Columnistas
Guerra vieja
Somos un país guerrista y no hemos parado nunca, no ha habido un año en nuestra corta historia que hayamos estado en paz...
La guerra en Colombia no lleva décadas, sino siglos y ni se diga en el mundo, desde que hay historia escrita ha habido guerras y los humanos nos hemos matado unos a otros por diferencias de todo tipo, desde religiosas hasta por bobadas como ‘el honor’ de algún caudillo.
El relato de la biblia habla que los hijos de Adán y Eva, se pelearon por celos en sus ofrendas a Dios, finalmente Caín mato a Abel.
En la era medieval las peleas entre reinos por el poder eran pan de cada día, con unas crueldades inimaginables.
En la era moderna las guerras no han parado, dos guerras mundiales entre países supuestamente civilizados que destruyeron varias naciones y murieron millones de personas. Bombas atómicas que han borrado del mapa a ciudades enteras y el uso de armas químicas que es lo más absurdo.
En Colombia desde que tenemos historia nos hemos mantenido en guerra.
Entre las primeras figuran la guerra de 1830, la Guerra de los Supremos en 1839-1841, las guerras civiles de 1851, 1854, 1859- 1862, la Guerra de los Mil Días entre 1899 y 1902, en fin, somos un país guerrista y no hemos parado nunca, no ha habido un año en nuestra corta historia que hayamos estado en paz, la polaridad es el pan de cada día. Chulavitas contra pájaros, liberales contra conservadores, extrema derecha contra extrema izquierda, en fin, siempre hay razones para matarnos. Somos un país violento desde nuestras raíces sembradas por los españoles.
En estas últimas décadas ha habido varios gobiernos que han intentado la paz a través del diálogo, pero ha sido imposible; Barco, Betancourt, Pastrana, Uribe, Santos y Petro, pero seguimos en guerra con la agravante de que ahora está de por medio el negocio de las drogas y la minería ilegal, estamos lejos de encontrar la paz a través del diálogo mientras haya una polaridad tan grande.
Los procesos de paz siempre encuentran tropiezos y enemigos del otro extremo. Entre los grupos alzados en armas siempre habrá lo que se denomina disidencias, porque seguramente no quieren entregar el poder y el negocio. Del lado de la sociedad civil y los gobiernos siempre habrá detractores que no están de acuerdo con la negociación y en lo que hay que ceder. ¿Es tan difícil ponerse de acuerdo? ¿Habrá alguna fórmula que todavía no conocemos para que el mundo viva en paz sin tanto odio e intransigencia?
Creo que todo empieza por la actitud de cada uno de nosotros, si seguimos ‘echando leña al fuego’, las diferencias persistirán. ¡Las redes están llenas de noticias falsas que muchas veces corremos a compartir sin antes verificar si son verdad, ¡pilas con eso! Es bueno utilizar la palabra de manera correcta y no promover más odio. Jesús dijo: “No es lo que entra por la boca lo que contamina al hombre, es lo que sale de ella”.
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