Róbinson Díaz habla de su doble rol en la serie 'Tiro de gracia'
En 'Tiro de gracia', una coproducción de Caracol Televisión y Televisa, Róbinson Díaz hace un doble papel, de Salvador y Vicente.
En 'Tiro de gracia', una coproducción de Caracol Televisión y Televisa, Róbinson Díaz hace un doble papel, de Salvador y Vicente.
Róbinson Díaz más que un actor, es un artista. Sus personajes sobresalen, estén donde estén. Este paisa lleva más de 20 años demostrando su versatilidad como Hamlet, en teatro; Carlos Alberto Buendía, en La mujer del presidente; Tomás Manrique en La saga, El mago kandú en Pecados Capitales, Óscar Leal en Vecinos; El Cabo en El cartel de los sapos, en televisión y en roles de películas como Bolívar soy yo, La gente de la universal, Soplo de vida y La pena máxima.
Su éxito traspasa las fronteras, ahora llena teatros y estadios en México con su show El cabo, un narcotraficante que hace parte de El señor de los cielos, de Telemundo. Su último papel en la televisión colombiana pidió su historia y los guiones en dos: Robinson es Salvador Chaparro y Vicente Vallejo en la serie Tiro de gracia del Canal Caracol.
Actor, comediante y caricaturista, se autodefine como un tipo al que le gusta hacer las cosas bien, persistir y resistir.
¿Cómo llegó a ser uno de los actores más reconocidos del país?Estudié en la Escuela Nacional de Arte Dramático, terminé en el 91 y empecé a trabajar en televisión y en teatro, y no he parado. Hago televisión, teatro y cine.
¿Qué prefiere: el cine, la televisión o el teatro?Soy una mezcla de actor y rebuscador. Trabajo generalmente en proyectos que me gusten. Como soy profesional, me dejan hacer teatro. Ahora estoy dedicado a la televisión. Soy el único actor en Colombia que lleva 18 años como exclusivo de un canal privado, Caracol.
¿Qué hace a un buen actor?Ser coherente. Estudiar mucho y aguantar los bandazos de los mediocres. Persistir, resistir y estar entrenando todo el tiempo, buscando llenar de emociones a la gente.
¿Cuál libro llevaría a la pantalla chica?Muchos, pero ahora lo que manda la parada son las bionovelas de músicos, la gente quiere ver novelas donde se hable de sus ídolos, una tendencia contra la cual es difícil luchar.
¿Qué caracteriza a El Cabo?La gente lo ama. Traer a Colombia un personaje que ha sido tan bien recibido en Centroamérica y Estados Unidos, me hace sentir muy bien.
En Tiro de graciaes Vicente y Salvador al tiempo ¿fue difícil encarnarlos?Dificilísimo, un gran reto, allí pude demostrar mi versatilidad.
¿Estos personajes de narcos no lo están encasillando?Cuando usted ve los que hice en El Cartel y el que hago en Tiro de gracia se contesta la pregunta. A los que dicen que estoy encasillado, ¿qué les puedo decir? Hay óxido y veneno en sus palabras. Cualquier actor daría lo que fuera por sacarle partido a estos personajes y que le paguen por ello. Soy el único en Colombia que puede hacerlo, y puedo girar con ellos, presentarme en las mejores plazas y teatros de México. Es una mezcla de envidia y purismo ridículo. Si me llaman es porque la gente está queriendo ver ese personaje, no otros. No es encasillamiento, es marketing. Es el premio del público diciendo que les fascina. Encasillamiento es alguien que no puede hacer más cosas, no es mi caso. Hay un moralismo y un purismo de provincia, que no construye.
Cuéntenos sobre su faceta como caricaturistaInquieto por el dibujo llegué a El Mundo de Medellín y a El Espectador y trabajé para El País dos años, allí publicaron mis caricaturas como Picho y pucho. Es una etapa de mi vida muy especial, trabajar creativamente es algo digno. Y hace poco volví a la caricatura en El Espectador. Estoy muy contento.
¿Picho y pucho creen que el sistema de salud mejorará con la nueva ley? ¿Están de acuerdo con el proceso de paz?Lo que sí sé es que en Colombia todo es para los ricos. Es doloroso que en este país la salud solo sea para los que tienen poder y plata. Y están convencidos con el proceso de paz, yo no soy uribista.
Tiro de gracia, doble retoEn Tiro de gracia, una coproducción de Caracol Televisión y Televisa, Róbinson Díaz hace un doble papel, de Salvador y Vicente. Salvador Chaparro es un actor de teatro a quien la vida le reservaba un papel que no esperaba: encarnar al narcotraficante Vicente Vallejo, quien lo contrata para suplantarlo y burlar a la justicia. En la supuesta entrega del narco, estalla una bomba, pero Salvador escapa hasta ser atrapado por la gente de Vicente. Pese a su innegable parecido físico, Vallejo somete a Salvador a una cirugía plástica en su rostro y este tendrá que aceptar lo que le ordene Vallejo para que su familia no salga lastimada.Regístrate gratis al boletín de noticias El País
Te puede gustar