Sara Rayo inaugura exposición en la que dialoga con el legado de su padre

El maestro Omar Rayo solía crear juguetes en origami para su hija Sara cuando era niña y ella, con el paso del tiempo, encontró su propia voz en el que él llamaba ‘el dios de las dos espaldas’.

Cuatro de las obras en papel de Sara Rayo estarán presentes en la exposición de su padre ‘De Rayo a Rayo, intaglios’, en la sala del Museo del Intaglio, en el Museo Rayo de Roldanillo. Esta se inaugurará el 23 de enero, a las 5:00 p.m., junto a otras exposiciones (*) que hacen parte de la trilogía de aniversarios: 445 años de la fundación del municipio, los 40 años del Museo y los 93 años del nacimiento del maestro Omar Rayo, que se cumplen el mismo día, el 20 de enero.

¿Qué recuerdos vienen a su mente cuando escucha la palabra Saratoy?

De jugar en el piso con mis juguetes de colores primarios y secundarios y sentir la mirada de mi papá al verme crear mis propios mundos.

¿Qué piensa ahora de aquella frase que usaba su padre: “El papel es un dios que tiene dos espaldas”?

El dios de dos espaldas es una perfecta descripción del papel, conociéndolo de tan chiquita cuando pintaba junto a él en su estudio y ahora que hace parte de mí como artista, lo puedo entender más, ya que mi obra usa ambos lados del papel y lo doblo para revelar sus dos espaldas.

¿Qué papel jugó el origami en su infancia y en su formación artística?

Siempre los hacíamos mi papá y yo juntos. Durante varias navidades decoramos el árbol en Nueva York con los que creábamos. El papel, originalmente una superficie plana, que luego doblada, crea una forma tridimensional, siempre me ha parecido un arte extraordinario. El origami ha sido parte de mi formación.

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¿En qué aspectos se nota más la influencia de su padre en su obra?

Yo cargo el cincuenta por ciento del adn de mi papá, la influencia es innata. A veces me doy cuenta de que estoy investigando las mismas influencias que él tuvo como artista, y pienso que ahí está la genética, llamando y buscando las mismas cosas. La geometría, la simetría y asimetría son lo que más encuentro de él en mis obras, la búsqueda del volumen y la sombra.

¿En qué se inspira su obra en papel?

En elementos vivos microscópicos del océano. El artista científico Ernst Haeckel pintaba diátomos y formas microscópicas encontradas en el mar. Los diátomos o plancton, lo que comen las ballenas, se encuentran en todos los cuerpos de agua de la tierra y tú puedes saber de dónde viene cada uno por la forma que tiene. Uno sabe que cierto diátomo bajo el microscopio se encontró en la Bahía de Manhattan o en Japón. Son como indígenas de su espacio y su territorio y son geométricamente perfectos. Esa geometría perfecta microscópica de la naturaleza es mi inspiración. Las formas que tienen son muy orgánicas y el volumen, aunque al microscopio es muy difícil mostrar su dimensión, se alcanza a ver su magnitud desde distintos ángulos. Parto de lo micro hacia lo macro, lo que estamos encontrando en el universo con estos telescopios nuevos de la Nasa, que traen imágenes de nuestra galaxia y más allá. Vivimos en un espacio tridimensional y entre más dimensión, sombra y volumen puedo darle a la obra, más me siento perteneciendo al espacio en que vivimos.

¿De qué forma su obra en papel representa también al ser humano?

Yo uso muchas capas de papel cortados y doblados y esas capas representan cómo nos presentamos o nos sentimos con respecto a otras personas. A veces nos abrimos mucho y mostramos todas las capas de nuestra alma o de nuestra personalidad y otras nos encerramos o nos tapamos, dependiendo de lo que queremos mostrar o cómo nos sentimos respecto a otro, depende de quién esté frente a nosotros: un hijo, un esposo, un padre, un perro, nos mostramos diferentes. Hablo mucho de doblar, desdoblar y abrir o cerrar nuestras almas.

¿Siente que a través de su obra ese diálogo con su padre a través del arte no ha terminado?

Creo que las obras que estoy haciendo ahora son un diálogo con mi papá, como diciéndole “te reconozco y te recuerdo y estás en mí siempre”. Le digo: “Tú trabajaste en una superficie plana y creaste unos volúmenes que son ilusión óptica y yo estoy trabajando con unos volúmenes reales y que crean una sombra real”. Sigue también el diálogo entre los dos al usar yo el mismo papel que él usaba para sus intaglios, es como seguir lo que él empezó sin cortar el papel, dándole relieve y yo doy el otro paso al doblarlo y cortarlo.

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¿Qué significan para usted los intaglios?

Los intaglios de mi papá fueron la primera búsqueda del volumen. Al hacerlos además con la mano, no usó prensa. Creaba ese volumen con la matriz unos instrumentos y la fuerza de su mano. Era una nueva forma de extraer la geometría interna que él tenía.

¿En sus obras también está presente la inquietud poética materna?

Si, poeta siempre he sido. He vuelto a escribir más en estos dos años. El amor inspira mucho.

¿Sus hijos heredaron la inquietud artística?

Mis dos hijos tienen el movimiento artístico. Al mayor siempre le ha gustado la música, y ahora más que nunca está sumergido en ella, creando. Ha indagado con la pintura y es muy receptivo a mis obras, siempre tiene su opinión. El menor crea unos mundos y cuentos a raíz de sus pinturas. Es impresionante verlo crear y contar.

¿Qué siente al compartir exposición con su padre?

Es mantener la conversación de los dos. Es conservar el arte vivo. Es seguir hablando, creando de una forma, juntos.