Los negocios de Antonio Intriago, la siniestra ficha clave del crimen del presidente de Haití

El 12 de mayo pasado se reunieron en Miami el pastor Christian Sanon, candidato a la Presidencia de Haití; el empresario ecuatoriano Walter Veintemilla, dueño de la consultora Worldwide Investment Development Group, y el venezolano Antonio ‘Tony’ Intriago, representante legal de la empresa CTU Security.

Intriago, de 57 años de edad, y considerado como una pieza fundamental para esclarecer el magnicidio del presidente de Haití, Jovenel Moïse, lleva alrededor de 20 años viviendo en el Sur de Florida y ha estado vinculado a diversas causas en contra de regímenes como el de Venezuela y Cuba.

El motivo de esa reunión, sin embargo, era articular la ayuda que en materia económica y de seguridad le brindarían los empresarios a la candidatura de Sanon para llegar a la Presidencia de Haití en las elecciones de septiembre próximo.

Según se ha sabido, el ecuatoriano Veintemilla se comprometió con su empresa a aportar US$655.000 a la campaña de Sanón, mientras ‘Tony’ Intriago realizaría un aporte de US$210.000 con el mismo propósito y se encargaría de brindar la seguridad al candidato en Haití durante las correrías propias de la candidatura.

La manera como Sanon retribuiría a los empresarios su inversión, sería mediante contratos a través del Estado haitiano una vez alcanzara el primer cargo del que es considerado el país más pobre de América.
Con ese compromiso en mente, Intriago empezó a través de su empresa de seguridad a buscar a los hombres que protegerían a Sanon durante la campaña y consideró que el personal idóneo serían exmilitares colombianos que hayan recibido entrenamiento de fuerzas especiales.

Esa fue la idea que en principio se les comunicó a los 21 exmilitares colombianos que viajaron por Bogotá y Panamá a República Dominicana y luego a Haití, donde terminaron involucrados en el asesinato del presidente de ese país, Jovenel Moïse en la madrugada del pasado 7 de julio. Tres de ellos fueron asesinados y los otros 18 fueron capturados por tropas haitianas.

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A todos ellos se les compró el boleto de avión a través de la consultora del ecuatoriano Veintemilla y la empresa de ‘Tony’ Intriago se encargó de la financiación de insumos como armas, municiones y toda la logística para el alojamiento y desplazamiento del personal en Puerto Príncipe.
Hasta ese día, Tony Intriago no era más que un empresario mala paga y un activista obsesionado con la seguridad y la lucha contra el terrorismo. También un personaje que se asistía a reuniones con importantes empresarios y dirigentes políticos de Florida, con quienes se sacaba fotos que publicaba en sus redes sociales.

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Aunque no le iba muy bien en los negocios, desde que arribó a los Estados Unidos y se instaló en el sur de Florida, Intriago demostró su perseverancia para constituir empresa.

Su primera inscripción en el registro público del Sur de Florida, según las bases de datos consultadas por El País, fue el 24 de febrero de 1997, cuando en sociedad con una mujer inscribieron la empresa EON Systems International con sede en Miami y Doral (Florida) pero fue disuelta en octubre de 1998.

En abril del 2001 registró la firma Valdin Corporation e incursionó en el mercado de comidas con la empresa Doral Food Corp, pero ambas se liquidaron dos años y medio después.

Dispuesto a no darse por vencido, buscó en el periodismo un nuevo filón y en junio del 2003, junto a cinco empresarios venezolanos registraron Prensa Libre Newspaper, que defendió la democracia en Venezuela y era opositora al régimen de Hugo Chávez.

Creó también tres organizaciones sin ánimo de lucro: Venezuela Somos todos (2004), la Coalición para Proteger los Derechos Civiles (2005) y el Consejo Nacional Estadounidense Venezolano (2005).

Intriago ofreció también su experiencia y servicio a los exiliados venezolanos residentes en Florida cuando se constituía la Mesa de Unidad Democrática (MUD) que aglutinaba la oposición política en el final de la era Chávez y el inicio de Nicolás Maduro.

En 2011 se expidió orden de detención en su contra, al tiempo que se ordenó el desalojo de varias oficinas que ocupaban en arriendo por incumplimiento de pago. También una firma fabricante de armas lo demandó por incumplimiento en los pagos acordados.

“El mundo es hoy más peligroso y por eso estamos comprometidos en capacitar a personas, parejas y familias para que estén preparados para los desafíos que plantean los terroristas a todo nivel”, señala Inturiago en la página web de su empresa CTU Security, constituida en octubre de 2019 y donde vende equipos de seguridad y ofrece servicios de investigación privada y entrenamiento de caninos.

La misma empresa a través de la cual les ofreció todo el material logístico a los colombianos que llegaron como mercenarios a Haití.
Los colombianos capturados reconocieron que fue CTU Security la empresa que les ofreció salarios de entre US$2500 y US$3000 para ofrecer seguridad VIP en Haití.

De acuerdo con los registros oficiales, Intriago atravesaba por una difícil situación económica y aún es un misterio si su papel en el magnicidio fue por acción u omisión, porque debió mantener el control de las decisiones que se tomaron, incluidas, dicen los expertos, de la de en último momento optar por asesinar al presidente de Haití, Jovenel Moïse.

Leon Charles, jefe de la Policía de Haití, asegura que Intriago “viajó varias veces a Haití como parte del complot para asesinar al Mandatario” por lo que se cree que el empresario venezolano, tal como sus finanzas, no avizora buenos tiempos.