Política
¿Llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos cambia las fichas del poder global?
Aunque EE. UU. sigue siendo la mayor economía, analistas no advierten grandes transformaciones en los liderazgos.
No se posesiona aún, pero el triunfo de Donald Trump ya tiene repercusiones en todo el planeta, a propósito de sus pronunciamientos en los que ha prometido aranceles para México y China. También ha dicho que acabará con la guerra en Ucrania en solo 24 horas y que quisiera expandir Estados Unidos a Canadá, Groenlandia y el Canal de Panamá.
Lo anterior, aunque ha despertado debate en todo el planeta, pone sobre la mesa la pregunta ¿cómo quedará el orden mundial luego del regreso del republicano a la Casa Blanca?
Las fuentes consultadas coinciden en que a pesar de que Washington sigue siendo una nación importante, ni en el corto ni mediano plazo las estructuras de poder global se transformarían hasta el punto en que el republicano quede siendo un superpoderoso.
“El orden mundial no tendría por qué alterarse con la llegada de Trump a la presidencia porque el orden mundial depende cada vez menos de Estados Unidos”, indica el internacionalista Mauricio Jaramillo.
Explica que seguramente con su regreso al poder cambiará la participación de Washington en la guerra en Ucrania, “pero hoy Estados Unidos ya no desempeña ningún papel vital en Medio Oriente. Israel hace lo que quiere y el país norteamericano se limita a apoyarlo en el África subsahariana, en América Latina y Europa”.
En ese sentido, “el orden mundial no depende ni de Estados Unidos ni de Trump. Sin embargo, con esta elección solo se enfatiza el discurso antiderechos dentro de Washington”.
De hecho, analistas aseguran que su nacionalismo, el ingrediente principal de su campaña, augura el regreso de unos Estados Unidos que imponga su ley, puesto que el presidente electo prefiere las relaciones transaccionales y de poder al multilateralismo.
Para Juan Nicolás Garzón, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, aunque no cree que el orden mundial cambie, comenta que puede haber una agudización de las disputas y tensiones por la preeminencia y por el poder global.
“La llegada de Trump y los anuncios que se conocieron en su campaña y en su mandato previo, nos hace pensar que nuevamente vamos a estar en un escenario de permanente disputa, particularmente con China, pero también podrían reducirse otras desavenencias, por ejemplo, en el caso de Rusia y Ucrania, por su intención de terminar ese conflicto rápidamente”, señala.
Desde la perspectiva económica, el analista augura un mundo más cerrado con el retorno del republicano, en el que cada país centre sus esfuerzos en su proyecto nacional y sus necesidades particulares, debido a la reducción de los intercambios comerciales, situación que influiría en el escenario político.
Adicionalmente, el internacionalista Jaramillo anota que, pese a que Estados Unidos sigue siendo la principal economía del mundo, cada vez tiene menos influencia militar. “El fracaso en Afganistán, Irak y Libia así lo confirma, además tiene cada vez menos peso cultural e ideológico, lo cual se ve en la poca influencia que hoy tiene en América Latina, Asia y Medio Oriente con cada vez menos músculo financiero. La desdolarización que vemos entre China y Rusia así lo confirma”.
Al respecto, Garzón menciona que es cierto que hay una reducción de la influencia de Estados Unidos en ámbitos de seguridad, económicos y en la influencia política sobre regiones relevantes, y explica que eso es precisamente lo que quiere contrarrestar el proyecto de Trump, lo cual se vio desde su primer mandato: “Quiere ‘hacer América grande otra vez’, de tomar el control sobre las relaciones de poder”.
“Eso no quiere decir que porque lo anuncie lo vaya a materializar, pero tampoco creo que una presidencia vaya a catapultar a Estados Unidos como un país hegemónico mundial como en lo que ocurrió después de la Guerra Fría con la prevalencia de Washington, y tampoco va a suponer, que ese poder vaya a erosionarse a una velocidad tan rápida que en cuatro años estemos hablando, de la emergencia en China como gran eje mundial”, anota.
Asimismo, fuentes coinciden en que además del poder que tiene China, que es su principal enemigo, Trump también debe prestar atención a otros líderes y naciones que son relevantes en el mundo, a pesar de que Washington mantenga buenas relaciones con ellos.
“En el caso de Rusia, con Vladimir Putin, debe ser cauteloso por razones de seguridad, pero también por ser un gran contrapeso mundial. De la misma forma, los liderazgos emanados desde Europa son importantes, como Emmanuel Macron, en Francia, igual con el Reino Unido, que ha sido históricamente un aliado de Estados Unidos”, explica Garzón.
Y finaliza: “Creo que hay muchas cuestiones por resolver en esta época de nacionalismo económico, porque pronto veremos muchas medidas de países, seguramente en lo comercial, que van a generar represalias, y en ello Europa va a jugar un rol importante”.