Tecnología
Los tres objetos que no debe meter a la lavadora porque podría dañarse completamente
Si bien la lavadora es una gran ayuda en las tareas del hogar, es importante no subestimar el daño que un uso inapropiado puede causar.

La lavadora ha constituido, indudablemente, uno de los inventos más trascendentales en el ámbito doméstico, aliviando considerablemente la labor de lavar la ropa. No obstante, pese a su indiscutible eficiencia, no todos los objetos son aptos para ser introducidos en dicho electrodoméstico sin riesgo de sufrir daños irreparables. Este aparato no está diseñado para manejar toda clase de ropa, materiales o accesorios, y su uso indebido puede resultar en daños que varían desde los más superficiales hasta la destrucción total de la prenda, e incluso del propio electrodoméstico.
Para entender por qué ciertos objetos no deben ser introducidos en la lavadora, es necesario comprender el funcionamiento básico de este aparato. Las lavadoras están equipadas con un tambor giratorio que emplea agua y detergente para limpiar las prendas. Durante el ciclo de lavado, las piezas se agitan, se frotan y se someten a un giro constante, lo que puede ser idóneo para algunos tipos de ropa, pero devastador para otros.

Materiales delicados que deben evitarse en la lavadora
- Ropa de lana o seda: La lana y la seda son dos de los materiales más delicados que existen. Ambos requieren un cuidado especial y no deben exponerse a los giros violentos ni a los detergentes convencionales. Por ejemplo, la lana puede encogerse considerablemente, y la seda puede perder su brillo o incluso romperse debido a la fricción.
- Prendas con adornos, lentejuelas o bordados: Las prendas que incorporan detalles como lentejuelas, pedrería o bordados también son susceptibles al daño en la lavadora. El contacto continuo con el tambor giratorio puede ocasionar que dichos adornos se desprendan o se rompan. Además, la fricción y la acción del agua pueden deteriorar el tejido sobre el que están adheridos.
- Ropa de cuero o gamuza: El cuero y la gamuza son materiales extremadamente sensibles al agua y a la fricción. Introducir prendas de estas características en la lavadora puede dar lugar a la deformación del material, la aparición de manchas o, en el peor de los casos, a la pérdida total de su forma original. El agua puede deteriorar la textura del cuero, provocando que se reseque y agriete, mientras que la gamuza puede perder su suavidad y aspecto esponjoso.
Los daños que puede sufrir la lavadora
No solo las prendas de vestir se encuentran en peligro cuando se lavan objetos inapropiados en la lavadora, sino que también el propio electrodoméstico puede sufrir daños considerables. Los elementos que no deberían ser introducidos en la lavadora pueden obstruir el sistema de drenaje, dañar el tambor o los componentes internos, e incluso afectar el motor.
El tambor, que constituye la parte más crítica de la lavadora, es especialmente vulnerable a daños si no se manejan con precaución los objetos que se introducen en él. Objetos como monedas, llaves o incluso agujas pueden dañar la estructura interna del tambor. Dado que este gira a altas velocidades, cualquier accesorio duro o pesado puede ocasionar grietas o abolladuras, comprometiendo así su funcionamiento.
El motor de la lavadora es otro componente delicado que puede resultar afectado si se introducen elementos inadecuados. Objetos pesados o de gran tamaño, como edredones sin sujeción, pueden sobrecargar el motor, forzándolo a trabajar en exceso, lo que podría llevar a un sobrecalentamiento y daños irreparables.

La lavadora es, sin lugar a dudas, una herramienta de gran utilidad en las tareas domésticas. Sin embargo, su uso debe ser prudente y consciente. Además, un mantenimiento adecuado del aparato y el empleo de ciclos de lavado específicos contribuirán a prolongar su vida útil.
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