PETRONIO ALVAREZ
Ya suena a Petronio Álvarez, cuenta regresiva para la fiesta del Pacífico
Se acerca la fiesta afro más importante del país. Luz Adriana Betancourt, secretaria de Cultura, dio detalles del Festival Petronio Álvarez.
Desde el próximo 14 de agosto y hasta el 19 del mismo mes se llevará a cabo la versión número 23 del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez. Han sido más de dos décadas en las que el evento se ha consolidado como el mejor y más grande espectáculo de la cultura afro de América Latina.
El País habló con Luz Adriana Betancourt, secretaria de cultura de Cali, para que comentara los pormenores del evento que congrega a miles año tras año en la Unidad Deportiva Alberto Galindo.
¿Cuáles son los ‘platos fuertes’ de está última versión del Petronio?
Va a estar la Pacifican Power, con Nidia Góngora y todos sus músicos del pacífico que hacen un trabajo espectacular con el sonido urbano, con los sonidos africanos y de la salsa. La Pacifican, como digo yo, es el grupo de mayor proyección en el momento. Ellos van a estar el sábado. También se presentará Rumba Morena, que es el invitado internacional, un grupo de música africana que fusiona con música cubana. Y el domingo 18 de agosto tendremos el primer concierto sinfónico de Herencia de Timbiquí con la Filarmónica de Cali.
¿Qué detalles hubo que mejorar para que en esta próxima versión todo salga bien?
Venimos ajustando siempre la Ciudadela Petronio. Dentro del Coliseo El Pueblo queda el Kilombo Germán Patiño, ahí teníamos 8 estaciones, dedicadas a explicar el tema de la partería, las fiestas de San Pacho, los peinados afro o cómo se hace el viche. Este año tiene un elemento que creo será maravilloso y es que van a estar los niños que hacen parte del Petronito. Por primera vez traemos a los niños, que los presentamos en el Teatro al Aire Libre Los Cristales, una semana antes, y esta vez van a estar dentro del Petronio, eso será maravilloso para ellos. Siento que eso nos faltaba: complementar el encuentro del Pacífico con música de niños para más niños.
Años atrás se han presentado problemas con los vecinos del Coliseo de El Pueblo sobre el ruido que causa el festival, ¿qué planes de contingencia habrá este año?
Vamos a tener un muro acústico alrededor de la tarima de unos 12 metros de altura que va a mandar las ondas hacia el otro lado, eso esperamos, según los sonidistas que nos asesoraron, que disminuya un 30 % el nivel de ruido, no un 100 %, que es imposible porque estamos a cielo abierto. El día miércoles, que era al aire libre, lo haremos adentro del Coliseo, ese será otro cambio. Acordamos también disminuir las horas de ensayo, que son durante el día. El concierto en la noche los vecinos lo asumen mejor por la hora, pero las pruebas de sonido se les hacen más difíciles. En cuanto a la movilidad, tendremos más guardas de tránsito y estarán pendientes que no haya carros parqueados en zonas no permitidas.
Hablemos del premio a la mejor canción de memoria y reconciliación, que se comenzó a entregar desde la pasada versión
El año pasado la Secretaría de Paz dijo que aprovecháramos para premiar la mejor canción de convivencia y memoria. Veníamos del Acuerdo de Paz y queríamos saber qué significaba esto en los territorios. No hay ningún tipo de censura en el festival. He escuchado letras de canciones que hablan de los paramilitares, los guerrilleros, cómo el conflicto los afecta, cómo los desplazó la minería ilegal... Uno lo entiende porque allá están solos en medio de lo más difícil y no tienen un medio de comunicación para expresarse, pero cuando vienen y cantan lo dicen, muchos no escuchan las letras, solo se guían por el ritmo, pero los que sí las escuchan se darán cuenta del poder de esas canciones.
Este año se homenajeará a la maestra Aura María González, ¿qué nos puede contar sobre ella?
Es una mujer de campo. Muy sencilla en la forma de vivir. Pero de una profundidad y riqueza espiritual sin límites. Es una cantaora. El Petronio cada año ha querido exaltar a esos personajes que han compuesto canciones o las han interpretado y siguen estando arraigados a su origen. Generalmente no es un reconocimiento a los que siguen en el territorio.
¿Cómo garantizar la venta de bebidas alcohólicas certificadas?
El debate del año pasado se dio porque una persona tenía registro Invima y decía que quien no tuviera eso no podía vender. Eso acabaría con los demás. La defensa de los pueblos afro sobre este tema se dio y se hizo sobre la ley 70, que es la que protege a las poblaciones afrocolombianas, que dice que cuando se da un conocimiento ancestral es colectivo y tiene que ver con su identidad, no se puede nadie apropiar de eso. Para ellos el viche, por ejemplo, es la base con la que trabajan la partería y tiene que ver incluso con la forma en la que se despiden de un muerto. Las bebidas autóctonas para ellos tienen muchos significados.
En el comité conceptual invitamos al invima para que nos ayude a exigir condiciones mejores de certificación, todo esto sin tener que llegar a pedirles exactamente un registro. Podemos dar garantía de que las botellas que se venden adentro del evento tienen estampilla y código de barras, son 50 mil canecas certificadas.
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