CULTURA
Las dos caras del éxodo de bailarines caleños de salsa
Frente al bajo apoyo económico en su tierra, y pese a algunos obstáculos y timos, al menos 500 artistas de salsa se abren paso en el exterior, generando ingresos por cerca de medio millón de dólares cada mes.
El son del saxofón que marca el compás de ‘Si te marchas’, aquella salsa encendida de Óscar D'león y Porfi Baloa, se toma el salón de baile. En ese momento, la sensualidad y el movimiento veloz de las puntas de los pies de Kelly Trujillo se apoderan de ese lugar.
La bailarina caleña, de 26 años, prepara un show coreográfico de salsa que presentará de manera individual en diferentes espectáculos en la ciudad de Guangzhou, China, nación donde deberá estar, a más tardar, en un mes.
Esta será la tercera vez que Kelly visita el país de la ‘Gran Muralla’, donde no solo será embajadora de la salsa caleña, sino que se reencontrará con Juan Carlos Preciado, su esposo y socio, con quien hace cuatro años fundó ‘Rebelión salsera’, una empresa que lleva bailarines de este género musical a la China.
“Él fue campeón mundial de salsa y, gracias a un intermediario colombiano que trabajaba en ese país, consiguió un casting en un parque acuático de allá, los chinos quedaron encantados de su presentación y le aprobaron llevar, al mes siguiente, ocho bailarines más, entre los cuales estaba yo”, cuenta Kelly Trujillo.
De hecho, agrega, que esa fue la oportunidad que le permitió a ambos, no solo crear su propia empresa, sino también seguirse desarrollando artísticamente, así como mejorar su calidad de vida.
“Desde que abrimos ‘Rebelión salsera’, hemos llevado cerca de 150 bailarines a la China, a quienes les hemos ayudado a cumplir sus sueños de tener un trabajo con un sueldo fijo y bien retribuido, lo cual aquí en Colombia es difícil de lograr porque este es un oficio desvalorizado”, comenta Kelly y añade que la industria de la salsa les ha permitido tener algunos bienes materiales como un carro y una casa propia.
Esta joven hace parte de los entre 500 y 800 bailarines caleños de salsa que, en promedio, se radican en el exterior por periodos de entre seis y doce meses para dedicarse a bailar y realizar presentaciones artísticas. Un fenómeno que, de acuerdo a expertos de esta industria, viene en auge, también en razón al poco apoyo económico que encuentran en Cali.
La historia, según Edwin Chica, director de la compañía artística Tango Vivo y Salsa Viva, se remonta unos diez años atrás, cuando eventos de gran formato como el Festival Mundial de Salsa o el Salsódromo, fueron una puerta para que este género musical “saliera del barrio” y de otros espacios populares de Cali.
Sin embargo, la conquista de los escenarios internacionales de ese baile que, no en vano, nos hizo llamar la ‘Capital mundial de la salsa’, se dio solo hasta hace seis años.
“El ‘boom’ inició cuando muchos bailarines empezaron a salir de Colombia y tuvieron la oportunidad de participar en concursos internacionales de salsa, y ganarlos”, explica Edwin Chica, director de la compañía artística Tango Vivo y Salsa Viva.
Así fue como estos artistas, con su particular estilo de velocidad y acrobacias, empezaron a estar en el radar de las industrias de turismo a nivel mundial y llegaron a las pistas de cruceros, hoteles, casinos, restaurantes y parques temáticos de todo el mundo.
“Asímismo, grandes congresos y eventos sociales y políticos, comenzaron a involucrar en sus celebraciones este tipo de espectáculo”, agrega Chica.
Johanna Agudelo, directora de la academia de baile CAS Entertainment, fue una de las pioneras en abrir el mercado internacional para las escuelas de salsa caleñas. La empresaria, después de viajar ocho veces a Turquía para ofrecer los shows de los bailarines, pudo cerrar su primer contrato en el 2013 con un hotel de ese país.
“Ese año llevé a la ciudad de Antalya a un grupo de 12 bailarines por un periodo de seis meses. Nos fue muy bien y, desde entonces, empezó a haber una gran demanda de estos artistas. Al año siguiente y para la segunda temporada, regresé con 40 bailarines y ya empezaron a ir otras escuelas de salsa”, relata.
Hoy por hoy, durante los seis años que lleva en el mercado colombiano, CAS Entertainment ha enviado al exterior a más de 200 bailarines, no solo a Turquía, sino a otros países como China, Egipto, Israel y, recientemente, a Mongolia.
Además, la empresaria sostiene que ninguno de sus bailarines tiene un salario inferior a $1.700.000 mensuales y que, incluso, hay quienes ganan hasta $7 millones.
“Pero eso depende del cliente. Nosotros, por lo menos, tenemos contratos con empresas como Disney, Broadway y el The Venetian Macao Resort”, acota la directora de la academia de baile CAS Entertainment.
Pese a esto, Agudelo agrega que hay escuelas de salsa y bailarines que, al bajar de manera significativa los precios de los shows, están afectando el mercado. “Conozco casos de bailarines que, por necesidad, están partiendo al exterior a trabajar hasta por $200 dólares porque en Colombia, el mercado está agobiado”, precisa.
De acuerdo con Edwin Chica, director de la compañía artística Tango Vivo y Salsa Viva, en promedio, un bailarín de salsa en el exterior bien remunerado, gana entre €1 1500 y €1 2500 cada mes.
Con su calculadora en mano hace las cuentas: “Entonces, si hablamos que en promedio, unos 500 de estos artistas viajan afuera de Colombia a trabajar, podemos decir que este gremio está moviendo cerca de $500.000 dólares mensuales”, asegura.
El secreto del baile caleño
La clave del estilo del baile de Cali está en el “swing”, así lo afirma Harold Viáfara, experto en salsa y director de la maestría en Alta Dirección de Servicios Educativos de la Universidad de San Buenaventura Cali, USB.
“Hay diferentes estilos para bailar salsa: está la modalidad en línea, el ‘on 1’, el ‘on 2’, la rueda de casino -que es cubana-, y el estilo caleño, que se caracteriza por la velocidad de los pies, la sensualidad del baile, por el vestuario y porque incorpora las acrobacias, que le dan un toque especial”, afirma Viáfara.
Sin vacilar, el experto asegura que, “en términos de show, los bailarines de salsa caleños son los más apetecidos en todo el mundo”.
“En Suramérica o en Europa, el baile de rueda cubano tiene más acogida en la academias de salsa donde se aprende a bailar. Pero, si hablamos de espectáculo, es más fuerte el estilo caleño, al que la velocidad y las acrobacias lo hacen prácticamente inigualable”, dice.
Ese baile, con todas las particularidades que lo han convertido en un referente mundial, actualmente se enseña en 127 escuelas y compañías artísticas que están registradas en Cali. De estas, 55 participan en competencias y envían bailarines al exterior, de acuerdo a la Secretaría de Cultura Municipal.
Hoy por hoy, el gran mercado internacional de la salsa caleña es Turquía y, de manera especial, la ciudad de Antalya, ubicada en su costa mediterránea y que, por sus playas, balnearios y parques acuáticos, es un epicentro turístico del país.
En efecto, según datos del Ministerio de Cultura de Turquía, un total de 32,4 millones de turistas visitaron esa ciudad en el 2017, por lo que se convirtió en el segundo destino preferido de esa nación después de Estambul.
Adicionalmente, otros países en los que los bailarines caleños son apetecidos son Estados Unidos, China, Japón, Tailandia, Túnez, Egipto, Israel y Dubái.
A este último país, un 12 de julio de 2014, Jessica Portilla, a sus 20 años y, en medio de sentimientos encontrados, cruzó el Océano Atlántico en búsqueda de un nuevo horizonte laboral.
“Nunca pensé en salir de Colombia, hasta que un día me llegó la propuesta de ir a Dubái con un contrato de 11 meses. Al principio, dije que no, pero luego, lo pensé bien y al final me vine”, manifiesta Jessica.
La joven bailarina, quien hoy tiene 25 años, empezó trabajando en la Jumeirah Hotels and Resorts, una cadena internacional de hoteles de lujo con sede en Dubái. Allí laboró tres años y después se independizó.
En su vida artística como independiente, Jessica trabajó por tres años en un restaurante de ese país, en el que bailaba salsa caleña y tango todas las noches durante un tiempo de tres horas, el resto de su día lo tenía libre.
“Soy muy feliz, el baile me ha permitido todo. Gracias a que me vine y a que he sido juiciosa, pude pagar mi apartamento en Cali y, aquí en Dubái, tengo mis comodidades y estoy con el proyecto de formar mi propia compañía de baile. Además encontré el amor de mi vida, con el que, próximamente, me voy a casar”, remata Jessica Portilla.
Ojo: “De eso tan bueno no dan tanto”
Pero todas las experiencias que han vivido los bailarines caleños en el exterior no han sido color de rosa. Un claro ejemplo de esta situación es el caso de los doce artistas que estuvieron varados hace poco por dos semanas en el aeropuerto de Antalya, Turquía, luego de haber sido engañados con una falsa promesa de trabajo.
Los artistas, quienes tienen entre 15 y 23 años, salieron de Cali el pasado 16 de abril con destino a ese país, donde les pagarían a cambio de presentaciones. Sin embargo, según denunciaron sus familiares, los promotores del viaje se negaron a cancelarles el primer mes y luego, el segundo, lo que provocó el reclamo de los bailarines.
Pese a esto, los jóvenes siguieron cumpliendo con las presentaciones hasta la última ocasión, cuando autoridades turcas les advirtieron que no podían trabajar porque su visado era exclusivamente turístico.
Desde entonces, los promotores del viaje resguardaron a los caleños en un hotel pero, en medio del encierro, los jóvenes escaparon hasta el aeropuerto de Antalya.
“Ya seis bailarines se devolvieron y otros consiguieron contratos laborales allá. Mi hijo, ya pudo salir de Turquía y en estos momentos se encuentra en España con una tía”, comenta Cassandra Paz, madre de Wilson Andrés Mosquera, uno de los artistas que fue engañado.
Ante esta situación, Andrea Buenaventura, directora de Delirio, manifiesta que muchos bailarines que están viajando al exterior, “no están teniendo una orientación honesta y profesional que les permita viajar con todas las condiciones de legalidad y seguridad necesarias”.
“Entonces, allí tiene que haber una intervención estatal, por ejemplo, a través del Ministerio de Cultura o la Cancillería, para hacer una regulación, reglamentación o auditoría de estos viajes, sobre todo, en el medio oriente, que es donde más se está cubriendo ese mercado. Hay que tener en cuenta que así como hay artistas que se van y tienen mucho éxito, hay otros que sufren condiciones que están poniendo en riesgo su integridad e, incluso, hasta su propia vida”, señala Buenaventura.
Es pertinente decir que la Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana de Cali, a través del Comité Operativo Anti Trata de Personas, Coat, ha recibido en los últimos tres años, tres alertas frente a presuntos casos de trata de personas en los que se han visto involucrados bailarines de salsa que han viajado al exterior desde la capital del Valle.
“El año pasado, por ejemplo, recibimos una víctima directa por la modalidad de explotación sexual. Se trataba de una joven caleña de 19 años a quien llevaron a Turquía con un ofrecimiento laboral para trabajar como bailarina, pero una vez llegó allá le cambiaron las reglas del juego. Sin embargo, ella logró a través del consulado su retorno a Colombia y, apenas llegó, acá se le prestó asistencia inmediata”, asevera Felipe Botero, secretario (e) de Paz y Cultura Ciudadana Municipal.
El funcionario asegura que, con los bailarines de salsa, la Alcaldía tiene una alerta desde el 2016, cuando La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, sacó un diagnóstico sobre la trata de personas y la relación de esta problemática con la proliferación de las industrias culturales.
A esto se le suma que el Valle del Cauca y el Eje Cafetero son los principales regiones en Colombia de captación de víctimas de este delito.
“Entonces, para prevenir esa situación, en el 2017 iniciamos nuestra campaña ‘De eso tan bueno no dan tanto’, en la que involucramos escuelas de salsa, con el propósito de sensibilizar a los bailarines sobre la trata de personas. A ellos les llevamos una serie de recomendaciones (ver básico) para evitar que caigan en redes de explotación laboral y sexual”, concluye Borrero.
Tenga en cuenta
Para prevenir ser víctima del delito de trata de personas, es necesario tener en cuenta la siguientes recomendaciones.
- Verifique la experiencia y trayectoria de las personas y empresas a cargo de las convocatorias laborales en el exterior.
- Cerciórese de las condiciones del contrato con Migración Colombia o el Ministerio de Trabajo. En la línea gratuita 018000522020 usted puede hacer esto.
- Confirme que exista un permiso apropiado para trabajar en el país de destino.
- Revise que existan tiquetes de ida y regreso.
- Antes de emprender un viaje, recuerde el lema de la campaña: "No todo lo que brilla en el exterior es oro", asegura Christian Krüger, director de Migración Colombia.
- "Vale la pena dudar de aquellas oportunidades donde ofrecen grandes cosas, salarios exorbitantes, ofertas laborales únicas, trámites de visados y pasajes inmediatos, vivienda en el exterior y hasta fama y riqueza”, sostiene Krüger.
- También, vale la pena precisar que ante los inconvenientes que han tenido algunos bailarines de salsa en el exterior, la Cancillería colombiana informó que les ha brindado ayuda en materia “de hospedaje, alimentación, atención médica, entre otros”.
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