SENADO
"Nos aseguraremos de que el Valle sea una prioridad para el gobierno Petro": Roy Barreras
“La crítica curiosa de cambiarse de partido no descalifica en absoluto a quienes han cambiado de partidos de gobierno muchas veces”, asegura el nuevo presidente del Congreso, Roy Barreras.
Nuestro Valle del Cauca es prioridad y nos aseguraremos que así sea en la gestión del presidente Gustavo Petro y de la vicepresidenta Francia Marquez, que es una hija del Pacífico”, asegura el nuevo presidente del Congreso, Roy Barreras.
En entrevista con El País les respondió a quienes lo tildan de camaleón por haber transitado por varias fuerzas políticas y minimizó los fuertes ataques que le lanza el senador Gustavo Bolívar, su copartidario en el Pacto Histórico.
¿Qué les responde a quienes dicen que lo del Congreso del cambio es una frase, porque las prácticas son las mismas?
A los que dicen eso los invito a conocer cómo funciona la democracia en el mundo. El presidente Gustavo Petro hizo un llamado a un gran acuerdo nacional, que ha caído muy bien porque permite que podamos hablarle a las dos Colombias, la que ganó con nosotros, con un mandato popular de cambio profundo que pare la violencia y el hambre y el desempleo, que reconozca a los excluidos y a la Colombia profunda, pero también tenemos la obligación de hablarle a la otra Colombia, que obtuvo más de diez millones de votos, que no votó con nosotros por temores, para darles garantías de estabilidad, institucionales, de diálogo permanente y garantías a la oposición.
Ese es el Congreso del cambio, el que hará las reformas, pero que tendrá en cuenta, gracias a la respuesta al llamado de acuerdo nacional del Presidente, que implicó que la mayoría de los partidos se sumaran a esa voluntad de cambio, que las dos Colombias estarán representadas y que los cambios serán cambios seguros para todos.
¿Qué va a hacer con el senador Gustavo Bolívar, que insiste en marcar diferencias públicas con usted?
El senador Bolívar es un hombre auténtico. Yo creo que es un hombre honesto. Él se ha autoproclamado el guardián de la primera línea y me parece bueno que en la democracia haya voces críticas y voces de oposición. Eso es sano para que nos exijan mayores resultados. El senador Bolívar no es de izquierda, es de origen liberal, igual que yo, y en su corta vida política, porque antes ha sido un exitoso libretista de televisión, no ha podido hacer los cambios que ahora haremos. Nosotros hemos hecho cambios profundos.
En una ponencia mía, hace más de una década, reconocí el conflicto armado interno, rompiendo el dogma de la inexistencia del conflicto para poder hacer la paz, reconocimos a las víctimas en la Ley de Víctimas, de la que también fui ponente. Luego, el Marco de la Paz, de mi autoría, abrió el camino para las negociaciones con las Farc, fui su negociador, firmé el Acuerdo de Paz; creamos la JEP, la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, la Comisión de la Verdad, creamos las 16 curules para las víctimas y también con mi autoría hicimos un cambio profundo en la democracia: creamos el Estatuto de la Oposición, gracias al cual hoy tienen los derechos merecidos, y haremos más cambios ahora, bajo el liderazgo del presidente Petro; cambios que permiten que la estructura social sea equitativa y que desarrollemos las tres líneas que él ha ordenado: paz plena, justicia social y justicia ambiental, y seguramente todos los senadores podrán estar orgullosos de que, al cabo de este año, habrán sido gestores del cambio.
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A propósito del senador Bolívar, ¿ese proyecto de legalización de la marihuana que él anunció no podría obstaculizar la rapidez con la que ustedes quieren aprobar la reforma tributaria?
En Colombia ya se aprobó la legalización de la marihuana de uso medicinal y nosotros avanzaremos hacia otras formas de regulación del mercado, porque los lectores de El País se indignan, como yo, cuando ven que en Colombia ponemos los muertos y en cada tienda de lujo de Estados Unidos o Europa se encuentran boutiques de marihuana legal de todas las presentaciones legal, de suerte que esa hipocresía que solo perjudica a Colombia y alimenta las mafias habrá que regularla y eso implica que el Estado avance hacia un tratamiento de salud pública para proteger a los jóvenes y a una regulación del mercado de las drogas dañinas, como el alcohol y el tabaco, que ya ocurrió en EE. UU. hace más de cien años, y que será el destino para que Colombia pueda salir de la maldición del narcotráfico.
¿Esa intención de aprobarla rápidamente la reforma tributaria se debe al temor de que con ella se pueda acabar la ‘luna de miel’ de los colombianos con Petro?
Los colombianos saben que el Gobierno del presidente Petro tiene una gran preocupación por el hambre de la gente. La FAO ha dicho que, a pesar de ser esta una tierra tan fértil, más de siete millones de colombianos comen una sola vez al día y tenemos riesgo de que haya una hambruna, porque recordemos que los subsidios de la emergencia del covid terminan ahora y puede haber aún más hambre. Es urgente la reforma tributaria para poder, en los primeros cien días, establecer un plan de mitigación del hambre.
Hoy las familias colombianas pagan los alimentos más caros de su historia, por cuenta de la importación de fertilizantes escasos desde la guerra de Ucrania y no producidos en Colombia. Eso requiere medidas urgentes, recursos y la reforma tributaria es para aliviar esas angustias sociales de la gente. Las bancadas de Gobierno: Partido Conservador, Partido Liberal, Partido Verde, Partido de la U y Pacto Histórico, por supuesto, han comprometido su gestión para garantizarles a los colombianos esas medidas urgentes frente a su alimentación vital y eso es la reforma tributaria.
¿Qué siente cuando la gente lo tilda de camaleón por haber transitado por varios partidos?
En lo personal, me tiene sin cuidado. Lo que importa son los cambios que hagamos por los colombianos, importa que las nueve millones de víctimas que fueron negadas por la extrema derecha colombiana hoy tienen derechos, importa que cree las 16 curules de las víctimas para que tengan voz, y me importa haber tenido el honor de firmar a nombre del Estado colombiano la paz que puso fin a la guerra con las Farc.
Las críticas de los enemigos no deberían detener el accionar del hombre bueno. Sin embargo, la crítica curiosa de cambiarse de partido no descalifica en absoluto a quienes han cambiado de partidos de Gobierno muchas veces. Menciono nombres respetables a los que tengo gran aprecio: el exministro conservador Mauricio Cárdenas Santamaría lo ha sido de todos los gobiernos: liberales, conservadores, de todos los presidentes.
Humberto de la Calle, maestro de la paz a quien admiro, también lo ha sido de todos los gobiernos, y un viejo liberal de derecha, ícono del mundo de la democracia, Winston Churchill, decía que la gente puede cambiar de partido, como él lo hizo, pero no de ideas. Mi compromiso es con la paz, con las víctimas, y seguirá siéndolo, a pesar de quienes no gustaron del Acuerdo de Paz, votaron no al plebiscito y decidieron, desde entonces, atacarnos ferozmente. Para ellos, paciencia y comprensión.
Pero hasta esos críticos le reconocen su habilidad de buen negociador, como lo ha demostrado en los acuerdos con los compromisarios de los demás partidos...
Las negociaciones más difíciles en las que pude participar no fueron estas, porque se hicieron con ciudadanos desarmados. Fueron las negociaciones con las Farc y luego con el ELN, donde logramos un cese de fuego bilateral que el Gobierno Duque echó a perder. La capacidad de dialogar es lo que nos hace humanos pacíficos. Las fieras se matan sin diálogo. El diálogo, ha dicho el presidente Petro, es el comienzo de la humanidad. Yo sé dialogar, defiendo la solución dialogada y pacífica, y el hecho de que esos sectores reconozcan esa capacidad de trabajo es un reto enorme, que parece abrumador en la medida en que sabemos que no podemos fallar. El cambio son las reformas y mi obligación es que esas reformas, con el apoyo de todos y de todas, logren salir adelante.
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¿Cómo puede ser de las entrañas del Pacto Histórico sin ser de izquierda?
Es que una de las virtudes del presidente Petro en su discurso triunfal es haber contado a los colombianos que su propósito era el de un gran acuerdo nacional, ha recibido muy bien la sociedad colombiana sus primeras decisiones, un gabinete equilibrado de gente experimentada, Alejandro Gaviria, Cecilia López, José Antonio Ocampo, un vallecaucano ejemplar, para mencionar solo algunos, no son petristas, yo tampoco lo soy. Se puede hacer parte del cambio y del llamado Pacto Histórico, siendo, como yo, un santista, un liberal de centro, yo llevo doce años acompañando a Juan Manuel Santos; o siendo liberal independiente, como Alejandro Gaviria, o siendo un conservador doctrinario, como Mauricio Cárdenas Santamaría, o siendo un nadaísta libre pensador como Humberto de la Calle. Para sumarse al llamado de cambio del líder de izquierda más importante de la historia en los últimos cien años, que es Gustavo Petro, no hay que ser petrista, hay que ser colombiano.
A propósito, ¿cómo están las relaciones con el senador vallecaucano Alexander López, que también ha sido muy crítico con usted e igualmente aspiraba a la presidencia del Senado?
Él es mi amigo hace 30 años, fue mi paciente cuando yo era médico y él era un trabajador de Emcali. Tuve el honor de ser médico de su familia, lo quiero entrañablemente, es un gran luchador popular. Aspiró, legítimamente, a competir conmigo, no fue la persona que se escogió para construir las mayorías y hacer los acuerdos, pero tiene muchísimo que seguir aportando a esta lucha que garantiza el cambio para los colombianos. Su liderazgo es muy importante.
Tras las votaciones del Pacto en el Valle, muchos se preguntan si Roy Barreras es quien va a poner el próximo Alcalde de Cali...
El Alcalde de Cali lo van a poner los caleños, la voluntad popular, la garantía de una ciudad que ha sido golpeada por la maldición del narcotráfico, por las violencias, por la exclusión. El pueblo afro de Cali, el pueblo alegre de Cali, y la comunidad LGTBI, los empresarios que necesitan recuperar esa ciudad nuestra que ha sido tan golpeada; el pueblo de Cali, que querrá un gobierno serio, responsable, incluyente, preparado y capaz. Cali necesita un gran gerente y seguramente serán los caleños los que decidan quién es ese gerente.
Ahora, el Pacto Histórico obtuvo más de medio millón de votos en la ciudad y, por supuesto, quienes hacemos parte del Pacto opinaremos sobre ese destino de recuperación de nuestra ciudad cuando llegue el momento. Por ahora, mi trabajo está comprometido en las reformas nacionales, que es la tarea que me ha impuesto mi bancada y el Presidente electo.
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¿Qué pueden esperar Cali y el Valle del Cauca de este nuevo Gobierno, después de la copiosa votación para el Pacto?
Nuestro Valle del Cauca es nuestro Pacífico, es prioridad y nos aseguraremos que así sea en la gestión del presidente Gustavo Petro y de la vicepresidenta Francia Márquez, que es una hija del Pacífico. Nosotros tenemos que garantizar que, en medio de las dificultades financieras, fiscales, de la inflación global, de las dificultades económicas que se heredan de un Gobierno que deja la olla raspada, en una situación de inseguridad total, con un fracaso en el control de orden público, podamos ofrecerle al Valle del Cauca la recuperación de su economía y de su empleo.
Vamos a hacerlo y por eso en los primeros días de esta agenda tendremos una reunión con el bloque parlamentario y con el empresariado vallecaucano y con los sectores sociales y universitarios del Valle del Cauca.
¿O sea que usted va a liderar la bancada vallecaucana?
Tengo una responsabilidad, como presidente del Congreso y vallecaucano, debo presidir el bloque regional, que ha estado en una especie de limbo inactivo en los últimos meses. Será con el Comité intergremial, con la Cámara de Comercio, con los sectores productivos vallecaucanos, con la agroindustria vallecaucana, que nos reuniremos muy pronto, probablemente en una semana, para revisar entre todos las prioridades que permitan la reactivación económica de nuestro departamento y la generación de más y mejores empleos, pero también el tratamiento de las angustias de la región, de las angustias de Buenaventura y de Cali.
El futuro del Valle del Cauca debería ser el futuro de la conexión del Pacífico con el Asia, debería ser romper la Cordillera Central para garantizar la vía entre el Pacífico y la Orinoquía, la repotenciación de los distintos puertos que están alrededor de Buenaventura y Bahía Málaga para poder ser competitivos con Panamá y con El Callao. Estamos perdiendo competencia por cuenta del dragado. La prioridad de Buenaventura en el corto plazo es el dragado; la eterna doble calzada Buenaventura, que es una vergüenza, entregada hace más de una década a una compañía nariñense que fracasó en su gestión y que ha costado el triple de lo que debía costar, debe terminarse de una vez por todas. Se necesita infraestructura para conectar Cali con el Ecuador y eso es la doble calzada que aún no se hace entre Popayán y Chachagüí, en Nariño.
De suerte que hay que meterle el acelerador también al desarrollo del Pacífico como un todo. La violencia en el norte del Cauca no es ajena a lo que ocurre en nuestra ciudad y el Valle del Cauca, golpea a Jamundí, Florida y Pradera. Hay que recuperar de las manos de las bandas criminales toda nuestra región. Ahí hay una agenda muy gruesa que será la agenda del bloque regional vallecaucano. Anticipo que el bloque tendrá una dinámica más eficaz, espero, en el que tengamos sesiones por tema, siempre con un ministro a bordo, que resuelva situaciones y no un popurrí de proposiciones que finalmente no tienen ningún resultado.