Las caleñas de ‘hierro’
Mientras existan Dianas y María Isabeles que denuncien, sin rodeos, lo que ocurre en nuestra ciudad, habrá esperanza.
Las mujeres caleñas tienen una, bien ganada, fama de ser bellas como las flores, como diría el maestro Edulfamid Díaz. Y es cierto que nuestras mujeres son lindas. Pero son mucho más.
La historia reciente de Cali ha estado plagada de mujeres valiosas que han sobresalido en la política, en las artes, en el sector empresarial, en el deporte y en muchos otros campos.
Mercedes Lloreda de Garcés descolló en la política cuando esa actividad era patrimonio exclusivo de los hombres. Fue senadora y concejal y además se graduó de abogada a los 56 años.
María Teresa Arizabaleta de García ha sido una líder social por más de 50 años. Amparo Sinisterra de Carvajal fue la adalid por años de los Festivales de Arte de Cali y de cuanta actividad cultural se desarrolló en la ciudad. Claudia Blum fue directora de Proartes, concejal, senadora y ministra de Relaciones Exteriores. Rosita Jaluf fue la líder de los comerciantes de la ciudad durante dos décadas. En fin.
Las caleñas han sido unas adelantadas a su tiempo, que se destacaron en campos vedados para ellas. Y siguen haciéndolo.
De hecho, dos jóvenes mujeres caleñas están al frente de la batalla en contra de la corrupción que se tomó la ciudad. Por ello, han sido implacables en sus denuncias por lo que ha venido ocurriendo con la contratación en la Alcaldía de Jorge Iván Ospina.
La una, María Isabel Alvarado, desde lo técnico y la otra, Diana Carolina Rojas, desde lo político.
Gracias a María Isabel, y la organización que lidera, Mi Cali contrata bien, los caleños y, gracias a los medios de comunicación, todos los colombianos, no hemos enterado que el 80% de los contratos que la Alcaldía suscribió el año pasado fueron adjudicados a dedo, sin licitación ni nada que se le parezca.
También supimos que en esos contratos se invirtieron casi 3 billones de pesos y que un puñado de contratistas suele quedarse con la mayoría de las obras que se realizan en Cali.
Para María Isabel, es muy preocupante que a la mayoría de los procesos de contratación de la Alcaldía se presenta solo un oferente, o finalmente solo uno es habilitado para la adjudicación.
Lo que ha llevado a Diana Rojas a afirmar, sin titubeos, “Lo que se ve en Emcali no es un hecho aislado, es un proceso sistemático y organizado. Creo que hay un carrusel de contratación para entregar a unas personas contratos directos”.
Gracias a la labor que cumplen estas dos mujeres, los caleños sabemos que el escándalo por sobrecostos ocurrido en el contrato celebrado por Emcali con el consorcio AMI, no es un hecho aislado.
Como dice Diana Rojas, se trata de “un proceso sistemático” que afecta a casi todas las secretarías del Municipio. Proceso que surge de la perniciosa costumbre que tiene el alcalde Ospina de eludir las licitaciones mediante cualquier argucia.
Sí, mientras los gremios, los órganos de control y los empresarios de Cali guardan preocupante silencio frente a lo que está ocurriendo en Cali, estas dos mujeres, casi niñas, se han echado sobre los hombros la responsabilidad de denunciar lo que Luis Guillermo Restrepo denominó la “orgía” de corrupción en la que está sumida Cali.
No todo está perdido. Mientras existan Dianas y María Isabeles que denuncien, sin rodeos, lo que ocurre en nuestra ciudad, habrá esperanza.
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