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La clase mela que propone el Águila Descalza llega a Cali en temporada. Hablan Cristina Toro y Carlos Mario Aguirre
El humor, el amor y el teatro del Águila Descalza llegan a Cali, para festejar 40 años de arte y creatividad, con una obra que propone una clase mela.

Por Isabel Peláez y Johana Fiallo
El Águila Descalza dejó su nido, Medellín, para volar por el país y por el mundo. Aterrizará el próximo 27 de marzo en Cali, donde tendrá temporada hasta el 5 de abril, para celebrar 40 años de arte y dramaturgia, con una nueva obra. ‘Ni ricos ni pobres: Clase Mela’.
¿Por qué ‘Ni ricos ni pobres’?
Carlos: Ni ricos ni pobres, porque avizoramos una clase mela. Más que una clase media, es una clase creativa, que sabe sacar de todas las contrariedades del día a día, un mundo nuevo, una posibilidad distinta a esa en la que se desenvuelve.
¿Esa clase mela la encontramos propiamente en Colombia?
Cristina: Es una búsqueda y una propuesta del Águila Descalza para que nos desatemos de todas esas obligaciones a las que nos someten desde que estamos niños, en una sociedad que ha luchado obsesivamente por poner a la gente como borregos, a perseguir la zanahoria del triunfo, del éxito, a cambio de sacrificar su esencia, de desconocerla, de avergonzarla.
Esta propuesta escénica se da en el marco del aniversario 40 del Águila, ¿cómo es su balance de todo este tiempo sobre las tablas?
Carlos: Esa ha sido la magia. Hemos construido antes que una dramaturgia, un amor y eso es impagable; un amor no se consigue a la vuelta de la esquina, ni lo despachan por internet, ni en ninguna plataforma se encuentra con facilidad.
El logro máximo es nuestro amor, 40 años relacionándonos con el público, creando, encontrando en las fuentes que nos ha proporcionado el pueblo, la posibilidad de recuperar identidades y de avizorar cambios, momentos, historias.
Pero además, la posibilidad de estar 40 años en el escenario es algo inédito en este país. No cualquiera se monta un día del año 1985 a un escenario tratando de cumplir un sueño, y 40 años después logra decir: “No nos defraudamos”.
¿Qué personaje va a interpretar cada uno en medio de esta gira?
Cristina: Esta es una obra autobiográfica en la que nos hemos cambiado los nombres para que no nos detecten. Carmela y Carmelo, pero finalmente somos nosotros.
Es un recorrido por nuestros antepasados, pues hemos sido criados con esa misma obsesión que nos transmitieron de generación a generación, en la búsqueda de un futuro, con padres que nos inculcaron que había que estudiar para salir adelante, y que terminan formando parte de una sociedad que se desvive para nacer, crecer, estudiar, multiplicarse, para que alguna vez en la vida se puedan jubilar y volver a desaparecer. En esa aspiración surgen una cantidad de situaciones que nos dan pie para la reflexión y la comedia. Es una crítica a todo lo que nos han tratado de obligar a hacer, de respingar narices, de alisar pelos.

¿En 40 años de teatro,de qué no han hablado?
Carlos: Menos mal tema es lo que falta. Hemos hablado de los profundos miedos que sentimos, de los amores, de los desamores, de las madres y del mercado. Hemos tratado de recuperar en el escenario nuestro sentir y nuestra ilusión.
El teatro siempre estará tocando los mismos temas, esa serie de dicotomías en que nos desenvolvemos, y por eso esta obra es un conjunto de sentimientos y de pareceres, es una obra coral. Siempre hemos referido un poco nuestras obras a las parejas, y los ambientes familiares, pero esta obra nos toca como sociedad.
Todo visto desde la óptica del Águila Descalza, que compromete mucho la risa, pero dentro de la risa, la profunda reflexión. No en vano los bufones de William Shakespeare son tan característicos. No en vano vemos a Chaplin burlarse de su propia inestabilidad y de su precariedad, comiéndose los cordones de sus zapatos y los zapatos mismos, con sus bocas abiertas, simulando pescados. Entonces hemos retomado el pueblo, la sociedad, lo que nuestro mundo nos ofrece para llevarlo a escena y entregárselo al público. Es un material inagotable.
¿Qué prefieren Carmelo y Carmela: un feo con plata o un guapo sin plata?
Carmelo: Un lindo con plata, pero si toca un feo, pues que tenga plata (risas). Antes existían príncipes que se casaban con cenicientas, hoy en día esa ilusión ha desaparecido. Un príncipe o una princesa rechaza una cenicienta de plano, es una cosa que ya no se da, solamente en telenovelas como Café. Aunque si existe una totalidad, la gente prefiere un bonito con plata.
¿Qué tan importante es el humor en la canasta familiar de esa clase mela?
Cristina: Yo creo que debería ser prioritario. La clase mela es una clase que está atada a la creación, al desprendimiento de las cosas materiales, y más bien está conectada con un mundo en el que el placer, el descanso, y los sueños sean posibles. Como lo decía Federico Fellini: “Nací en un pueblo negado para el humor y, por lo tanto, indefenso. El pueblo que está negado para el humor, para la risa, para ese gasto inútil de la risa, es un pueblo sin armas para luchar contra la adversidad”.

¿Cuántos hijos debería tener una pareja de clase mela hoy en día?
Cristina: Creo que los hijos tienden a la desaparición en el espectro de la clase mela. Hay una desilusión general con la idea de procrear.
Estas nuevas clases ahora están pensando más en ellas mismas, en cuidarse y a lo mejor, algunos tienen la conciencia de que en un universo que no ha resuelto los problemas de los niños que ya existen, empieza a ser un tanto irresponsable pensar en tener los propios.
Llegará un momento en el que, como sociedad, nos pensemos hacia la renovación, y esto sea visto como un problema global y no como un problema de pareja, ni de individuo. Esta es una generación de nuevas experiencias, del haberse desatado del sitio de trabajo y de poder ganarse la vida desde cualquier parte del mundo, eso ha cambiado el arraigo. Todo eso va alejando la estabilidad necesaria para crear una familia.
Próxima parada
La gira ‘Ni ricos, ni pobres, Clase Media’ estará visitando otras ciudades a nivel nacional e internacional. “Después de Cali, estaremos el 2 de mayo en Nueva York; el 8 en Atlanta; el 10 en New Jersey; el 17 en Boston, y del 21 al 30 de mayo, en Bogotá. Esperamos esta vez poder ir también a ciudades como Texas y California, en Estados Unidos, adonde no hemos ido antes. Por supuesto, en la agenda también están Madrid y París”, dice Cristina.
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