Malos días, un thriller con sello caleño
El cineasta caleño Andrés Beltrán estrena el 21 de abril en cines colombianos Malos días, película seleccionada en el Festival de Cine de Varsovia.
El cineasta caleño Andrés Beltrán estrena el 21 de abril en cines colombianos Malos días, película seleccionada en el Festival de Cine de Varsovia.
Andrés Beltrán es un cineasta caleño que estrenará Malos días, su ópera prima, en Colombia, el próximo 21 de abril. El primer western moderno o que él prefiere llamar thiller con influencias de neo noir (nuevo cine negro).
Esta película que fue seleccionada en el Festival Internacional de Cine de Varsovia el año pasado, y que ha participado en la primera edición del Biff o Bogota International Film Festival y en The Colombian International Film Festival en Nueva York, llega a las salas de cine colombianas para confirmar que Cali sigue siendo noticia.
La de Malos días es una historia de esperanza y amor en tiempos difíciles, como explica este egresado de Comunicación Social, con énfasis en Producción Audiovisual de la Universidad Javeriana.
Hijo de cinéfilos, Beltrán realizó una maestría en guion en la U. Nacional, donde trabajó en sus primeros cortos con profesores como Sandro Romero Rey, Hugo Chaparro, Miguel Mendoza y Enrique Pulecio.
Ya se le conocía su trabajo por su dirección de videoclips de bandas musicales nacionales como Superlitio, San Alejo y The Milk, y de un corto del género comedia para Cine Colombia llamado El librero. Pero Malos días es su primera película, que inició en agosto de 2013 y culminó en septiembre de 2015, y mientras duraba la postproducción hizo su maestría de dirección en Londres, durante un año.
Malos días la escribió a partir de un guion original y cuenta la historia de Emilia y su madre Lucía, que se ven forzadas a resguardarse en una cabaña después de que su padrastro, El Turco, roba un cargamento de esmeraldas. Dos delincuentes llegan accidentalmente al lugar. Uno de ellos está herido y necesita reposo. Pronto descubrirán por qué ellas se están escondiendo. Esperan que El Turco regrese. Me basé en la idea de un lugar perdido. Y empecé trabajando una historia por medio de personajes de carretera que van llegando a la cabaña donde están la madre y su hija, explica Beltrán. Luego trabajó la idea de la adolescente como narradora.
No me gusta decir que es un western, porque dicho género se dio en un momento y en un lugar específico, en Estados Unidos y en el Viejo Oeste, y después los italianos lo retomaron; en Malos días los personajes no van a caballo ni con sombreros, pero la película sí tiene a nivel estético algunos elementos como el sentido de la hostilidad, el que se desarrolla en un lugar sin ley, árido, y que se pasa de plano generales como los paisajes a planos detalles como los ojos. Este es un thiller con elementos del neo noir y del western, y siendo Colombia un país convulso y lleno de violencia, esos géneros son perfectos para contar nuestras historias, dice el realizador.
Siendo su primera película se rodeó de actores con mucha trayectoria, como Cristóbal Errázuriz (Iván Vallejo en Café con aroma de mujer), a quien visualizó como El Turco, desde que incluyó a dicho personaje en un guion de cortometraje, que por razones de financiación no se pudo hacer, pero que fue clave en esta película.
La adolescente, interpretada por Alejandra Chamorro, cumplió esa doble condición de niña inocente con aires de picardía y sensualidad, al igual que Gloria Montoya, a quien Andrés había visto en La sangre y la lluvia, de Jorge Navas, y fue ideal para el papel de mamá. Y Roberto Cano encajó en el rol de un tipo con aires de malo que esconde cierta bondad. David Valencia (modelo y actor caleño) fue un descubrimiento y con Carlos Fonseca habían trabajado en cortos.
Eligió Boyacá por ser desértico, pero con oasis como la cabaña en medio de la aridez. El rodaje duró 20 días, aunque estuvieron encerrados siete más por el paro agrario. Se escasearon los alimentos y comían solo lentejas y arroz. Cerraron las vías, un día Alejandra Chamorro, que debía grabar en Caracol, no pudo salir porque taparon las vías con troncos de madera quemada. Gloria Montoya, quien tenía una bebé de tres meses de nacida, tampoco pudo salir. Pero esto generó entre todos una relación sólida.