MUJERES
'Solteronas', un estigma con más beneficios que perjuicios
El estigma de la “solterona” amargada ha quedado en el pasado. Hoy no las deja el tren. Hoy ellas van en avión a conocer nuevos destinos.
María Ester tiene 46 años, es soltera sin hijos, trabaja, estudia un magíster y vive sola. Hace unas décadas ella hubiese sido considerada una ‘solterona’, pero en la actualidad sólo es parte de un gran grupo de mujeres que ha decidido forjar una exitosa carrera profesional sin preocuparse por no tener marido ni hijos.
“No voy a negar que muchas veces mis papás me han preguntado si pienso casarme alguna vez, pero ellos ahora saben que estoy feliz así y no me presionan”, comenta ella.
Un estudio realizado por varias universidades inglesas, publicado por el diario británico Sunday Times, afirma que cuanto más inteligente es una mujer más trabajo le cuesta casarse. La investigación abarcó a 900 hombres y mujeres que primero fueron entrevistados cuando tenían 11 años y se les hizo un seguimiento para saber qué fue de sus vidas 40 años después.
Según los resultados, las mujeres tienen un 40% menos de posibilidades de contraer matrimonio y permanecer solteras si son exitosas. Esto abarca a las que siguen estudios universitarios y de postgrado.
“La sociedad ha cambiado los rótulos, por ejemplo, ya se quitó el estigma del ‘solterón o solterona’; antes por cuestiones sociales y religiosas, las personas estaban prácticamente destinadas a temprana edad a casarse y a tener hijos, hoy en día es más atractivo para algunos tener más mundo, estudios, viajes y comodidades”, asegura la especialista Frauky Jiménez, psicóloga clínica.
Entre tanto, para la presentadora, actriz y comediante Alejandra Azcárate, el termino solterona está mandado a recoger. “Me parece atroz el término ‘solterona’. La simple palabra es un señalamiento peyorativo hacia las mujeres porque establece tácitamente que lo ideal es tener pareja. La soltería muchas veces es una opción de vida tan respetable como las demás”, y agrega que “antes existía el concepto popular de que a determinada edad a uno ‘lo dejaba el tren’, ahora afortunadamente las mujeres son mucho más selectivas y prefieren la soledad a una mediocre compañía, y lo aplaudo”.
Se podría decir que la revolución de las solteras partió en la década del 60 y 70, cuando los movimientos feministas incentivaron la autonomía e independencia de miles de mujeres europeas. En Colombia, la situación ha sido más gradual, pues se debe tener en cuenta que en los últimos 20 años el número de solteras y solteros aumentó.
“El hecho de que las leyes les permitieran a las mujeres trabajar o ser independientes fue algo vital, pues desde que tienen acceso a todos estos derechos y a regular la natalidad por medio de métodos anticonceptivos que dependen de ellas, han decidido emprender un camino solas”, explica Ezequiel López Peralta, sexólogo y autor del libro 'El placer de seducir'.
María Ester es un claro ejemplo de ello. Viaja al extranjero por lo menos dos veces al año, después del trabajo va al gimnasio o a comer con sus amigas sin tener que darle explicaciones a nadie. “A mí me encanta el estilo de vida que llevo a pesar de que a veces mis amigas que ya están casadas me critican o me cuestionan”, cuenta. ¿O será que la envidian?
“No sé por qué todavía queda gente que piensa que uno se quedó para ‘vestir santos’, que uno es lesbiana, que nadie la quiere y por eso está soltera. La mujer no necesita de un hombre para tener una vida; si lo encuentra, perfecto. Si no, también puede tener una vida sola, no solo desde el punto de vista económico sino emocional y social”, enfatiza.
Sin embargo, como todo en la vida hay excepciones, pues hay mujeres solteras a quienes no se les ve radiantes y se quejan todo el tiempo. “La soltera triste podría tener desencadenantes tales como una ruptura amorosa no superada, y por tanto, más que una decisión de quedarse sola, es un miedo a entablar una nueva relación y sufrir de nuevo. Son apáticos a las relaciones sociales”, dice la experta Frauky Jiménez.
Inclusive, para Alejandra Azcárate la soltera triste es fácilmente identificable. “La soltera feliz no envidia, la triste vive sobre el anhelo”, dice.
Los expertos coinciden al manifestar que “una persona soltera feliz tiene una casa muy bonita y si llega alguien será para embellecer esa casa que ya es excelente. A quienes no son felices y necesitan de otro para estarlo se les nota en la actitud”.
¿Y el sexo?
Muchas veces al hablar de sexualidad, se hace referencia a los problemas de pareja. Sin embargo, el mundo de las solteras se extiende día a día y es casi equivalente en número al de los adultos casados o en pareja.
Al momento de hablar de sexo, las mujeres solteras tienen menos tabúes y restricciones.
“La tecnología ha avanzado mucho para que disfrutemos y nos demos placer, pues existen masturbadores y vibradores. Además, algunas mujeres que conozco tienen un compañero solo para tener sexo y placer, y eso lo tienen ambos claro desde un principio”, dice una soltera que prefiere permanecer anónima.
Otra opción muy común entre las mujeres solas es tener encuentros sexuales virtuales y con esto les basta, así lo afirma el sexólogo Ezequiel López Peralta. “Los encuentros sexuales virtuales son en realidad una especie de masturbación asistida por la tecnología, pues un acto sexual involucra los cinco sentidos, la química y el contacto. El sexo por video es algo legítimo siempre y cuando no remplace a la sexualidad. Se debe vivir como una etapa y no como un estilo de vida”.
Los expertos por lo general les recomiendan a las mujeres solteras que se diviertan y cumplan diferentes fantasías sexuales, además se pueden ayudar de accesorios que brinden diversos tipos de estímulos. Uno de los juguetes sexuales más modernos se llama Sqweel, una rueda pequeña con diez lenguas que simula el sexo oral.
Otro de los mitos acerca de las personas que no tienen pareja es que van a estar solos en la vejez, sin embargo, muchas personas tienen redes de apoyo familiares fuertes o amigos de toda la vida, casi siempre ellos saben que deben tener un plan B en su vejez.
En países como Estados Unidos, más del 50 % de los adultos no están casados, y en Emiratos Árabes Unidos el 60 % de las mujeres mayores de 30 años no han contraído matrimonio. Los hogares unipersonales van en aumento.
México no se queda atrás. Actualmente habitan en territorio mexicano 20 millones de solteros, cifra que aumentó del 2000 al 2010 en 97 % según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Estos datos ratifican que para muchas personas es preferible tener una buena relación con ellos mismos y no una regular con otros. Antes se decía que las rubias se divierten más pero hoy, al parecer, son las solteras quienes tienen el mundo a su alcance.
Más beneficios de la soltería
1. Los solteros tienen más amigos íntimos que los casados. El modelo tradicional de pareja es ‘exclusivo y excluyente’. Si la relación no es muy abierta, el hecho de que haya un amigo íntimo de una parte de la pareja es visto como una amenaza para la otra persona, alguien que dinamita su confianza. Por supuesto, los que disfrutan de su soltería no tienen este problema y pueden elegir a sus confidentes
libremente.
2. Estar casado engorda. El cuidado de la belleza ha estado relacionado con la búsqueda de pareja, algo más acusado en mujeres que hombres. Sin embargo, esto se da cada vez menos porque las relaciones van cambiando, pero en aquellos que siguen todavía un esquema tradicional se refleja este proceso. En el caso de las personas solteras no se produce porque están continuamente ‘en el mercado’ y sienten más necesidad de cuidarse, estar y sentirse atractivos.
3. La gente soltera hace más ejercicio que la casada. Los especialistas hacen referencia a otro estudio sobre el tiempo que pasan las personas haciendo deporte y tanto solteros como solteras eran los primeros, seguidos de separados, casados y viudos. Uno de los factores que lo explican es el tiempo libre de más del que gozan los solteros al no tener pareja, hijos, ni compromisos agobiantes.
4. Para las personas solteras,
la independencia significa evitarse muchos sentimientos negativos. En
los casados, declararse independiente lleva adjunto un cierto sentimiento de culpa, salvo si se tiene una relación muy abierta.