Licencia de paternidad: estos son los pros y los contras de una iniciativa que divide al país

Si se aprueba la reforma laboral como está planteada en este momento, los hombres que tengan hijos tendrán derecho a tres meses de licencia de paternidad (hoy en día son dos semanas).

En 2022 nacieron 20.205 niños en Cali y se podría decir que si sus padres tienen un trabajo formal, 20 mil hombres estarían tomando cada año 12 semanas para dedicarle tiempo a su hijo recién nacido.

Esta iniciativa es considerada por algunos sectores como necesaria para avanzar en materia de políticas sociales para proteger la maternidad, pero otros creen que las empresas no aguantarían nuevas cargas prestacionales.

Al respecto, el decano de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia, Juan Pablo Herrera Saavedra, calificó como de “avanzada” pensar en darle algún reconocimiento a esa labor tan importante del cuidado del recién nacido, no solamente a la madre sino también al padre y poder extender esa licencia de paternidad.

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“Es un avance desde el punto de vista de la lógica de bienestar de nuestros niños y desde la responsabilidad paritaria de hombre y mujer a la hora del cuidado del bebé, pero seguramente también se traduce en unos incrementos importantes de los costos, que sumado a otras disposiciones como la remuneración con cargo nocturno desde las 6:00 de la tarde hasta las 6:00 de la mañana, y el reconocimiento del pago del doble de salario en jornadas dominicales y festivas, y no de 75% como se hace hoy, terminará por encarecer la mano de obra para el sector empresarial”.

Herrera Saavedra agregó que la gran preocupación está centrada en el futuro de las micro, pequeñas y medianas empresas en Colombia que, ante una estructura como la propuesta, podrían verse afectadas seriamente en cuanto a esa carga impositiva y prestacional que tendrían que asumir.

“Si eso lo sumamos con unas cifras muy particulares que estamos viendo en nuestra economía, 58 % de informalidad, una tasa de desempleo del 13,7 % y una inflación que ronda alrededor de 13,3 %, lo único que uno tendría aquí es una preocupación inminente sobre el efecto contrario que podrían llegar a provocar disposiciones como estas”, insistió.

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En ese mismo sentido se pronunció Juan Carlos Ramírez, presidente de Acrip Valle, quien subrayó que “este país no está para este tipo de cosas con todas las necesidades de las empresas, con los costos que tienen.

Son iniciativas que, para mí, son tiradas de los cabellos y creo que jugar con el bolsillo y estabilidad de las organizaciones es muy peligroso, son demandas que son irrealizables para la realidad que tenemos”.

Otro que se mostró en desacuerdo con esta propuesta fue Octavio Quintero, presidente de Fenalco Valle, para quien ampliar la licencia de paternidad representará sobrecostos para los empresarios, dado que eso significa una contratación adicional. Dijo que se podría considerar ampliar un poco, pero no a tres meses.

“Creemos que la productividad del país y de las empresas sufrirían fuertemente con una medida de esta naturaleza, sobre todo ahora con el tema de los altos costos y la cantidad de cargas que hay”, anotó.

Además, opina que sería contraproducente para el proceso de formalización que adelantan algunas pequeñas y medianas empresas del país, las cuales tendrían que volver a la informalidad, pues no tendrían como asumir tanta carga prestacional.

“Cuánto le va a costar reemplazar a un trabajador, esto lo que va a tender es a informalizar el empleo y a las empresas”, enfatizó el vocero gremial.

En la actualidad hay 8,8 millones de trabajadores hombres, entre 25 y 54 años, según del Dane, que serían potenciales beneficiarios de la propuesta de licencia de paternidad. El año pasado nacieron en Colombia 560 mil niños, es decir que este podría ser el número de licencias nuevas que se darían al año.

Por el contrario, algunos expertos ven la propuesta como la posibilidad de cerrar brechas en términos de igualdad de género, mejorar el bienestar de la madre y del niño recién nacido, y no necesariamente, aseguran, se traducirá en mayores costos o en disminución de la productividad de las empresas.

Así lo señala Andrés García, docente de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, quien recordó que la implementación de licencias de paternidad, a nivel internacional, ha sido algo que se viene trabajando como política pública en muchos países.

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“Lo que se sabe es que la maternidad tiene una penalidad importante en términos de salarios en el mercado laboral porque saca a las mujeres del mismo y las carga con todos estos temas asociados a la economía del cuidado. Lo que hacen estas licencias es un poco aliviar, de alguna manera, las presiones que tienen las madres”.

Para García preocupa más el tema cultural que los costos para las empresas, pues algunos hombres podrían pensar que se trata de unas vacaciones remuneradas y no asumir su rol de ayudar a cuidar a sus hijos.

Por su parte, Jaime Ahcar, decano de la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, explicó que en el pasado las madres contaban con unas redes de apoyo porque siempre había primas o tías ayudando en el cuidado de los niños.

“Esa red ya no existe en la Colombia actual y hoy más que nunca los padres están llamados a cooperar con las mujeres en estos momentos tan importantes de la vida”, manifestó.

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Aunque reconoció que uno de los posibles efectos de esta iniciativa puede ser un incremento de los costos y laborales y que las empresas vean una disminución de su productividad, afirmó que “son costos que se pueden asumir, que son manejables, comparado al beneficio que tiene para el bebé poder contar con la compañía de su padre y a la madre con ayuda”.

De otro lado, recalcó que la tasa de natalidad en el país ha bajado en los últimos años, de ahí que no serán muchas las licencias de paternidad solicitadas por los hombres. Si acaso una o dos a lo largo de su vida laboral. Por ello, calificó como positiva la medida.

Para el docente y analista económico, Memphis Viveros, ampliar la licencia de paternidad es un avance hacia el bienestar de los trabajadores y también de la sociedad. Aseguró que bienestar significa trabajar menos sin disminuir la calidad de vida.

“Se ha vuelto común evaluar el impacto sobre las empresas, pero no se debe descuidar el impacto sobre el ser humano, ya que este debe estar primero en la política pública”, conceptuó Viveros.

Empresarios como Antonio Jiménez, CEO de Healpeople Software, tampoco se oponen a la llamada ‘cuota para el padre’ como se conoce en los países nórdicos. “Me parece fenomenal, hemos visto como en Europa, madres y padres tienen el mismo tiempo de licencia. Sabemos que si eso se logra dar vamos a tener empleados mucho más comprometidos y apasionados con nuestra empresa. No nos preocupa el tema de perder esos tiempos, siempre y cuando no haya desconexión laboral, que si los llegamos a necesitar se puedan conectar o puedan resolver cosas que necesitamos”, puntualizó.

Finalmente, Francisco Maltes, presidente de la CUT, cuestionó a los empresarios, pues según dijo, no les gusta nada de lo que está incluido en la reforma laboral, pero tampoco proponen nada. “Se niegan a entender que lo que ha venido sucediendo en Colombia de quitar derechos a los trabajadores no ha generado empleo.

“En la medida en que los trabajadores tengan estabilidad laboral y buenos salarios va a haber un incremento de la productividad. Mejorar la calidad de vida de los trabajadores es que estos tengan más dinero para comprar y las empresas puedan vender más. Creo que ese es el círculo virtuoso de la economía que hoy se les olvida a algunos de quienes vienen criticando, sin mayores argumentos, la reforma laboral”.