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Marino Hinestroza: de gambetear adversidades en su dura niñez, a buscar la gloria en la Selección Colombia

El delantero caleño de 22 años llega por primera vez al combinado nacional de mayores.

16 de marzo de 2025 Por: Francisco Henao Bolívar, editor de Deportes
Bogotá. Noviembre 29 de 2024. Millonarios FC enfrenta a Atlético Nacional, por encuentro válido de la Liga BetPlay II 2024 de la fecha 3 de cuadrangulares del grupo A, en el estadio Nemesio Camacho El Campin. (Colprensa - Cristian Bayona).
Marino Hinestroza llega por primera vez a la Selección Colombia. | Foto: Cristian Bayona

Las gambetas de Marino Hinestroza no son de ahora. Desde muy chico, este delantero caleño de 22 años, que llega por primera vez a la Selección Colombia de mayores, ya daba cátedra de lo que es eludir adversarios.

Nacido en una invasión llamada El Platanal, muy cerca de La Isla, en el norte de Cali, Marino aprendió a sortear las dificultades propias de un sector donde las pandillas siempre han hecho de las suyas, y la venta de drogas es el pan de cada día.

“Son muy pocas las oportunidades que uno tiene en mi barrio; es un clima hostil, pero gracias a Dios pude salir de ahí”, reconoció la hoy estrella del fútbol colombiano, en una entrevista con ‘Grueso calibre’.

Allí comenzó a gambetear los problemas que se le presentaban, pero también a mirar las pocas opciones.

A los 10 años dio el primer paso para salir adelante, ayudándole a su padre del mismo nombre, un obrero que se rebuscaba la vida en obras de construcción, y allí a Marino le tocaba cargar ladrillos sin importar el peso y los riesgos que ello demandaba.

A la par, el fútbol ya lo atraía, y más cuando se ‘enganchaba’ con los vecinos del barrio a hablar en cualquier esquina de los partidos del América y del Deportivo Cali, pero también de la Selección Colombia.

Su habilidad para manejar el balón y su forma de encarar los ‘picados’ que se daban en la cancha de San Luis, la más cercana a su casa, ya eran conocidos en el barrio.

Fue así como Leonardo Molina, un agente de tránsito en Cali, y quien realiza una buena labor a través de una escuela de fútbol - Club Deportivo San Luis II -, dándoles la oportunidad a niños de escasos recursos económicos, en un intercambio futbolístico puso sus ojos en el pequeño jugador, como los puso en otros jugadores que pasaron por su escuela como Andrés Ibargüen, John Jáner Lucumí y Kevin Velasco, entre otros.

Marino Hinestroza ante Santa Fe en cuadrangulares de Liga Betplay 2024-II
Marino Hinestroza ante Santa Fe en cuadrangulares de Liga Betplay 2024-II | Foto: Colprensa

Lo primero que hizo Leonardo fue comprarle guayos y uniformes a la joven promesa de 10 años, además de ayudarle con los pasajes para que no faltara a los entrenamientos y a los partidos.

Marino comenzó a brillar en esos juegos de la Liga Vallecaucana con el Club Deportivo San Luis II, lo que despertó muy pronto el interés del Deportivo Cali, América y Boca Juniors, este último un reconocido equipo aficionado de la ciudad, también formador de muchas estrellas.

En el San Luis II estuvo unos años, hasta que comenzó a ver otras opciones, llegando al satélite que tuvo Atlético Nacional en el Valle del Cauca bajo la dirección técnica de Héctor Hurtado, exjugador del América y del equipo verde de Antioquia.

Fue enviado luego a Medellín para que estuviera en las canteras del equipo verde, pero pudieron más las ganas de regresar a su ciudad y estar con su gente, que los deseos de abrirse campo en un equipo más organizado que lo podía proyectar al estrellato.

“Héctor le ayudó mucho porque le vio condiciones, lo iba a buscar a su casa; pero Marino era complicado, era un muchacho muy difícil de manejar, entonces llegó un momento en que Héctor decidió dejarlo tranquilo, no buscarlo más”, dijo un excompañero de Hurtado en el manejo de la escuela de Nacional en el Valle.

En el 2018, la joven promesa tuvo una corta parada en Orsomarso, el equipo vallecaucano de la Primera B que recién despuntaba en el fútbol colombiano, y con el que alcanzó a jugar algunos partidos de manera oficial, muchos más competitivos que los que venía afrontando.

“Yo lo hice debutar en Orsomarso, tenía apenas 16 añitos; era un extremo pícaro para jugar, pero estuvo poco en el equipo porque el papá decidió llevárselo para el América”, dijo José Gabriel Sangiovanni, quien era el técnico del equipo vallecaucano en ese entonces.

La premura de papá Marino llevó a Marino hijo al América. Allí pasó por las canteras del rojo, donde compartió con Eber Moreno (hoy en el Deportivo Pereira), Kevin Andrade (en el fútbol ruso) y Kevin Viveros (compañero en Nacional), entre otros.

“En realidad Marino muy poco estuvo en América; no se podría decir que es canterano del equipo, porque no pasó por todas las categorías. Estuvo un corto tiempo y después se fue”, dijo Carlos Asprilla, exjugador y exentrenador de las divisiones menores del cuadro rojo de Cali.

Sin embargo, con el cuadro rojo alcanzó a jugar un partido en el 2019, pero ya su destino en el fútbol estaría marcado muy rápido.

El salto al exterior

En el 2020, con apenas 18 años, se dio su sorpresivo paso al Palmeiras de Brasil, cedido por América, de la mano de Carlos Gutiérrez, exjugador de Atlético Nacional y América, y quien en ese entonces fungía como empresario de Hinestroza.

Todo comenzó en un torneo Sub 19 que América afrontó en Sao Paulo, en el que a Marino le fue muy bien. Su empresario hizo contacto con sus pares de Sao Paulo, y de inmediato se dio el negocio para llevarlo al Palmeiras.

Del equipo brasileño, donde no tuvo chance de jugar, pasó al Pachuca de México que sí lo puso en competencia, y luego dio el salto al Columbus Crew de la MLS.

El segundo semestre del año pasado, en el proceso de reconstrucción de su plantilla, Nacional sorprendió con el fichaje de Marino, quien muy poco sonaba a nivel internacional.

Sin embargo, el delantero caleño se encargó de echarse al bolsillo a la exigente afición antioqueña, con un fútbol rápido, desequilibrante y efectivo, resultando un gran aporte para la obtención por parte de Nacional, de tres títulos en el fútbol colombiano entre diciembre de 2024 y enero de este año.

Hoy ese estilo espontáneo, alegre y vistoso, se ve premiado con su llegada a la Selección Colombia, donde se encontrará con jugadores más experimentados que seguramente le ayudarán en su crecimiento.

“Marino es un muchacho muy joven que tiene mucho futuro, vamos a arroparlo y a ayudarlo para que las cosas le salgan bien en la Selección”, dijo hace poco en Win, Juan Fernando Quintero, figura del América y del onceno nacional.

En la Selección, Marino espera seguir siendo esa persona escurridiza que le permitió sortear con éxito las malas tentaciones que encontraba en su humilde barrio, para aportarle al combinado nacional en el camino al Mundial de 2026.

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