Editorial
El encuentro esperado
Mejor le fue al Mandatario el jueves durante su visita al presidente Joe Biden, quien en las dos horas que duró la reunión se mostró receptivo y abierto al diálogo en asuntos como la lucha contra el narcotráfico, la llamada Paz Total y las relaciones con Venezuela
El viaje del presidente Gustavo Petro a los Estados Unidos y la esperada reunión con su homólogo Joe Biden, dejan en general un balance positivo, aunque también algunas preocupaciones. Se trataron asuntos de interés para las dos naciones, el mandatario colombiano mantuvo su discurso ambiental en diferentes escenarios y la situación política y social de Venezuela estuvo en primera fila.
No faltaron, sin embargo, las molestias por su injerencia en asuntos de otras naciones, así como los acostumbrados retrasos en el cumplimiento de las citas, más las confrontaciones con congresistas del país norteamericano. Así mismo, quedará como anécdota su poco tacto político cuando le dijo al anfitrión de la Casa Blanca que tenía el compromiso con la humanidad de “ganarle a Donald Trump” las próximas elecciones presidenciales.
La agenda del Primer Mandatario, que inicialmente duraría cinco días y fue recortada a cuatro para anticipar su regreso al país, comenzó con una intervención en el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la Organización de Naciones Unidas, donde reiteró que la solución a la crisis climática mundial empieza por “dejar de extraer el petróleo, el carbón y el gas”. Insistió además en que la deuda externa “debería cambiarse por acción climática”, propuesta que compartió con el presidente de los Estados Unidos en su reunión del jueves. Durante este viaje, Petro dejó clara una vez más su pretensión de ejercer como líder mundial ambiental.
Luego de viajar a San Francisco para responder a una invitación de la Universidad de Stanford, el miércoles intervino en la Sesión Plenaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, OEA, en Washington, donde insistió en una reforma de la Carta Democrática y abogó por el reingreso de Venezuela. Fue en ese mismo escenario donde Petro generó malestar en la delegación peruana al insistir en que Pedro Castillo es un presidente al que se le están vulnerado sus derechos políticos.
La diplomacia que debe caracterizar a un Jefe de Estado, brilló por su ausencia al llegar una hora y media tarde a la reunión con la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes. Tampoco les cayó bien a algunos congresistas republicanos lo que calificaron como “divagaciones” a la hora de contestar sus preguntas e insinuaron que ello podría afectar la ayuda de US$500 millones para Colombia que debe ser aprobada por esa Comisión.
Mejor le fue al Mandatario el jueves durante su visita al presidente Joe Biden, quien en las dos horas que duró la reunión se mostró receptivo y abierto al diálogo en asuntos como la lucha contra el narcotráfico, la llamada Paz Total y las relaciones con Venezuela, que solo empezarán a cambiar, incluyendo el levantamiento de los embargos y sanciones, cuando el régimen de ese país muestre una voluntad real de retornar a la democracia plena.
Si algo dejó en claro Biden es que para los Estados Unidos nuestro país es importante en la esfera internacional, tanto como para calificarlo como “la piedra angular en el esfuerzo de construir un hemisferio más próspero, igualitario y democrático”. Es el reconocimiento entre dos países que son socios fundamentales en el continente, se respetan y deben mantener así sus relaciones aun cuando existan diferencias ideológicas o de formas.