. En su concepto, las “buenas relaciones internacionales no pueden depender solo de la compatibilidad ideológica, ya que la política exterior está condenada a ciclos”.
Con respecto a Venezuela, señala que “el cerco diplomático fue un fracaso, porque negociar con Juan Guaidó (que se proclamó presidente interino con el respaldo de luego de 50 países) le quitó a Colombia un canal de comunicación con el vecino país”.
Agrega que el restablecimiento diplomático con Caracas “casi todos los candidatos a la Presidencia lo han propuesto” y que “es clave mantener al menos un vínculo consular”.