¡Buenas noticias!
Ayer lunes al abrir la puerta del apartamento me encontré nada más ni nada menos que con Arcadia, sí, esa maravilla de publicación que Semana había clausurado.
Ayer lunes al abrir la puerta del apartamento me encontré nada más ni nada menos que con Arcadia, sí, esa maravilla de publicación que Semana había clausurado. No tengo la menor idea si fue que le jalaron las orejas a baby Gilinsky por su torpeza o que él mismo cayó en cuenta que una de las fortalezas de ‘su’ semanario era precisamente esa publicación cultural, máxime después de la ‘salida’ de Daniel Coronell y Daniel Samper Ospina, quienes en acto de inspiración crearon LosDanieles.com con la colaboración de Daniel Samper Pizano, quien a pesar de no ser santo de mi devoción, reconozco que su pluma e ironía son inigualables.
Gracias a María Jimena Duzán y a Antonio Caballero no cancelé mi suscripción. Los demás columnistas sobra decir que jamás los leo. Valió la pena ir en contra de mi conciencia y seguir suscrita. No voy a analizar su decadencia y su contenido que trata de darle gusto a raimundo y todo el mundo, para no perder lectores, aún a sabiendas que perdió credibilidad.
Pero es otro tema y voy hacia otro lado.
Arcadia. Su título nos lleva a esa región de la antigua Grecia que con el tiempo se fue convirtiendo en el símbolo de un país imaginario donde se reúnen la poesía, el respeto por la naturaleza. Un lugar no corrompido todavía por la civilización, donde se reúnen las artes, la literatura y la belleza. La utopía mencionada por Cervantes, Lope de Vega, Schiller y llevada al lienzo por Watteau, Poussin, Genouil, entre otros.
Leo Arcadia creo que desde su primer ejemplar. Un remanso para aislarse por un tiempo de esta realidad sórdida de país que no cambia ni cambiará nunca. Un tesoro para la mente, para afirmarse que todavía existen otros temas, otros sueños, otras ideas y darle espacio a la esperanza.
Su primera carátula, en fondo rojo con una tapabocas que insinúa la sonrisa de La Monalisa, diseñada por @elciclopemiope y su título Sobre vivir. “Atravesamos el momento más extraño de nuestra existencia. Tanto ha cambiado sin previo aviso que sólo nos queda la nostalgia de un tiempo, no tan lejano, que tal vez no regresará. Sobre vivir hablamos”.
Su primer Editorial finaliza así: “Vuelve la Revista Arcadia como ese lugar para el debate, el análisis, la crítica y la necesaria resistencia. Para seguir construyendo los caminos que demuestren, al fin, que la cultura tiene un rol en la solución y que hay un presente y mil futuros posibles”. Y nos regala un banquete con artículos de Leila Guerriero desde Buenos aires, Humberto Ballesteros desde Nueva York, Gabriela Wiener desde Madrid, Álvaro Robledo desde la Sierra Nevada y nada menos que Jorge Volpi. Banquete, repito.
Y la mejor noticia: Oiga, Mire, Lea ya el 10 de agosto hace su Lanzamiento oficial y se viene arrollador. Guillermo Arriaga de México con Salvar el Fuego; Gioconda Belli, la nicaragüense controvertida y contestataria; Juan Villoro con su Historia de un Vértigo Horizontal; Ricardo Silva Romero y Juan Esteban Constaín hablando sobre literatura en tiempos de pandemia; Daniel Samper Pizano en conversatorio con Margarita Vidal; Jon Lee Anderson, Héctor Abad Faciolince desnudando su intimidad con Santiago Gamboa. Brenda Navarro de México, Mónica Ojeda de Ecuador y Darío Henao recordándonos a Manuel Zapata Olivella y su Gran Putas.
Gracias a El País, Telepacífico, Smurfit, Emisora Fundación Carvajal, Icesi, Universidad Javeriana, Radio Nacional, RTVC entre otros que han apoyado a la Biblioteca Departamental en este empeño heroico de sacar adelante este festival de letras.
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Posdata. La literatura, la música, el baile, la cultura no los para nadie. Ellos constituyen nuestro alimento espiritual. ¡Buenas noticias! ¡Qué alegría!