En la era digital en la que vivimos, es esencial reflexionar sobre la importancia del contacto con la naturaleza, especialmente durante la primera infancia. Estos primeros años son críticos para el desarrollo emocional y social de los niños y niñas, y la conexión con el entorno natural es una herramienta necesaria para su crecimiento.

Los conversatorios buscan evidenciar el impacto de la enseñanza con enfoque ecológico en las niñas y niños. | Foto: Jardín Helen Keller

La naturaleza ofrece un sinfín de estímulos que enriquecen la percepción sensorial de los más pequeños. Los colores vibrantes de las flores, el canto de los pájaros, el murmullo del viento y la textura de la tierra son experiencias que despiertan la curiosidad y fomentan la creatividad. A través de estas interacciones, los niños y niñas aprenden a observar, explorar y cuestionar su entorno, sentando las bases para la empatía y el respeto hacia otros seres vivos, aspectos esenciales en un mundo cada vez más interconectado.

Además de desarrollar sensibilidad, la naturaleza se convierte en un aliado en la gestión de las emociones. Un entorno natural brinda un espacio de relajación y tranquilidad, vital para el bienestar emocional de los niños y las niñas. Actividades simples, como correr en el pasto y observar las nubes, permiten liberar tensiones y calmar la mente. Estudios han demostrado que aquellos que pasan más tiempo al aire libre tienden a experimentar menos ansiedad y estrés, desarrollando habilidades de regulación emocional desde una edad temprana.

Además, es fundamental que desde pequeños aprendan a cuidar del medio ambiente, lo cual les enseña sobre la importancia de los recursos naturales, el reciclaje y la sostenibilidad. Actividades como plantar un árbol o cuidar un jardín no solo les muestran que cada acción cuenta, sino que también les ayudan a desarrollar un sentido de pertenencia hacia su entorno.

En los conversatorios se expondrán algunas estrategias pedagógicas que se implementan en la primera infancia. | Foto: Jardín Helen Keller

El respeto por el medio ambiente también está relacionado con la promoción de la paz. Al enseñar a los niños y niñas a cuidar su entorno, fomentamos valores como la tolerancia, la cooperación y el respeto mutuo. Un ambiente sano puede ser un terreno fértil para la paz y la armonía social, mientras que la degradación ambiental a menudo alimenta tensiones y conflictos. Educar a los más pequeños sobre la interconexión entre el entorno y la paz les brinda herramientas para ser agentes de cambio en su comunidad.

En este contexto, instituciones como el Jardín Infantil Helen Keller, ubicado el sur de Cali, son un ejemplo de cómo se puede integrar el aprendizaje al aire libre en la educación. La COP16 en Cali también representa un llamado a la acción para fomentar la conexión con la naturaleza desde la primera infancia. En un momento de incertidumbre ambiental como el actual, cultivar esta relación desde los primeros años de vida es fundamental para asegurar nuestra vida en el planeta, de manera pacífica, saludable y equilibrada.

Conversatorios: viernes 1 de noviembre

Los interesados pueden realizar una inscripción previa. | Foto: Jardín Helen Keller

Experiencias pedagógicas con niños de primera infancia que exploran y aprenden acerca del medio ambiente. Auditorio 2, Facultad de Ingenierías, ingreso desde las 8:30 a.m.

9:00 - 10:00 a.m. ‘La Infancia se une a la COP-16: Cómo promover el cuidado del medio ambiente desde la educación inicial’. Presentan profesoras del Jardín Helen Keller: Julieta Paredes, Soraya Sanclemente y Valentina García. Relatora: profesora Yenny Otálora.

10:15 12:00 m. ‘Reflexiones En-torno a la COP-16: Experiencia de niñas y niños que miran la tierra y ven más que tierra’. Presentan Óscar Ordóñez, Marlenny Guevara (Instituto de Investigaciones CIDEAS), niñas y niños expertos. Relatora: profesora Yenny Otálora.