El pais
SUSCRÍBETE
Es una bella paradoja: en estos tiempos en que parece condenado a la extinción, el papel también es fuente de vida. Así ocurre en el Valle, Cauca, Quindío, Risaralda y Caldas, donde Smurfit Kappa Colombia y su Fundación llevan 56 años de trabajo por el mejoramiento continuo y sostenible de las comunidades.

Historias transformadoras que le dan vida al papel

Es una bella paradoja: en estos tiempos en que parece condenado a la extinción, el papel también es fuente de vida. Así ocurre en el Valle, Cauca, Quindío, Risaralda y Caldas, donde Smurfit Kappa Colombia y su Fundación llevan 56 años de trabajo por el mejoramiento continuo y sostenible de las comunidades.

8 de octubre de 2018 Por: Elpais.com.co

En la gestación de cada hoja de papel se escriben historias insospechadas. En cada uno de los papeles que produce Smurfit Kappa (Cartón de Colombia S.A.), esas historias cuentan las de cientos, miles de niños, que de una y muchas formas han crecido gracias al trabajo que la fundación de la compañía realiza desde 1962.

Son historias de transformaciones. De los pequeños cambios que causan revoluciones en la vida, que es lo que durante todo este tiempo ha buscado motivar la compañía desde su músculo social, focalizado en las comunidades donde opera a través de las plantaciones forestales comerciales de pino y eucalipto que tiene en 28 municipios de cinco departamentos: Valle, Cauca, Caldas, Risaralda y Quindío. Aunque sus cultivos más grandes están en el Valle. Y asimismo la huella de la fundación, porque donde quiera que crecen los árboles de Smurfit Kappa, crecen programas gratuitos de educación, apoyo para estudios profesionales, procesos guiados para apalancar planes de emprendimiento, gestión ambiental, jornadas de empoderamiento y liderazgo, e igualmente promoción de la vivienda saludable.

En Yumbo, para no ir tan lejos, esa huella conduce hasta ‘El Caracolí’, un centro de desarrollo integral para la primera infancia ubicado al norte del municipio. Y desde ahí a los ITAF (Institutos Técnicos Agropecuarios y Forestales), colegios de educación media con enfoque agropecuario que se replican en El Darién, Cajibío y El Tambo. En el área de vivienda saludable, la fundación suma ya larga experiencia ofreciendo capacitaciones en prevención de enfermedades y saneamiento básico. Y para extenderse a otros renglones, también desarrolló una línea de generación de ingresos mediante la cual da acceso a microcréditos para los emprendedores. En gestión ambiental, el énfasis lo tienen en la conservación de flora, fauna y recursos hídricos. Y también tienen una ‘línea de ciudadanía activa’ a través de la cual fomentan el empoderamiento y liderazgo social.

“Hoy en la compañía hay personas vinculadas que estuvieron con nosotros desde chiquitos, desde el colegio”, cuenta Beatriz Mejía, directora de la Fundación. Así pasa con María Divanery Bolaños, profesional en Ecología de la Fundación Universitaria de Popayán, que a los 37 años todavía sonríe automáticamente a la hora de responder por qué estudió lo que estudió. María nació en El Tambo, Cauca, y se graduó como bachiller en el ITAF de su pueblo con tan buenas calificaciones, que la Fundación Smurfit Kappa Colombia le becó su siguiente nivel educativo. Entonces ella, que ahora es Técnica de Investigación y trabaja el laboratorio que la compañía tiene en Restrepo, Valle, sonríe al recordar su historia.

María, pues, es una de las tantas semillas germinadas en un ITAF. El ITAF de El Darién, a unos veinticinco minutos del pueblo, es una granja-colegio que todos los días abre sus puertas para que 133 estudiantes de sexto a once grado, no solo se formen en el convencionalismo académico del bachillerato tradicional, sino también aprendiendo sobre agricultura y proyectos productivos. “Lo más importante para nosotros es que ellos entiendan que las oportunidades no están solo en la ciudad”, dice Gabriel Montoya, rector de la Institución.

En un ITAF, por supuesto, no existen las clases rutinarias: dos veces por semana los chicos más pequeños, es decir los de sexto grado, se encargan del cuidado de los conejos y de la huerta, donde tienen siembra de lechuga batavia, cebolla, cimarrón, y frutas. Los alumnos de séptimo se encargan del cuidado de cuyes y gallinas. Los de octavo se responsabilizan de los cerdos y el cultivo de café. Los de noveno, de la apicultura y los sembrados de plátano. Y los de décimo y once, de la ganadería.

Los esfuerzos de la Fundación, en todo caso, no se ciñen únicamente a los chicos más chicos. Durante todo el 2017, la apuesta también fue el desarrollo y educación de 670 adultos jóvenes que habían aplazado por años la meta de convertirse en bachilleres. En total, el año pasado la Fundación destinó más de 6.400 millones de pesos a sus programas con los que se vieron beneficiadas nueve mil personas. Son esos esfuerzos los que escriben historias, generalmente invisibles, en la gestión de millones de hojas de papel.

Smurfit Kappa - Cartón de Colombia

Smurfit Kappa Colombia es líder en el suministro de empaques y productos a base de papel; es el mayor reciclador de cartón y papel del país y también el mayor reforestador privado. Además, es el único productor de empaques corrugados, así como de cartulinas y papeles para impresión y escritura con certificaciones Sello Ambiental Colombiano.

Genera más de 4.000 empleos en Colombia y cuenta con operaciones en Cali, Bogotá, Medellín y Barranquilla. Desde 1969 gestiona plantaciones forestales comerciales en 33 municipios de seis departamentos de la región andina, las cuales cuentan con certificación FSC® por manejo forestal responsable desde el año 2003.

Smurfit Kappa contribuye al desarrollo sostenible de Colombia gracias al compromiso y talento de sus colaboradores y a su gestión medio ambiental, social y económica.

Regístrate gratis a nuestro boletín de noticias

Recibe todos los días en tu correo electrónico contenido relevante para iniciar la jornada. ¡Hazlo ahora y mantente al día con la mejor información digital!

AHORA EN Valle Con Sentido