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SALSA

Charla con el salsero 'Lalo' Rodríguez a su paso por Cali

El cantante reconstruye episodios de su carrera musical y conversa de sus nuevos proyectos.

17 de mayo de 2017 Por: Joan Camilo Bolaños / Especial para El País 
El salsero ‘Lalo’ Rodríguez. | Foto: Foto: especial para El País

"De la cuadra vieja soy el último que llegó: soy el más joven de los grandes. Después de mí comienza otra etapa", afirma Ubaldo ‘Lalo’ Rodríguez cuando se le pregunta por su carrera musical.

Y es que ‘Lalo’ no lo duda, pues vocalizar, a sus 16 años, ‘The Sun of Latin Music’ con Eddie Palmieri, la primera producción latina en conseguir un Grammy, y haber compuesto un sinnúmero de canciones le dan esa confianza.

Hoy, después de 43 años, dice que pasará toda una eternidad para que otra persona, a menos que sea una mujer, pueda entonar ‘Un día bonito’ en el mismo registro y matiz que él lo hizo... y lo sigue haciendo.

Prueba de eso son los comentarios de su última presentación en ‘Soneo’, una discoteca de Juanchito, pues nunca baja su tono. “Si eso llegara a ocurrir, sería ‘time to go’, tiempo de retiro”, sostiene este sonero nacido el 16 de mayo de 1958 en Santurce, un barrio de San Juan, la capital de Puerto Rico.

¿Por qué ‘Lalo’?

A mí me decían ‘Lolo’, pero Palmieri me comentó que tenía mucho público de habla inglesa y que la pronunciación de mi nombre se iba a escuchar cómica y me dijo: “vamos a arreglar eso, de ahora en adelante te vas a llamar ‘Lalo’”. Fue, entonces, mi padrino, la persona que me presenta al escenario salsero y quien me bautiza.

¿De dónde viene la afición por la música?

Mi padre era trovador del campo, de música jíbara. Le decían ‘El jíbaro de Coamo’, José Rodríguez. Yo tengo cuatro hermanos, pero ninguno canta. Saqué la vena de mi papá.

¿Cuándo empieza a cantar?

A los 4 años ya cantaba. Cuando entré a la escuela tenía que hacerlo en todas las fiestas, pero me di a conocer a los 9 años en las patronales, aunque a esa edad ya entonaba canciones populares y baladas. Un año después formé parte del grupo de aficionados del programa ‘Tribuna del Arte’ de Puerto Rico, dirigido por Rafael Quiñones Vidal, el patriarca de la radio.

Me gradué de ahí con Yolandita Monje y empecé a cantar en televisión. A los 12 años hice parte del grupo ‘Tempo Moderno’, éramos unos muchachos de Carolina bastante jóvenes que no superábamos los 17 años. Esa fue mi primera experiencia con la salsa.

¿Cómo entró a la orquesta de Palmieri?

En el verano de 1973 alternamos en el escenario con Eddie Palmieri, en donde tuve el acercamiento con él. En marzo de 1974 me buscó, nos fuimos para Nueva York y de ahí al Electric Studio de Jimmy Hendrix a grabar ‘The Sun of Latin Music’, álbum ganador del Grammy, el cual incluye ‘Un día bonito’, ‘Deseo salvaje’ y ‘Nada de ti’.

Sin embargo, La producción que más recuerdo es ‘Mi cumbia’, cuya letra escribí. Después viene Unfinished Masterpiece (1974), con el cual volvimos a ganar el Grammy e incluye el muy sonado ‘Oye lo que te conviene’.

¿Cómo fue grabar su primer disco?

La grabación de ‘Sun of Latin Music’ fue larga, trabajosa e inesperada, pero se hizo. Los mayores se impresionaban de que un muchachito de 16 años tuviera la capacidad y la confianza que yo tenía.

‘Un día bonito’ fue un tema mítico...

Era el tema principal de esa producción. Dudo mucho que pasen 40 años y que llegue alguien, a menos que sea una mujer, que pueda cantarlo en esa forma y ese matiz que yo lo hice a los 16 años. Yo no bajo mi tono, los arreglos que canté 40 años atrás los hago ahora. El día que tenga que bajar los tonos es el ‘time to go’, tiempo de retirarme.

¿Cómo fue estar en una Nueva York que vivía la discriminación?

Para llegar a Nueva York, mi padre le puso a Palmieri la condición de ir conmigo. Yo no tengo mucha escuela: lo que logré fue un octavo grado porque mi maestra era mi amiga y me pasaba. Pero sí sabía pedir ‘jam and eggs’ de desayuno.

Había una discriminación tremenda. Yo llegué en el 74 y la ley de los derechos civiles fue firmada en el 68. Aunque estaba la peculiaridad de que el grupo de latinos que nos concentrábamos en los clubes nocturnos de salsa éramos una familia, fuera de allí existía un racismo muy grande. Entonces, debías tener tu carácter.

Sin embargo, soy de las personas que piensa que quien me discrimina me tiene miedo, pues quien está seguro de su potencial vive en una paz tranquila.

¿Qué vino después de Palmieri?

Grabé ‘Introducing Lalo Rodriguez & Simon Perez’ (1976) con Tommy Olivencia, el cual incluye tres canciones de mi autoría: ‘Vengo del monte’, ‘Montuno sabroso’ y el bolero ‘Hoy no me recuerdas’. Estuve con él cerca de 4 meses. Nos ganamos el trofeo de la mejor orquesta y seguí con Frank ‘Machito’ Grillo.

¿Cómo fue el paso por la orquesta de ‘Machito’?

Grabamos Fireworks (1977), álbum en el cual compuse ‘Desilusión’, ‘Mi ritmo llegó’ y ‘Guaguancó a México’. Era una ‘big band’: cuatro trompetas, cinco saxofones, tres trombones. De ahí hice con la Puerto Rico All Stars el álbum Tributo al Mesías’ (1979), allí vocalizo el número ‘Alianza de generales’, el cual escribí, y una nueva versión de ‘Oye lo que te conviene’.

¿Qué aprendió de cada uno de sus maestros?

De Tommy Olivencia aprendí a tratar con el músico. Muy pocos lo saben, pero Tommy empezó como cantante. Eso le daba el oído para encontrar nuevos talentos.

Eddie Palmieri me dio la maestría musical, además de que fue quien me presentó a las grandes ligas de la salsa.

‘Machito’ me enseñó la disciplina, el respeto, la elegancia en la tarima y la riqueza musical. En aquel tiempo no se tocaba por dinero sino por vocación. Tú no vales nada si primero estás pendiente de la plata. Por eso, respeto al músico colombiano.

¿Quién fue el mejor sonero que escuchó?

En el Olimpo está Ismael Rivera, como él nacen cada 100 años. Después Chamaco Ramírez, es lo más grande que he conocido. En el campo jocoso, Marvin Santiago. Cano Estremera, la reencarnación de todo lo bueno, lo jocoso, el sonido y el soneo.

¿Cuándo se lanzó como solista?

En 1980 recibo la oportunidad de Frank Ferrer para grabar mi primer disco como solista con la producción ‘Simplemente... Lalo’. El disco fue un total éxito en todas las plazas salseras.

‘Máximo Chamorro’ fue un grito de América Latina...

Le pregunté a ‘Tite’ Curet, quien escribió el tema, de dónde venía eso. Él me cuenta que era una forma jocosa de explicar la historia de quien en vida se llamó Pedro Joaquín Chamorro, director del diario La Prensa en Nicaragua en la época del dictador Anastasio Somoza. Era el esposo de Violeta Chamorro, la expresidenta. ‘Tite’ hizo un recuento de la lucha por la libertad de los sandinistas.

¿Qué consecuencias políticas produjo en plena época de Guerra Fría?

Yo soy un vocero del pueblo. A mí la consecuencia política ni me va ni me viene. La verdad es hija de Dios. Si yo tengo el medio para llegarle a la masa, es mi obligación moral hacerlo: llevarle la verdad, un mensaje de progreso y de adelanto al pueblo. A mí no me interesa que los ricos me quieran sino que el pueblo me acoja. El diablo es padre de toda mentira. Quien tenga sentido para entender que entienda.

Después de sus tres años de silencio musical, ¿qué grabó?

Saqué ‘El niño, el hombre, el soñador, el loco’ (1985), un disco de música folclórica puertorriqueña de bomba y plena, con una sinfónica de 55 músicos y unas letras que se salían de lo común. Después hice ‘Punto y coma’ (1987). Luego viene ‘Devórame otra vez’ en ‘Un nuevo despertar’ (1988)… y lo demás es historia.

¿Qué le tiene preparado a su público?

Sacaré próximamente un disco. Viajo a Puerto Rico a acompañar a mis padres, pues están enfermos, y a hablar con la productora. Además, estoy escribiendo un libro para contar anécdotas de mi carrera y maldades que me hacían, como cuando me apagaron el micrófono en el famoso duelo entre Cano Estremera y Domingo Quiñones.

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