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“Gobernante: no se deje arrinconar”
Gobernante, así gobierne con su más cercana guardia ‘petroriana’ llegó su momento de inflexión, en el que se necesitan dosis de grandeza para unir a la nación
Cuenta la historia que hace muchos años en una gran nación, llena de potencialidades y desafíos, vivía un gobernante con sus asesores y ciudadanos. Dice la leyenda que un día el gobernante en medio de un momento difícil con incertidumbres, urgencias de transformación, posiciones disonantes y oportunidades a construir, se reunió con sus dos más cercanos asesores y ellos le daban los siguientes consejos.
El primer asesor le decía: “Gobernante, no se deje arrinconar”. Usted fue elegido con la votación más alta de la historia. Usted fue elegido por una mayoría que clamaba acciones distintas. Usted propuso una agenda de cambio que la mayoría de los ciudadanos acompañaba. Usted puede ser el gran transformador de esta nación y de la humanidad. Usted puede ir más allá de los actores políticos más representativos y si es del caso de los partidos y hacer lo que ha planeado aún sin las dirigencias. Usted fue elegido con una agenda y no puede fallar. ¡Usted tiene la razón! Usted tiene que ayudar a construir un país desesperanzado, en donde poco sirve.
El segundo asesor decía: Usted pasará a la historia si logra aglutinar la nación. Si logra construir unidad movida desde la real esperanza de un cambio consensuado donde quepan todos. Usted fue elegido por una mayoría exigua, pero gobierna para toda una nación. Usted tiene un liderazgo en muchas regiones de esta nación y en especial en zonas excluidas que le reconocen su apuesta de paz y de compromiso social. Usted puede fortalecer ese liderazgo y trascender construyendo unidad en la diversidad. Usted ha logrado sentar al que piensa diferente y lo ha hecho con inteligencia. Y le terminaba diciendo, “gobernante no se deje arrinconar”.
Y este último dijo algo más. Usted tiene la decisión y es sólo suya de dejarse o no arrinconar. Y ahora la tiene más que antes. Si sigue al primer asesor, se quedará en un cómodo rincón o balcón, donde sufrirá el resto de su gobierno y no logrará ni la mitad de lo que soñó y prometió. Usted al contrario puede ser recordado como un ejemplo de liderazgo político que fue capaz de escuchar, de construir sobre lo construido, de inyectarle optimismo a la nación y de trascender en el tiempo. Hay peleas que vale la pena y otras que no cuando se abordan con inteligencia y sensatez, sumando siempre al diferente.
Gobernante, así gobierne con su más cercana guardia ‘petroriana’ llegó su momento de inflexión, en el que se necesitan dosis de grandeza para unir a la nación, para orientarla por el camino de la verdadera vida y eso no lo decide ni el primero ni el segundo asesor, ¡lo decide usted!
Se trata no solo de ganar una posición personal sino de gobernar para todos con sus ideas, liderando aún a los que están en otra orilla y recuerde que faltan pocos años para brillar. No olvide que la institucionalidad siempre estará allí para construir ese proceso razonado de cambio inteligente o para orientarlo.
¡Si decide acertadamente tendrá muchos resultados y su liderazgo se multiplicará! Sume y evite a toda costa restar y mucho menos dividir.
* Rector Universidad EIA