Medio Ambiente
Pueden negarle un arriendo por tener mascotas; esto dice la norma
La posesión de mascotas en una propiedad arrendada está regulada por la Corte Constitucional.
Las mascotas o animales de compañía desempeñan un papel fundamental en la vida de muchas personas al brindar compañía constante y establecer un vínculo emocional profundo. Su presencia en el hogar puede contrarrestar la sensación de soledad y ofrecer un apoyo emocional inquebrantable.
Además de la compañía, tener mascotas fomenta la responsabilidad y el compromiso. Cuidar de un ser vivo, asegurándose de que tenga alimentación, agua, atención médica y afecto, proporciona a las personas, especialmente a los niños, lecciones importantes sobre el cuidado y la empatía. También instaura una rutina diaria y la necesidad de planificación a largo plazo, lo que puede contribuir al desarrollo personal.
Por estas razones, dejar de lado la idea de tener mascotas no debería considerarse una opción, especialmente cuando se trata de construir un hogar.
En el territorio colombiano, la tenencia de animales de compañía en propiedades compartidas, como los conjuntos residenciales, está regulada por la sentencia T-035 de la Corte Constitucional de 1997. Esta norma establece que la tenencia de mascotas forma parte del ejercicio de los derechos fundamentales al libre desarrollo de la personalidad y la intimidad, siempre que se respeten los derechos de los demás residentes.
Regulaciones por reglamento de copropiedad
Por lo tanto, ningún propietario de una propiedad en alquiler puede imponer la condición de que el inquilino no tenga mascotas. Sin embargo, la sentencia destaca que esta cuestión puede regularse mediante normativas establecidas para propiedades compartidas, decisiones tomadas por la asamblea de copropietarios y las reglas fundamentales de convivencia. Es importante tener en cuenta que la Ley 675 de 2001 establece lo siguiente:
- La responsabilidad de los dueños en el manejo y control de la contaminación auditiva, olfativa y de desechos producidos por las mascotas.
- La posibilidad de tener animales de compañía en áreas comunes de edificios, conjuntos, etc., como ascensores, pasillos y porterías.
- El adecuado manejo de perros considerados fuertes o de razas especiales (a menudo mal etiquetados como razas potencialmente peligrosas).
No se puede prohibir la tenencia de animales considerados mascotas
La legislación deja en claro que es inadmisible imponer una prohibición absoluta sobre la tenencia de mascotas al firmar un contrato de alquiler. A pesar de que puede haber regulaciones específicas en este tema, es crucial tener conocimiento de lo que la ley ampara, que es:
- No se puede cobrar un valor adicional en los servicios de administración de la propiedad horizontal por concepto de la tenencia de animales.
- No se puede prohibir la tenencia de animales de compañía o animales domésticos considerados mascotas.
- No se puede prohibir el ingreso a los ascensores o la permanencia en zonas comunes de perros lazarillo o perros guía.
Las consecuencias de no cumplir los acuerdos
En situaciones en las que surja una disputa entre las partes involucradas, es posible buscar la intervención de las autoridades policiales o recurrir a acciones legales, como presentar una tutela, especialmente si se están violando los derechos fundamentales de las personas o si se están causando daños irreparables. Es importante recordar que, ante cualquier dificultad o conflicto, el primer enfoque para resolver la situación debe ser un diálogo tranquilo y sereno entre las partes, con el objetivo de llegar a un acuerdo mutuo.
Si el propietario de la mascota no cumple con sus responsabilidades, puede enfrentar una multa equivalente a 5 salarios mínimos si:
- Su mascota no utilice correa o traílla en los espacios estipulados.
- No recoja los desechos de la mascota.
Asimismo, en el caso de llevar animales de raza considerada de manejo especial sin correa ni bozal, las sanciones pueden incluso ascender a una multa que equivale a 10 salarios mínimos. Además de las sanciones financieras, el propietario podría ser requerido a cumplir con un número específico de horas de trabajo comunitario como consecuencia de la infracción. En caso de negarse a cumplir con esta obligación, el propietario podría enfrentar la posibilidad de ser detenido. También existe la posibilidad de que el animal sea confiscado, y el tutor deberá asumir los costos de cuidado de la mascota en las instalaciones o entidades designadas para tal fin.
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