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¡Nosotros somos capaces!

Atrás quedaron los años cuando el Instituto Tobías Emanuel era una utopía.

2 de marzo de 2020 Por: Aura Lucía Mera

Afirmación de un niño


Atrás quedaron los años cuando el Instituto Tobías Emanuel era una utopía. En una pequeña casa de la Circunvalación se reunían Hilda Lourido de Caicedo, Ofelia Romero, Pelayo Correa, Rosario de Correa y otras quijotes cuyos nombres no recuerdo, para atender un grupo de niños con ‘retardo mental’, como se les llamaba entonces, e intercambiar ideas para lograr que Cali tuviera una sede digna para acoger a esta población infantil tan vulnerable y abandonada. Poco después me uní al grupo y fui testigo de primera mano del milagro. Mediados de los 60. ¡Love and peace!

Milagro que fue posible gracias a dos ángeles que llegaron a este mundo con una discapacidad severa, pero que fueron los creadores de este Instituto único en Latinoamérica y ejemplo para el mundo entero: Álvaro Hernando Caicedo Lourido y Tobías Emanuel Loeve. Ellos se convirtieron en un motor de amor para que sus padres le regalaran a la ciudad esta obra. Y cientos de niños y jóvenes pudieran recibir acogida, educación, superar limitaciones, desarrollar su potencial al máximo y tener un hogar y un centro educativo dónde crecer y aprender rodeados de respeto, dignidad, profesionalismo y alcanzar metas jamás soñadas.

Atrás quedaron esos años en que Timothy y su señora nos recibían en la sala de su casa, con el cuerpo presente y embalsamado de Tobías Emanuel en una urna de cristal. Su única condición era que el Instituto llevara el nombre de su pequeño. ¡Un angelito rubio de dos añitos que nos acompañaba desde el más allá!

Desde 2006 Leonor Salazar Puyo, una mujer con una capacidad de trabajo infinito, un corazón gigante y una visión impresionante, logró convertir el Tobías Emanuel en la sede más importante de Colombia. Leonor es como un volcán en continua erupción de ideas, proyectos y amor. Nada la detiene.

El 70% de los internos son niños abandonados o remitidos por el Instituto de Bienestar Familiar. Algunos con retardo profundo, otros con discapacidades cognitivas que logran llevar una vida autónoma y alcanzar su máximo potencial, otros externos rechazados por los ‘colegios y escuelas normales’, que pueden estudiar arte, cocina, manualidades, literatura, ingresar al mundo digital a través de internet, vivir en pareja, tener hijos, ingresar en la vida laboral.

El apoyo incondicional del actual alcalde Jorge Iván Ospina en su primer mandato fue fundamental, y actualmente cuenta con el de él y con el de la gobernadora Clara Luz Roldán. Neurosicólogos, terapeutas, docentes, chefs, enfermeras, médicos y personal administrativo trabajan unidos como una piña para optimizar sus servicios cada día. Los une ese intangible llamado amor, algo que no tiene precio, que todo el oro del mundo no puede comprar.

Invito a los que lean este artículo a visitar las instalaciones del Tobías Emanuel. Es una experiencia de vida, una lección de amor. Es algo que las palabras no pueden expresar. ¡Hay que vivirla y dejarla entrar a nuestro corazón!

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Posdata.
-“No les hagan caso a los que dicen que no podemos aprender”. -“En el Tobías Emanuel encontré el impulso que necesitaba para lo que quería en mi vida: pasión por la cocina”. (Testimonios).

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