Armenia, la ciudad más devastada por el terremoto que golpeó al Eje Cafetero el 25 de enero de 1999, aún no olvida la tragedia. A pesar de que se ha recuperado urbanísticamente, la 'Ciudad milagro' no se repone del miedo ni de los golpes recibidos en su tejido social. Recuento de marcas imborrables.
ComenzarLa de Armenia ha sido una evolución de contrastes. Para el 25 de enero del 2014 se habrán contado 782 semanas en las que la ciudad le enseñó a Colombia cómo emerger de entre las ruinas, con una recuperación física que para muchos se cumplió en tiempo récord.
El trabajo del Forec (Fondo de Reconstrucción y el Desarrollo Social del Eje Cafetero), encargado de invertir los $1,6 billones que se destinaron para entregar subsidios de vivienda y construir infraestructura pública, fue el punto de partida para un resurgir exitoso, dicen expertos.
Armenia, según Uriel Orjuela, miembro de la Sociedad de Ingenieros del Quindío, tardó cinco años en cambiar su rostro, creció casi en un 30 % en los últimos años y ahora busca tener un aire más contemporáneo.
Obras como la peatonalización de la Calle 14 (junto a la Gobernación del Quindío) y la recuperación de andenes en gran parte del centro, buscan no solo devolverle referentes a la ciudad para las nuevas generaciones, sino también mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, indica Orjuela.
“En el 2012 tuvimos el mayor licenciamiento en construcción y esto habla muy bien de lo que aquí sucede. Además de nuevos proyectos de vivienda, han entrado otros sectores como los de servicios, hotelería y clínicas”, agrega Camilo Casadiego, el director de Planeación de Armenia.
Sin embargo, aún hay temas por resolver. 15 años después, hay 17 barrios de la ciudad que fueron construidos para reubicar a las
familias afectadas por el sismo, pero que nunca fueron legalizados por los constructores particulares que ayudaron a reconstruir Armenia.
Ese es el caso de sectores como Ciudadela Simón Bolívar, en el Sur. Son más de cuatro mil personas las que lo habitan, pero no pueden acceder a beneficios del Gobierno local para su barrio, pese a ser dueños de los 1137 predios que lo conforman.
“Tenemos problemas como que se nos rebosan las aguas negras porque las tuberías ya no tienen capacidad, pero no podemos pasar ni un solo proyecto para que lo intervengan porque no hay un documento que legalice el barrio”, explicó Liliana Pulgarín, delegada de la Junta Administradora Local de Ciudadela Simón Bolívar.
Fortalecer el empresariado local y dinamizar el sector turismo también están dentro de las metas económicas a superar, con el ánimo de que en Armenia baje la cifra de desempleo. Entre septiembre y noviembre del 2013, según cifras del Dane, por lo menos 40.000 de las 295.000 personas que viven en la ciudad estaban desocupadas. El índice de desempleo fue de 13,7 %, el segundo más alto en Colombia, y superó el promedio nacional para ese periodo (8,5 %).
La deuda social sigue activa. El 13,2 % de los cuyabros dice tener sus necesidades insatisfechas, mientras que cerca de 7300 personas (el 2,50 % de la población) vive en la miseria, de acuerdo con los datos más actuales del Dane.
“La debilidad, pese a la reconstrucción, fue que los programas sociales pensados no alcanzaron a proyectarse a largo plazo”, advierte Uriel Orjuela.
La destrucción del remezón, el dolor de las víctimas, el compromiso de los organismos de socorro, la vida en los albergues y las salas de urgencias, la desesperación de creer que todo estaba perdido y el reinventarse después del caos. Álbum de imágenes plasmadas en la memoria de Armenia.
Son 27.000 sismos los que se han presentado en los últimos 15 años en el Quindío. De ahí que, según Juan Carlos Zorrilla, coordinador del Observatorio Sismológico de la Universidad del Quindío, movimientos como los registrados hace algunos días despierten el miedo entre la población.
Armenia es una zona altamente sísmica y aunque está más que diagnosticado, aún quedan rezagos de angustia. “Ante cualquier movimiento la gente sale a la calle para evitar quedar atrapados en caso de que la casa o el edificio colapse. Estas reacciones las sufren especialmente los adultos que ya vivieron la tragedia”, indica Javier Vélez, director del Consejo Municipal de Gestión del Riesgo de Armenia.
Ese miedo es menos frecuente en las nuevas generaciones. El cambio del ‘chip’ se está gestando desde los más pequeños, en colegios y universidades, donde el término prevención cada vez está más interiorizado, según Carlos Arturo García, director del programa de Ingeniería Civil de la Universidad del Quindío.
Son muchos los esfuerzos que en década y media se han hecho
en Armenia para que este mensaje sea acogido. Desde la academia, por ejemplo, programas radiales como ‘Máquina de Ingenio’ y ‘Conexión Richter’, proyectos de comunicación que enseñan temas de gestión de riesgo en un lenguaje claro para la gente.
Armenia hoy tiene una cátedra de pregrado en tema de gestión del riesgo en la Universidad del Quindío y organismos como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, en siglas en inglés) esperan hacer intercambios de conocimiento basados en las lecciones del devastador terremoto.
Los organismos de socorro en la ciudad están mejor preparados que hace 15 años, más capacitados y seguramente, ante un nuevo evento de tal magnitud habría una mejor respuesta, argumenta Carlos Hernán Arias, presidente de la Cruz Roja Colombiana en el Quindío.
Pero “nunca una ciudad estará preparada lo suficiente para ninguna tragedia”, advierte Javier Vélez. Por esto, como dice Azucena Barragán, la sobreviviente de 64 años, nunca debe olvidarse la tragedia de 1999 ni tampoco las lecciones aprendidas.
Noticiero 90 minutos, Noti 5, Gobernación del Quindío, Alcaldía de Armenia, Camilo Casadiego, Unidad Departamental de Gestión del Riesgo de Quindío, Diana Milena Giraldo, Observatorio Sismológico de la Universidad del Quindío, Hugo Monsalve, Juan Carlos Zorrilla, universidad del Quindío, Alejandro Herrera Uribe, Carlos Arturo García, Consejo Municipal de Gestión del Riesgo de Armenia, Javier Vélez, Cruz Roja Colombiana seccional Quindío, Carlos Hernán Arias, Hospital Universitario del Quindío San Juan de Dios, Jorge Raúl Ossa, Sociedad de Ingenieros del Quindío, Uriel Orjuela, Azucena Barragán, Lida Mondragón, Julio César Bonilla, Eduardo Mejía Mejía, Fundación Hernán Mejía Mejía, Jaime Tobón Naranjo, Radio Ciudad Milagro, Cuerpo de Bomberos Voluntario de Armenia, capitán Luis Zuluaga, Mesa de la Construcción de Armenia, Clara Luz Giraldo, Carlos Alberto Villanueva, Liliana Pulgarín, Marco Aurelio Tobón, Jorge Castillo, Eladio Díaz y Ángel María Parra.