Política
Programa Jóvenes en Paz: beneficiarios denuncian incumplimiento en los pagos por parte del Gobierno; “no hay paz con hambre”
Algunos señalan que llevan varios meses sin recibir el beneficio.
Más de doce mil jóvenes entre los 14 y 28 años de edad, a quienes el Gobierno había elegido para formar parte de la iniciativa que buscaba pagarles para “no matar”, a través del Programa Jóvenes en Paz, se quejaron por el incumplimiento en los pagos prometidos.
Por ello, la semana pasada en medio del lanzamiento del programa Servicio Social para la Paz por parte del Ministerio de la Igualdad, un grupo de estos muchachos irrumpieron en el Centro Nacional de las Artes, para manifestar su inconformidad ante el incumplimiento por parte del Gobierno.
“No hay paz con hambre”, gritaban, como una forma de exigir el pago prometido con el que muchos habían hecho planes para estudiar. Es de tener en cuenta que esta polémica iniciativa le iba a costar al país $1,2 billones.
En medio de la protesta, varios de ellos conversaron con la revista Semana y contaron la difícil situación que atraviesan sin tener posibilidades de estudiar o trabajar.
Una de ellas fue Paula García, de 21 años, residente de la localidad de Bosa; madre cabeza de hogar, quien logró un cupo en el programa. Aunque estudia para ser licenciada en educación infantil, no cuenta con los recursos que esperaba.
Al mismo tiempo, por la cláusula de corresponsabilidad, debe cumplir con horas de trabajo en fundaciones: “Recibimos una ayuda, pero igualmente debemos cumplir”. Contó que entró en el programa en marzo de 2024 y, como el pago es a mes vencido, esperó el primer millón de pesos en mayo, pero este nunca llegó.
“No recibí pago. En ese momento, no estaba enrutada en educación, pero eso era normal, porque teníamos plazo hasta cuatro meses. De todas formas, seguí cumpliendo con los horarios y las firmas en las planillas. Hasta junio me pagan 1.900.000 pesos, correspondiente a dos meses, pero me quedan debiendo 100.000 pesos”, contó.
Agregó que en una reunión, los beneficiarios reclamaron por los saldos pendientes, pero el Ministerio de la Igualdad les respondió que “con eso ya no contáramos”.
Paula señaló que en julio no le pagaron, pero en agosto le llegaron los $2 millones equivalentes a los dos meses. El pago lo volvió a recibir en septiembre, pero en octubre solo le consignaron $900.000.
“Me quedan debiendo 200.000 pesos, con la otra cifra. En noviembre sí pagaron, pero en diciembre no pagaron y en enero solo me pagaron 500.000″, dijo y agregó que la afectación económica fue tal, que su hija y hermanitos se quedaron sin el regalo de Navidad.
Paula dijo que sufrió una afectación económica y emocional por no recibir los recursos de diciembre: “Mi hija y mis hermanitos no recibieron regalos de Navidad”.
Asimismo, aseguró que ella pese a los incumplimientos, ha corrido con suerte, pues “hay jóvenes a los que no les han pagado desde que entraron”.
Natalia Méndez, de 19 años y quien padece de epilepsia refractaria, que se convirtió en una discapacidad cognitiva, también habló con Semana y dijo que los pagos los ha recibido de manera intermitente.
“En diciembre solo me dieron 300.000 pesos y este mes me llegaron 500.000. No me los completan. A una amiga le deben como dos millones de pesos y no llegan. En el Ministerio de la Igualdad nos dicen que nos toca esperar, porque toca dialogarlo con otras personas”, contó.
Agregó que en su casa ahora hacen falta recursos, más aún cuando ella necesita útiles para los trabajos de corresponsabilidad.
Esta joven entró al programa a mediados de abril de 2024 y afirmó que todo inició bien, hasta el segundo pago, que nunca llegó a su cuenta de ahorros.
“Luego, los problemas se presentaron en agosto. Yo tenía el comprobante de todas mis firmas y me llegó la mitad, solo 500.000 pesos. Me dijeron que todavía no se sabía cuándo se iba a subsanar eso. Tocaba esperar”, dijo. Los pagos se normalizaron, pero desde noviembre no percibe un centavo del programa.
“Soy madre cabeza de hogar, tengo dos hijos. Pago arriendo. Me ha tocado correr para todo lado, vender mis cosas y prestar plata. Mi único ingreso es el de Jóvenes en Paz. Eso ocupa todo el día. De 8 a 5 de la tarde. Trabajar es muy difícil”, manifestó.
Pese a que ha enviado varios derechos de petición conjuntos, “nunca solucionaban nada”.
Incluso, explicó que, muchos jóvenes como ella no han podido entrar a la universidad por falta de efectividad en el mecanismo. “Yo no tenía Icfes. Como no me pagaron, no pude inscribirme a tiempo. Los estudios de mis compañeros se han dado por su trabajo autónomo”.
Alejandro Moreno, de 19 años, es otro de los afectados y aunque siempre ha querido estudiar idiomas, pero la inestabilidad en los pagos hicieron que dejara sus cursos. “No estoy estudiando, inicié con los pagos de Jóvenes en Paz, pero no pude continuar”, dijo.
Ante esta situación, Alexandra Vásquez, representante del Pacto Histórico por Cundinamarca, pidió al Gobierno Nacional responderles a los jóvenes: “Nos acompañan desde el estallido social. Es una legítima reclamación ante las necesidades que tienen”.
Pese a que los periodistas de Semana consultaron con el Ministerio de la Igualdad sobre la situación de las transferencias a los jóvenes, no recibieron ninguna respuesta.
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