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Los sacerdotes que a través de redes sociales son los 'influencers' de Dios
Sacerdotes y religiosas han encontrado en las redes sociales la mejor forma de llegar a sus seguidores, en especial en tiempos de pandemia.
La primera vez que el padre José Eugenio Hoyos, bugueño de nacimiento y caleño de corazón, incursionó como youtuber, fue para ayudar a la comunidad inmigrante e indocumentada de Estados Unidos.
La virtualidad y los medios de comunicación se convirtieron en su vehículo para comunicarse con más de diez millones de personas indocumentadas y desprotegidas, y también en espacio para batallar contra el desprestigio y los prejuicios negativos que pesaban sobre los inmigrantes, “sobre todo cuando el mismo gobierno los llama ‘ilegales’, cuando ningún ser humano es ilegal y el reino de Dios no tiene fronteras”, comenta el padre.
Pero, a medida que fue pasando el tiempo, sus videos de YouTube se transformaron en el medio no solo para hablarle a los inmigrantes, sino también para predicar la palabra del Señor, llevando un mensaje de esperanza a las casas de quienes quisieran escucharlo, convirtiendo su canal en lo que él mismo llama un “púlpito digital de mega-giga-bendiciones de Dios”.
Al padre José Eugenio, quien considera que nació “para ser una persona con el pueblo”, le fascina la virtualidad, por esa facilidad que él considera que tiene de generar un acercamiento a la presencialidad y también por la forma en la que le permite llegar a gente desconocida.
“Te daré un ejemplo: El domingo (28 de marzo) di la misa en la parroquia de Los Álamos. Llegaron cerca de cien personas al lugar, por el aforo, pero la celebración también se estaba transmitiendo en vivo a cerca de mil personas. Convertimos una misma iglesia en iglesias domésticas, la multiplicamos y yo creo que esto es importante”, dice emocionado el padre, para quien todas las iglesias (no solamente por la pandemia) y todos los sacerdotes deberían acercarse a lo digital.
No obstante, el padre confirma que no es un youtuber de tiempo completo, ya que tiene otras obligaciones con la iglesia y le parece importante tener un contacto físico con las personas, ya que “detrás del escritorio nosotros no podemos mostrar el dolor de Cristo ni tener un encuentro personal con Jesús. Hay que ponernos los zapatos del pobre. Como decía el Papa Francisco. Hay que ponernos en la piel de los necesitados”.
Sin embargo, saca tiempo para realizar sus videos e interactuar con sus seguidores, porque espera que a través de las redes sociales se pueda tocar los corazones de la gente, lograr un cambio positivo y hacer que las personas se sientan felices y encuentren respuestas en su vida.
“Tengo Instagram (7.906 seguidores), Twitter, YouTube (189 mil seguidores), Facebook y empezaré un TikTok. Si mi aporte es para hacer una diferencia positiva y si a través de las redes sociales podemos crear una cultura de solidaridad, aquí estoy. También lo hago para divertir, porque hay que mostrar que los sacerdotes no somos rígidos, todo lo contrario, somos personas espirituales y buenas”, dice.
Su meta también es la de acercar a los jóvenes a la religión, dejando de lado las ‘culpas’ o el ‘terror’ que, posiblemente, aprendieron en sus casas, mostrándoles un Dios de amor y llevando el mensaje de que “usted es una persona bella ante Dios, aunque tenga sus defectos, sus pecados, aunque sea así, Dios lo quiere”.
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Regresar a Colombia
El padre José Eugenio vivió durante 35 años en Estados Unidos. Allá estudió, sacó un doctorado en sociología e hizo un máster en teología y arte. Al terminar, decidió quedarse para ayudar a la gente inmigrante, en especial a aquellos que no sabían hablar inglés.
Pero, mientras se encontraba en Estados Unidos, José Eugenio Hoyos soñaba con ser sacerdote en Colombia, porque nunca lo había sido en su país natal, ni había tenido una parroquia acá, y, especialmente, porque quería colaborar en su tierra, sirviendo al prójimo. “Sentí que ya era hora de dar algo de lo que yo recibí y porque quiero ser parte de la reconciliación nacional”, confesó el padre.
Pese a haber nacido en Buga, Hoyos escogió la Arquidiócesis de Cali para trabajar, ya que mientras estaba en Estados Unidos, ayudaba a las obras sociales de la capital vallecaucana, también porque siente que la iglesia de Cali tiene mucha acción en la ciudad. “Aquí las obras de caridad se ven, se notan”. Y además, confiesa que ama a Cali y le encanta el Valle del Cauca.
“Ya llevo casi tres meses acá y estoy feliz. Me he encontrado verdaderamente con lo que yo quería”, dice.
Fray Alejandro Tobón, el cantante
Es fraile y hace parte de los Carmelitas Descalzos, comunidad fundada en el Siglo XVI en España por Santa Teresa de Jesús. Se dedican a orar y a enseñar a orar. Nació en Medellín y desde los 4 años canta. Estudió en la Coral Tomás Luis de Victoria y en el Conservatorio Nacional de Música de la Universidad de Antioquia. Ha grabado seis álbumes de música en español y cantos gregorianos. Se formó como gregorianista en el Conservatorio Nacional de París y pertenece al Coro Gregoriano de París, con el que ha hecho giras y ha grabado discos. En los últimos años ha grabado canciones en español, compuestas por él y por otros autores que componen al Señor.
El año pasado ofreció dos conciertos online. En su canal de Youtube fray Alejandro Tobón, todos los días, a las 11:30 a.m., transmite La Hora Santa, una hora de adoración al Santísimo Sacramento. En estos días está celebrando la Semana Santa. Allí también sube sus conciertos y conferencias. Igualmente todos los días, a las 8:00 p.m., celebra la eucaristía. Cuenta además con Instagram, con 27.300 seguidores y a diario hace un en vivo de Poemas de Amor en el Carmelo Descalzo. En Facebook tiene perfil, fan page (52.647 seguidores) y grupo de amigos (27.100). Confiesa que es más activo en Youtube donde tiene 64.800 seguidores, además tiene su espacio Enamórate de Jesucristo, sobre el evangelio del día, y con el canal Tele VID él y tres hermanos de su comunidad realizan la Lectio Divina, a diario.
Para fray Alejandro, “las redes sociales son un espacio extraordinario para la evangelización. Se puede llegar rápido y a lugares donde, de otra manera, no llegaríamos. Es muy emocionante alcanzar a través de redes a estas a personas que están viviendo en otros países donde la fe es muy escasa, se habla otro idioma y las iglesias están muy lejanas de los hogares. O tocar el corazón de alguien que no pueda ir a una iglesia por una condición preexistente, yo soy diabético insulino dependiente, tengo bomba de insulina y debo cuidarme muchísimo. Debo estar encerrado, mientras pasa la pandemia, por eso utilizo tanto las redes sociales”.
La música, dice, es su instrumento para evangelizar. ”Martín Lutero afirmaba que ‘la música es ministra del espíritu santo y que hace vibrar el evangelio en el corazón’. Supera lo racional y llega al espíritu, suscita emociones o vicios, porque también hay música que destruye. Pero en lo espiritual, la música es un camino directo a Dios. Mis cantos son de amor hacia Jesucristo”.
Fray Alejandro dice que quiere llevar a sus seguidores “al matrimonio espiritual con Jesucristo, que fue lo que nos enseñaron Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Es una unión perfectísima y estable que se celebra y contrae con Jesús, te unes a la humanidad en Cristo de un modo total. Es vivir al máximo la vida de su amor y santidad”.
Sor Marta, la monja youtuber
“Muy buenas familia”, así comienza sus videos Sor Marta, monja de 24 años que reside en el Monasterio Benedictino de Santa Cruz de Sahagún (León, España). Es bloguera, youtuber (8750 suscriptores) y está en Facebook, Twitter e Instagram. “Yo quería mostrar una iglesia cercana, joven, que habla y se le entiende, que usa las redes sociales y no tiene miedo a lo nuevo”.
Cuenta que en redes le hacen preguntas sobre el Evangelio, le piden oraciones o profesores de religión ponen sus videos en clase.
Su primer video fue sobre la prédica del evangelio.
Ella piensa que “la organización de la Iglesia debería dejar más espacio a la mujer. Se está intentando. El Papa ha metido en el Vaticano a muchas mujeres. Poco a poco se van dando pasos”.
Sor Selfie y Sor Lucy, en TikTok
Marta Moreno es Sor Selfie, de 34 años, y Lucía Ramírez, de 85 años, es Sor Lucy, en TikTok. Ambas son miembros de la provincia de Jesús María, que fundó en Colombia la francesa Claudina Thévenet y cuyo carisma es la educación. Viven en Medellín y han alcanzado más de 3 millones y medio de vistas. Recurren al baile y a la actuación para evangelizar en esta app, en plena pandemia. “Hay que dejar de ser cara de limón y mostrar la felicidad y la alegría de un Dios bueno que nos quiere”, dice Sor Selfie.
Su comunidad las apoya, varias de las religiosas, incluso las superioras, hacen parte de sus coreografías y parodias. Esta congregación administra en Medellín tres colegios, así que entre sus seguidores tienen a estudiantes, padres y acudientes, que quedan sorprendidos al ver la faceta de tiktokers de las hermanas que en clase son muy estrictas.
Todo comenzó con un live para el colegio de señoritas que Sor Selfie coordina y se viralizó al punto de llegar hoy en día a más de 320.000 seguidores. Marta fue alumna de uno de los colegios que administra la comunidad y quedó contagiada con su alegría de servir, y fue ella quien abrió la cuenta Sor Selfie: “En un viaje a Lion, Francia, por los 200 años de la congregación, dirigí a jóvenes de varios países y cada que íbamos a tomarnos una foto, yo decía: ‘selfie, selfie, selfie’ y los chicos me llamaron así. Usamos humor sano y cantos, mostramos que la vida religiosa es alegre”.
Muchas familias del colegio, debido a la pandemia, han caído en depresión y ansiedad y la misión de las monjas es llevarles alegría y espiritualidad. “No tengo intenciones de figurar con esos estándares modernos, pero me hace feliz llevar una voz de alegría a mucha gente”, dice Sor Lucy.
Padre Óscar de la Vega
Este sacerdote de la Arquidiócesis de Cali, es párroco de la Iglesia de San Juan Pablo II, promotor a la devoción de la Divina Misericordia y director del Banco de Alimentos. Cuenta en su Instagram con 19,8 mil seguidores. Dice que desde hace un año con la pandemia empezó a hacer uso de las redes sociales para la evangelización.
“La gente estaba con mucho miedo y recurrí a transmitir la oración del Santo Rosario, que ayuda en el manejo de la ansiedad”. Prefiere hacer los eventos en vivo, no pregrabados, para facilitar que las personas puedan pedir por la salud de los enfermos. “Gracias a las redes sociales, a las misas están viniendo parejas jóvenes que hace rato no estaban con Dios, y conocieron la misericordia. Los domingos tenemos grupo musical en la eucaristía, contamos con dos músicos de planta y un grupo que es la Coral de Juan Pablo II”, cuenta el sacerdote.
Admite que antes pensaba que lo espiritual debía ser presencial, “no tenía el conocimiento de la magnitud de lo virtual, pero Dios también escribe sobre líneas torcidas y lo espiritual siempre es real”. Hace 20 años construyó el templo de la Misericordia del Pondaje con la Pastoral Social, el más grande del centro de Cali y reconstruyó el Santuario de Fátima, que estaba de capa caída. Considera como una de las bendiciones de las redes sociales que, gracias a la campaña ‘Unidos podemos más’, con Noticinco, se recaudaron 7.500 toneladas de alimentos, desde el año pasado a la fecha.
En su canal de Youtube Padre Oscar de la Vega cuenta con 87.100 suscriptores. A las 6:30 p.m. transmite la misa; a las 7:14 a.m., el rosario; a las 6:14 p.m., Coronilla, rosario al Señor de la Divina Misericordia y a las 7:00 p.m., eucaristía.
Padre Juan Sebastián Zuluaga
“En la parroquia La María manejamos desde el inicio de la pandemia, incluso antes, Youtube, Facebook e Instagram, para responder a diferentes públicos: los adultos, los jóvenes y los adultos mayores. La tecnología nos ha permitido acercarnos muchísimo más y romper fronteras. No solo evangelizamos a la comunidad de la parroquia, sino a sus familias que están lejos”, dice el padre Juan Sebastián Zuluaga López, sacerdote de la Arquidiócesis de Cali.
“Sin perder la importancia de la presencialidad y celebración en comunidad, transmitimos eucaristías, momentos de adoración, charlas de crecimiento para parejas, formación en la fe y espacios para llegar a niños y jóvenes”, agrega.
Las transmisiones en vivo no son solo para la parte litúrgica, sino para la formación espiritual de los feligreses. “La virtualidad permite que personas que viven en otros lugares y no pueden acercarse al templo, estén unidos, no solo a la parroquia a la que pertenecieron, sino conectarse espiritualmente con su familia”, opina.
“Hemos hecho celebración por los difuntos con Covid-19, para darle consuelo a las familias que no pudieron despedirlos, debido a las restricciones para los enfermos que no pueden movilizarse”.
Además de las transmisiones en Facebook y Youtube, a través de la cuenta de la Parroquia La María Cali, las personas pueden consultar los servicios que se prestan en la iglesia de manera virtual, a través del uso de Whatsapp.
”Aunque la presencialidad juega un papel fundamental, porque no es solo la conexión de quien celebra el sacramento sino la participación de la vida comunitaria, la tecnología nos acerca”, concluye el padre.
Judith de Jesús
Esta mexicana, integrante de la Congregación de las Misioneras de Jesús Sacerdote, tiene 27,8 mil seguidores en Instagram (@Judithbio90) y en su perfil se describe como “una monjita millenial” cuyo deseo es “iluminar y no brillar”.
Gracias a su apertura para resolver inquietudes de los millenials sobre la fe y la vocación religiosa, ha conseguido cerca de 100 mil seguidores y de tres millones de reproducciones en el más popular de sus videos.
En TikTok (541.6 K fans) invita a realizar un acto de amor cada día para vivir la Semana Santa. “¿Cómo recibes a la gente que te visita en casa, con palos o con ramos? Hay que recibirlos como recibirías a Jesús”. Con cantos, coreografías, retos virales aplicados a lo católico, mensajes con dibujos y parodias, la hermana invita al amor propio y al prójimo y convida a niñas, niños y adultos a “platicar con el Ángel de la Guarda más frecuentemente”. La religiosa responde con humor a preguntas incómodas como “¿Quién la mantiene? ¿Las donaciones de la comunidad?”. Hubo un usuario de la plataforma que la interrogó respecto a lo que pasaría si se enamorara de un hombre, y ella, con la chispa que la caracteriza, respondió que no es algo imposible, pues además de religiosa es mujer y su “afectividad sigue sintiendo atracción por los hombres”.
La monja influencer dijo que se sabe consagrada y que vive una relación con Dios. “Así me siento yo, como que Jesús es mi esposo y trato de serle fiel”, afirmó y explicó que, en el caso de enamorarse, tendría que pedir una dispensa de votos a su superiora general para poder salir de la congregación y casarse con el sujeto de sus afectos. Dice que no planeó el éxito que tiene como influencer y que cuenta con el apoyo de su comunidad.
Padre Emmanuelle, q.e.p.d.
En los últimos meses, las redes sociales católicas se volcaron en oraciones por Emmanuelle Cueto Ramos, sacerdote de 31 años, de México, quien vivía en Lima. Con 4 años de ministerio sacerdotal, el ‘Pater-Ogro’ , murió el pasado 27 de marzo. El cáncer le destruyó en pocos meses parte del rostro y lo dejó ciego y sordo de un oído. Ofreció su agonía por los curas pederastas dentro de la Iglesia Católica y por sus víctimas. Incursionó en todas las redes difundiendo la Palabra de Dios, viral en Facebook y Tik Tok. Férreo defensor de la Eucaristía. Hasta su último día celebró la Santa Misa. Sus homilías eran pedagógicas con palabras sencillas y humor. Pasó de ser graffitero a seminarista. “Prefiero una vida sacerdotal corta, pero en Santidad, que una vida sacerdotal larga en mediocridad”, dijo.
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