Judicial
Capturados narcotraficantes extranjeros en Colombia que pertenecían a una red europea, estos son los detalles
Las autoridades continúan investigando para identificar a los contactos de los albaneses en el país y desvelar la red de narcotráfico que operaba con estas organizaciones internacionales.
Recientemente, la Revista SEMANA obtuvo información privilegiada acerca de una reunión clandestina de narcotraficantes en Bogotá con el propósito de coordinar el envío de cocaína fuera del país.
Este pez se movía en Cali
En un sector de Cali, uno de los ciudadanos albaneses más buscados por las autoridades francesas, Lirio Ajazi, alias Mario, logró esconderse durante varios meses. Las autoridades francesas lo consideraban un objetivo de alto valor y habían emitido una circular roja de Interpol en su contra.
Ajazi había llegado a Colombia sin llamar la atención de las autoridades locales y el extranjero frecuentaba los mejores restaurantes y discotecas de Cali, siempre estaba acompañado por una atractiva mujer que, se convertiría en su talón de Aquiles.
Sin embargo, la situación cambió cuando una fuente confidencial reveló la realización de una cumbre mafiosa en Bogotá, específicamente en el exclusivo sector del Parque de la 93, a principios de este año. Durante esta reunión, se discutieron planes para coordinar el envío de cocaína y otras sustancias psicoactivas al exterior.
Según la fuente, participaron varios individuos que forman parte de una nueva generación de narcotraficantes. En medio de sus transacciones, buscaban eliminar intermediarios para evitar dejar rastros.
Es en este contexto que se involucra a los ciudadanos extranjeros, entre ellos el albanés Ajazi. Las investigaciones y la cooperación internacional con Francia confirmaron que Ajazi habría participado en esta reunión para ofrecer sus servicios logísticos en el envío de alcaloide a Europa.
Sin pistas de Ajazi
La ubicación de Ajazi se volvió un enigma para los investigadores después de la cumbre mafiosa en Bogotá. Desapareció sin dejar rastro y se convirtió en un fugitivo. La única pista que tenían era que se había reunido con narcotraficantes de la nueva generación en Bogotá para discutir el envío de cocaína desde el aeropuerto El Dorado.
Sin embargo, la situación cambió cuando comenzaron a recibir más información de fuentes diversas, incluyendo la cooperación internacional con Francia. Descubrieron que Ajazi se movía en vehículos de plataformas digitales, se reunía con individuos, posiblemente narcotraficantes.
Las investigaciones revelaron que Ajazi tenía una novia en Jamundí, Valle del Cauca, y aunque no sabían su ubicación exacta, las redes sociales les proporcionaron pistas valiosas que permitieron a la policía rastrear su rutina en Cali.
El operativo
La Dijín inició una operación conjunta con la Fuerza Aérea, utilizando drones para localizar a Ajazi. Aunque el fugitivo intentó evadir a las autoridades al principio, finalmente admitió que comprendía el idioma español. Ajazi fue capturado en un apartamento que había alquilado en el barrio El Limonar de Cali.
Según la investigación en Francia, Ajazi dirigía una red de tráfico de cocaína y heroína en Albania. En Colombia, fue detenido por su participación en actividades relacionadas con el tráfico de estupefacientes y su presunta colaboración con una organización delictiva.
En declaraciones a la prensa el director de la Dijín, general José Luis Ramírez manifestó: “Con estas capturas, logramos dar un golpe contundente a las finanzas de organizaciones narcotraficantes colombianas y europeas, reduciendo así el tráfico transnacional de drogas hacia Europa, al tiempo que se debilita la cadena de transporte, exportación y comercialización de estas sustancias ilegales”.
La detención de Ajazi desencadenó preocupación en el país, ya que fue el segundo albanés capturado en menos de un mes por delitos relacionados con el narcotráfico. Previamente, en Santa Marta, la Policía detuvo a Nokilli Besnik, alias el Gordo, quien se cree que estaba involucrado en actividades similares de narcotráfico y estaba en Colombia para gestionar el envío de grandes cantidades de drogas.
Estas capturas representan un golpe significativo a las finanzas de organizaciones narcotraficantes colombianas y europeas, al tiempo que debilitan la cadena de transporte, exportación y comercialización de sustancias ilegales.