SERVICIOS PÚBLICOS
Pandemia del coronavirus evidencia la inequidad social en los barrios de Cali
Servicios y bienes públicos en sectores críticos de la ciudad son deficientes, advierten expertos. Satisfacción en seguridad solo la registran los estratos más altos.
En tiempos aciagos como los actuales, en los que la movilidad de la gente es restringida, cobra mayor relevancia la calidad de los bienes públicos que hay cerca y cómo estos facilitan y hacen más satisfactoria la vida dentro de los barrios.
En el caso de Cali, por ejemplo, si bien el 90 % de los ciudadanos pertenece a la clase baja o media, los mayores niveles de satisfacción con los bienes públicos en el barrio relacionados con movilidad o seguridad se registran en los estratos más altos.
De acuerdo con los resultados de CaliBRANDO, una encuesta realizada por el Observatorio de Políticas Públicas, Polis, de la Universidad Icesi, mientras el 67 % de la población consultada de clase alta percibe su barrio como un entorno seguro, solo 36 % de los residentes en sectores denominados de clase baja manifiesta que su barrio es seguro, una diferencia de 31 %.
Lina Martínez, directora de Polis, explica que parte de esta realidad paralela está directamente relacionada con la criminalidad que golpea en mayor medida ciertos sectores de Cali.
“En los estratos más altos hay muchos más conjuntos cerrados, lo que hace que la frecuencia de robos sea mucho más baja que en los barrios de estrato bajo, donde no hay seguridad privada. Además, en los barrios de estratos más altos tienen mejor cobertura en patrullaje de Policía; la gente de estratos más bajos se siente más insegura es porque está expuesta y ha sido víctima de crímenes”, asegura Martínez.
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Si se trasciende la barrera de la seguridad y se revisa la satisfacción de los caleños con el estado de las vías en el interior de sus barrios, el panorama no es muy distinto. De hecho, se encuentra que, en una escala de 1 a 10, en los estratos 1 y 2 la satisfacción de la gente marca 5,3; entre los ciudadanos que residen en estratos 3 y 4, la media es de 5,5; y para los moradores de estratos 5 y 6 el promedio es de 6,5.
La sensación es similar cuando se pone sobre la mesa la calidad del alumbrado público. De 1 a 10, el grado de satisfacción de los residentes de estratos 1 y 2 es 6,3; apenas un poco más arriba se cuenta la satisfacción de las familias de clase media, que advierten un 6,5 en este indicador; mientras los caleños de estratos 5 y 6 muestran una satisfacción de 7,1 puntos sobre 10.
“La provisión de bienes públicos en la ciudad no es buena, pero si nos vamos a los barrios más pobres es aún más deficiente porque si bien allí se concentra más población (50 % entre los estratos 1 y 2) y eso, en cuentas sencillas y a mano alzada, no cuadra porque la Administración debe entregar mayor número de servicios donde hay más gente”, advierte Martínez.
Esa sensación de inequidad no es distante con lo que manifiestan residentes de barrios como Santa Mónica Popular, en el oriente de Cali.
“La iluminación del barrio es deficiente, hemos reportado varias veces a Megaproyectos las falencias en el alumbrado y en más de tres años no han venido. Eso es grave, porque hay sectores oscuros, que sumados a la falta de seguridad que tenemos, se prestan para que haya robos”, dice Lorena Quintero, residente de Santa Mónica Popular.
Ante esto, el director de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos Municipales, Uaespm, Marco Vera, dijo que para solventar ese tipo de reportes en la ciudad avanza el plan de actualización del alumbrado público, mediante el cual se cambian las luminarias de vapor de sodio (luz amarilla) por tecnología LED (luz blanca).
Aseguró que la intervención se ha realizado con 1927 luminarias, las cuales se han cambiado en barrios como Los Lagos, Urbanización La Flora, El Poblado, Mariano Ramos; además de corregimientos como La Castilla y la vía que conecta a El Saladito y Felidia.
“No solo hay cambios en las luminarias de las vías, también en zonas verdes, parques y escenarios deportivos, intervenciones que están alineadas con el Plan de Desarrollo 2020-2023 y que le traerán beneficios de toda índole a la ciudad”, dice Vera.
Otra diferencia que se acentúa entre sectores de la ciudad es que el 44 % de los barrios no cuentan con un centro de salud. No obstante, el 71 % de los caleños tienen facilidad para caminar desde su lugar de residencia hacia un centro médico.
“Una persona que vive en un barrio pobre y necesita atención médica requiere tomar transporte público y eso implica mayor riesgo de contagio. Esto es algo adicional a cosas como el tiempo, el costo, el transporte y las restricciones que hoy tenemos; esto hace que la gente vive en sectores que no tienen buena provisión de bienes públicos esté más penalizada por todos lados”, explica la Directora de Polis.
En el 98 % de los barrios hay tiendas y el viaje a pie hasta ellas, en promedio, tarda 3 minutos. Solo en el 40 % de los barrios hay bibliotecas y se puede tardar hasta 15 minutos en arribar a ellas.
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