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“Me tocó estar jodido como nunca mientras escribí este disco”, Ricardo Arjona habló sobre ‘Seco’, el álbum escrito desde la vulnerabilidad
Arjona habló sobre su nueva música, la etapa que ha tenido que vivir durante los últimos meses y cómo se inspiró luego de una profunda crisis.
Finales de 2023 el mundo de la música latina quedó en shock cuando fue anunciada la cancelación de la gira internacional que venía realizando Ricardo Arjona por distintos países de Latinoamérica, con la incertidumbre de si el cantautor guatemalteco podría volver a los escenarios.
Para fortuna, de sus miles de fans de distintas generaciones, la espera no fue tan larga, pese a los serios problemas de salud que venía afrontando Arjona -que lo hizo someterse a delicadas cirugías de columna- y como todo artista, la composición no se detiene, lo que me permitió contar con las doce canciones que ahora hacen parte de ‘Seco’, el nuevo trabajo discográfico que lanza este 17 de marzo con una gama de historias, recuerdos, nostalgias y una exploración por distintos géneros musicales.
Arjona habló sobre su nueva música, la etapa que ha tenido que vivir durante los últimos meses y varias de las canciones de ‘Seco’ que ha lanzado de manera anticipada.
EN BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD
¿Después de lo que ha tenido que vivir en los últimos tiempos, qué tan feliz es?
Una buena mañana me desperté -esto es cierto, no es de Kafka, es mío-, prendí el televisor, puse un programa familiar, no entendí nada de lo que pasaba. De tanto no entender nada, empecé a entenderlo todo. Y empecé a lograr un nivel de plenitud, ojo, no quiero parecer como estos influencers que andan vendiendo: “no entiendas nada y serás feliz”, no, no va por ahí.
La felicidad son esos golpecitos que vienen de vez en cuando y que ayudan a solventar el montón de golpezotes que vienen casi siempre. Pero no entender nada sin preferencias, regularmente te lleva a un estado de plenitud. Hoy no entiendo nada, si me preguntas de lo que pasa en el mundo, no tengo la respuesta.
Lo más importante de todo es que tengo la clara certeza de que el que está mal soy yo. Ya no le echo la culpa a nadie. Yo estoy mal, y tener esa sensación tan clara de saber que estás mal porque no entiendes nada, te empieza a dar una paz y una tranquilidad muy importante.
Hoy me siento en un momento de inmensa plenitud en mi vida porque ya no le exijo nada a nadie. Me he vuelto un poco egoísta, alguien me dijo alguna vez que cuando empiezas a entrar en otro tipo de edades, vas aprendiendo a ser un poco más egoísta. Yo sigo teniendo mi entorno cercano y lo adoro. Soy tan cómodo ahí, me cuesta mucho trabajo salir. Cuando salgo a la calle, sobrevivo, pero ya no le exijo mucho a la gente. Por lo tanto decirte “soy feliz” es muy atrevido, pero decirte “no entiendo nada” como un síntoma de plenitud, creo que es lo mejor que me puede pasar (risas).
Luego de 35 años de vida artística y cientos de canciones creadas, ¿escucha su propia música?
¿Escuchar mi música? no, (risas) muy pocas veces. Si voy a un restaurante y ponen mi música, ¡Ay, Dios! me meten en un lío porque quedo como un pesado. Siempre pido el favor de que la quiten. Para mí es insoportable comer en un restaurante escuchando una canción mía de fondo, no hay nada peor que eso.
Para mí es un muy buen ejercicio no escucharme, no verme en mi casa. No hay un solo premio mío en mi casa, un disco de platino, de diamante, no hay fotos mías en mi casa (risas), no. Yo me expongo demasiado afuera, entonces cuando entro a mi casa, regularmente lo que hago es ser un actor de reparto, que me divierte mucho y me trae mucha satisfacción también.
‘Seco’ es un nombre que viene de sus recuerdos familiares…
Es un nombre raro porque me parece que seco en el sur es el que no tiene plata. El único lugar donde seco significa lo que significa es en Guatemala, que es “flaco”, y es como a mí me dijeron desde siempre. Que si es una manera de regresar al pasado, sí. Se me juntaron muchas cosas, desde el final de la gira, que lo terminé con seis infiltraciones en la columna, hecho pedazos, muy medicado, hasta la doble cirugía en Barcelona. Se me vinieron muchas cosas a la cabeza y eso te hace realizar un ejercicio que tiene que ver con el pasado, que para el autor fue fantástico. El autor siempre jorobando, porque el autor se vitaliza del sufrimiento. Toda la vitalidad que adquiere y que va a parar a canciones que son emocionalmente más poderosas que las canciones que hace cuando está feliz, hacen que él se la pase increíble pero que el otro esté jodido como nunca. A mí me tocó estar jodido como nunca mientras escribí este disco. Lo irónico, en este caso, es que cuando escuchas el resultado de las cosas que escribiste cuando estabas muy jodido, te hace sentir mucho mejor, que es donde estoy ahora.
‘Todo Termina’, una de las canciones que más han llamado la atención de este álbum ‘Seco’.
Sin duda, es una de las canciones que más me conmueven de todo lo que escribí a lo largo de mi vida. Conmueve a mis hijos cuando se las mostré, que fueron los primeros, y la mayoría de la gente tiene una sensación especial con esta canción. Podría ser la canción que no me escribió mi papá, pero que tenía ganas de escribírmela, como para decirme, más o menos, qué era lo que podía llegar a pasarme, y la canción que yo le escribí a mis hijos como para decirles, más o menos, por dónde pensaba yo que iba a ir la cosa. Pero, después es la canción que describe a base de puros momentos lo que puede llegar a ser un pasaje, la película de nuestra propia vida. Cuando yo escribí ‘Todo Termina’, yo sabía que tenía un disco importante, por lo menos en el mundo y en el universo mío.
Hace 32 años publicó ‘Mujeres’, y ahora, aparece en ‘Seco’ una canción llamada ‘Mujer’...
¡Uy Dios! ¿Cómo te explico ‘Mujer’? Es un tema tan complicado. ‘Mujer’ es la fotografía de lo que es el gremio femenino en los ojos de un tipo que lo que tuvo cerca fue muy distinto de lo que tuvo cerca mucha otra gente. Mi madre no fue una mujer débil, no (risas). Mi madre era exactamente lo contrario. Cuando había que pegar una trompada en el barrio, la primera que pegaba la trompada era mi mamá. Pasó esto realmente, alguna vez tuvimos un pleito en la calle confrontándonos con un tipo y de repente, aparecía un puño por aquí y era mi mamá (risas), que era además de eso un comandante, con su disciplina, con su tenacidad.
Lo que quiere decir que mi visión acerca de la mujer, es una mujer que sabe defenderse y ocupar un lugar, y darse el lugar que ella cree que se merece. ‘Mujer’ cuenta la historia de una niña que va generando con los propios accidentes de la vida típica de una mujer, una fortaleza y va conformando una personalidad que la hacen dueña de los pasos y de la tierra que pisa.
Es un tema delicado -al principio la canción iba a ser interpretada por una mujer-.
’Barcelona’, una ciudad que usted volvió canción…
Sin duda, si mi cirugía no hubiese sido en Barcelona, no creo que hubiese escrito esta canción, jamás. ‘Barcelona’ retoma de alguna manera una historia de amor que quedó en suspenso por la juventud. Yo viví en por ligar un tiempo ¡fantástico!. Pasé días extraordinarios, fui buscando a Dalí, por supuesto, el fantasma de Dalí, Dalí ya no estaba. Conocí su casa, fascinado por su historia, fascinado por su obra, y me quedé enamorado del lugar, y en ese entonces ocurrió una pequeña historia de amor que hoy recreo en la canción de ‘Barcelona’.
Me ha sorprendido mucho porque lo que resultó como una canción que apareció como un chispazo en medio de la crisis, hoy podría ser una de las canciones preferidas de mucha gente que ha escuchado este proyecto.
‘Despacio que hay prisa’, una canción en tiempos de hiperconexión…
A mí me divierte mucho esa canción, me gusta su texto también. Vuelve a aparecer esta bipolaridad en el autor que llevo dentro, de escribir ‘Todo termina’ y de escribir ‘Despacio que hay prisa’. Ambos autores parecieran distintos pero a la hora de estudiarlos, a la hora de yo ponerlos en un plano frontal descubro que es uno relajándose y otro oscureciéndose, pero que son la misma persona. A mí me encanta, me parece que es una de las producciones más impecables que yo he logrado tener a lo largo de mi carrera, y es una historia que tiene mucho que ver con lo que me está pasando hoy después de esta crisis que he mencionado tanto, y que ya me tienen prohibido hablar porque yo sé que es feo estar escuchando un tipo que se queja: “me pasó esto”.
Tenía que contar qué me pasó, pero estoy viviendo hoy un momento que es muy parecido al de la canción de ‘Despacio que hay prisa’.
Escuchando ‘Nirvana’, otra de sus nuevas canciones, me preguntaba sobre lo difícil que puede ser escribir canciones sobre el amor después de décadas de composición…
‘Nirvana’ es una canción que ve al amor como un bebé que duerme, que sonríe mientras duerme. Ve el amor como un bebé que mientras duerme es feliz también. Permanece feliz, pero no le gustan los ruidos ni los movimientos ásperos, hay que mantenerlo tranquilo, que fluya. Si lo mueven mucho, si le exiges mucho, si le haces mucho ruido, el amor se perturba y se joroba. Lo que quiere decir que al amor no hay que ponerle barrera, límites o colgarle medallas porque se asusta, y es peligroso un amor asustado porque cuando el amor se asusta empieza a huir, sin que nos demos cuenta.
Puede ser que la costumbre nos mantenga ahí, en una especie de calvario supuestamente feliz en el que aprende a vivir un montón de gente, pero “Nirvana” es un tipo que le dice a ella “vamos poco a poco, pero no me muevas mucho” (risas). No pidan nada antes de tiempo, dejemos que este asunto fluya porque la felicidad sólo viene de la naturalidad con la que se le vea, no de las exigencias. Eso es ‘Nirvana’.