Editorial
La economía del Valle
Nadie se esperaba era que el crecimiento económico departamental estuviera tan por debajo del promedio nacional, que se ubicó en el primer trimestre de este 2023 en 2,9%.
La desaceleración económica de Colombia en este 2023 estaba anunciada. Preocupa, sin embargo, que el crecimiento del Valle del Cauca en el primer trimestre del año esté por debajo del promedio nacional y sea superado, de lejos, por Atlántico, Antioquia o Santander. Urgen acciones para que el impacto en la región no sea mayor y afecte renglones esenciales como su competitividad o la generación de empleo.
Los datos entregados en el Indicador Trimestral de Actividad Económica Departamental, realizado por el Dane, dan cuenta de un crecimiento entre enero y marzo de 2021 del 2,2% en el Valle. Una cifra que, si bien, se enmarca en lo esperado, se ubica 0,7% abajo del promedio del país. No tiene mayor sentido comparar los resultados con los arrojados en 2021 y 2022, cuando la economía nacional arrojó las mejores cifras luego del golpe que significó la pandemia del Covid-19.
Sí debe ser materia de análisis saber el porqué de lo que pasa en un departamento que tiene todos los elementos necesarios para estar en el mismo promedio, e incluso más arriba, que el del resto de Colombia. La comarca se caracteriza por su fortaleza empresarial y comercial, por la calidad de su mano de obra y la preparación de sus profesionales, por el clúster de servicios que ofrece y por la ventaja que significa tener el puerto de Buenaventura, por el que se mueve la mayor carga de exportaciones e importaciones del país.
La caída económica del Valle se empezó a vislumbrar desde el segundo semestre de 2022, cuando fue previsible el panorama desfavorable de la agroindustria, ya se sentía la contracción del sector de la construcción, que este año ha sido peor que la esperada, y el incremento de las tasas de interés encarecían los créditos bancarios. La reducción en la venta de vehículos y el descenso en el consumo de los hogares vallecaucanos fue otro golpe que hizo pronosticar lo que hoy sucede.
Lo que nadie se esperaba era que el crecimiento económico departamental estuviera tan por debajo del promedio nacional, que se ubicó en el primer trimestre de este 2023 en 2,9%. O que las exportaciones crecieran apenas un 1,6% entre enero y marzo cuando en el resto de Colombia aumentaron un 4,6%.
El panorama para lo que resta del año no es entonces nada halagador, como tampoco lo es para la Nación ni para el mundo que tiene pocas expectativas de crecimiento en la mayoría de países. Se prevé que la desaceleración continúe a escala nacional y que en lo regional llegue un nivel crítico e incluso negativo, lo que tendría efectos gravísimos para el Valle y para los vallecaucanos, que además resienten en sus bolsillos una inflación que aún cuando ha cedido, no llega a los niveles mínimos esperados para esta época.
Difícil situación, además, en un año electoral, en el que se genera mayor incertidumbre sobre lo que pasará en el futuro inmediato dependiendo de quiénes resulten elegidos para gobernar las ciudades y los territorios. Del manejo que se le dé a la economía regional dependerá que la desaceleración afecte en menor medida a los vallecaucanos.