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‘La pintora de la ternura’ festejó sus 91 años de vida

La artista Lucy Tejada celebró su cumpleaños con amigos y familiares en una finca en el cerro de Cristo Rey.

10 de octubre de 2011 Por: Daniel Suárez, reportero de El País

La artista Lucy Tejada celebró su cumpleaños con amigos y familiares en una finca en el cerro de Cristo Rey.

Este domingo, a unos pasos de su finca La Catleya, en una ladera del cerro de Cristo Rey, la maestra Lucy Tejada, uno de los referentes más importantes del arte contemporáneo en Colombia, festejó sus 91 años de vida con sus familiares y amigos más cercanos. Su menuda figura que contrasta con la grandeza de su obra, se confundió en medio de los abrazos de los suyos, que festejaron su existencia en medio de una íntima celebración que tuvo como menú una exquisita paella. ‘La pintora de la ternura’, como la llamó su amigo Alejandro Obregón, se mostró sonriente y muy lúcida, acompañada de su médico de cabecera Alberto Negrete y de sus hijos Alejandro Valencia Tejada y Claudia Valencia.Son cerca de 50 años durante los que Lucy ha habitado ese sitio natural, que le ha servido para “estar lejos de la civilización”, de la vida “miserable y egoísta” del mundo, y estar más cerca de la tranquilidad que le trae la contemplación del sonido de los pájaros, el viento, el olor de las flores y el silencio de la montaña.A sus 91 años -“o 100 menos 9, para jugar con el tiempo”- la artista recuerda a los “amigos amables” de Pereira. Una ciudad que la acogió cuando su vida pasaba por momentos difíciles. La pintora relata que en agradecimiento y por ser su ciudad natal, adelanta negociaciones para donar su obra a la capital risaraldense.Lucy advierte que “la vida mía ha sido larga, si me pongo a recordar todo, no sé dónde voy a parar”. Las primeras imágenes que le llegan a su cabeza cuando le preguntan de Pereira son: la casa de sus padres en los años 20; las invitaciones para que ellos participaran en la Sociedad de Mejoras Públicas para hacer gestiones cívicas en la ciudad; y los árboles de mango de la Plaza de Bolívar.La artista comenta que en Pereira “mis padres me metieron a instituciones de las que no fui muy amiga. En mi llegada a Cali encontré el Liceo Banalcázar, donde sentí mi libertad, me encontré con mi manera propia de ser”. A mediados de los años 50 regresa “pelada” a Colombia desde Europa, “uno va dando tumbos por las circunstancias” y llega a Pereira. “Cuando vine de España no tenía dinero y los de Pereira me dieron qué hacer”. Para hacer su donación Lucy tuvo en cuenta primero a Cali, pero las negociaciones aquí no tuvieron frutos. Ahora contempla como su única opción a Pereira. “Allí siempre ha habido gente muy querida, que considera que uno vale. Como el doctor Otto Morales. Ellos han tenido en cuenta el valor que una persona tiene con relación a un sitio. Y reconocen que lo que yo he hecho tiene un mérito y un valor para Pereira y yo soy nacida allá”.Aunque hace diez años Lucy dejó de pintar debido a la ceguera, habla del arte: “¿Cuál es el arte contemporáneo? La historia del arte está llena de retrocesos, de volver al pasado y vuelve y gana la primera experiencia, es como una carrerita”. Ahora, dice: “He dejado de ver lo que sucede, uno se va aislando, pero pienso que tengo que seguir hasta que acabe el juego. Pensar en el pasado no sirve para nada. Lo que nació torcido, allá está. Lo mismo pasa cuando uno piensa en lo que viene”.

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