Falso positivo
Lo que Harold Ordóñez había construido se desintegró por un falso positivo judicial.
Se llama Harold Ordóñez. Nació en Armenia hace 37 años, y a los 17 llegó a Palmira para estudiar ingeniería ambiental en la Universidad Nacional. Él dice que es vallecaucano.
Hasta hace un par de semanas Harold trabajaba en la Secretaría de Paz de la Gobernación del Valle, donde ingresó en 2019 para apoyar la implementación de los Acuerdos entre el gobierno y las Farc. Ahora no sabe qué hacer. Lo más probable es que salga de Cali. “Lo que me pasó significa el fin de mi tercer intento de reincorporarme a la vida civil. Me toca empezar de cero, la seguridad de mi familia y la mía están en riesgo. Pero sigo firme con el Acuerdo, que sembró las semillas de transformaciones fundamentales que el país necesita para salir del pantano de la guerra, y ese camino no lo pienso abandonar”, dice.
Hace unos días, a Harold lo capturaron. Era domingo. Él estaba en una fiesta familiar con su esposa y su hija Victoria, de apenas 5 años, en el barrio San Antonio. Los patrulleros le informaron que estaba acusado de ser disidente de las Farc, alias Óscar, de la disidencia Adán Izquierdo. Harold no lo podía creer.
La historia es larga, pero el resumen es más o menos así. En la universidad Harold conoció el movimiento fariano y se vinculó a él. Le llamó la atención el discurso de la lucha social. Era un jovencito de apenas 20 años. Por su preparación universitaria le encargaron el trabajo político, más que la lucha armada. Hasta que se firmó la paz y Harold comenzó su reincorporación.
Primero estuvo en Planadas, donde concentraron a los excombatientes del Valle para la dejación de armas, conformaron una cooperativa, y en 2018 Harold intentó incursionar en la política como candidato a la Cámara por el partido Farc. Sin embargo, tuvo diferencias con dirigentes del partido –me cuentan que en su interior es una especie de dictadura, como si mantuvieran lógicas de la vida armada– y Harold renunció.
Al apartarse de la organización política, algunos de sus integrantes en Tuluá lo comenzaron a llamar ‘disidente’. Según la RAE, disidente es quien se separa de una doctrina o creencia. Al renunciar al partido, Harold era literalmente eso, un disidente. En el contexto de Colombia, sin embargo, ser disidente es tomar de nuevo las armas, lo que no es su caso.
El asunto es que era tan reiterativo que lo llamaran así, disidente, que el rumor llegó a la inteligencia militar del Ejército. Harold supo y se reunió con la Misión de Verificación de la ONU, con sus superiores en la Secretaría de Paz, para aclarar el tema. También pidió una reunión con el Ejército. Fue hace un año. La Misión de Verificación le dijo que se quedara tranquilo, que todo estaba claro. Un año después, sin embargo, lo capturan.
Todo comenzó el 27 de abril de 2021, cuando la Adán Izquierdo retuvo a funcionarios de la Alcaldía de Sevilla, incluyendo al Alcalde, quien formuló la denuncia. Se abrió una investigación. Según cuenta la defensa de Harold, el abogado Élmer Montaña, la Fiscalía, al darse cuenta que el Ejército tenía en teoría identificado a alias Óscar, (según el Ejército era Harold por como lo llamaban en el partido Farc) recoge esa información y llama a los funcionarios de la alcaldía que fueron retenidos para hacer una diligencia de reconocimiento fotográfico, tres meses después de la retención. “Una semana antes, sin embargo, inteligencia militar del Ejército le muestra fotos de Harold a los testigos, induciéndolos a la respuesta y a equivocarse. Pero además tres de los testigos dicen que no podrían identificar a alias Óscar porque cuando los retuvo, tenía la cara cubierta con una pañoleta. Otros dos dicen que lo reconocen por los ojos y las cejas. Como en el caso de Sigifredo López, que lo querían acusar basados apenas en el perfil de la nariz. A partir de ese detalle determiné que estaba ante un falso positivo judicial”, dice Elmer.
Esa era la primera prueba de la Fiscalía contra Harold. La segunda era la declaración de un soldado que afirmaba que el 27 de julio de 2020 había sido retenido en la Mesa de Rioloro, por alias Óscar, es decir supuestamente Harold. Su defensa demostró que ese día Harold estaba cumpliendo compromisos académicos con su director de maestría, en Cali. Además, se presentó como prueba la trazabilidad de Google. Harold tiene su celular vinculado a Google, y gracias a eso pudo demostrar todos los lugares que visitó en el último año. Nunca estuvo en el área de operaciones de la Adán Izquierdo.
Con estas y otras pruebas demostró su inocencia. La Fiscalía no apeló el fallo. Pero la imagen de Harold estuvo expuesta. Al general Jorge Luis Vargas, de la Policía, quien dijo ante los medios que Harold trabajaba con alias Iván Mordisco y Gentil Duarte, acusación que la Fiscalía no hizo, le impusieron una tutela. Pese a todo, su vida, insiste, volvió al punto cero. Lo que había construido se desintegró por un falso positivo judicial. Desde un perfil de WhatsApp, cuya foto es el escudo de un batallón del Ejército, le han enviado mensajes intimidatorios.