Cuando la artista y pintora Amelia Marín se enteró de la noticia de que Cali sería la sede de la Cop16, recuerda, quedó “en shock”. Enseguida pensó: “yo quiero participar, debo estar allí. ¿Pero qué hacer en tan poco tiempo?”
Entonces se le ocurrió la idea: tejer un mapamundi que representara a los países que participarán de las negociaciones de la cumbre ambiental. Su idea se la comentó de manera casual a sus alumnos del Taller de Amelia, y aquello se fue difundiendo, agrandando como bola de nieve, al punto que tejedores y artesanos colombianos de todo el mundo se unieron a la iniciativa.
“Ya me llegaron grannies (tejidos), de tejedores que están en Alemania, España, en Estados Unidos hay gente tejiendo para la iniciativa, también de muchas partes de Colombia, donde ya somos 100 mujeres tejiendo, además de niños y jóvenes. Estamos unidos en todo el mundo para la Cop16 gracias a un hilo y una aguja”, dice Amelia, quien completa 40 años formando artistas en Cali.
El sueño de los tejedores es que el mapamundi sea exhibido en el corazón de la Cop, el Centro de Eventos Valle del Pacífico. Es tan grande, que una de las museólogas del Museo Libre de Arte Público de Colombia (MULI) sugirió exponerlo en el suelo, con una estructura que lo realce. Si se exhibiera de manera vertical, el mapamundi sería tan alto como una casa de dos pisos.
“Es el primer proyecto grande que hacemos en tejido en el país”, comenta Amelia en su taller, donde se unen los grannies (tejidos) que le llegan cada semana de todo el planeta. Serán casi 5000.
“Son hexágonos de cinco por cinco que vamos uniendo hasta formar el mapamundi”, dice la tejedora Claudia Patricia Melo Rincón, propietaria de Trapillos Clau, un emprendimiento dedicado a la elaboración en crochet de ‘amigurumis’, es decir muñecos. El término amigurumi es un acrónimo en japines que viene de ‘ami’ (tejido) y nuigurumi, “muñeco de peluche”. El primero de la historia, o el más famoso, es el personaje de Hello Kitty.
Los artesanos ‘verdes’
Mientras se teje el mapamundo, en el resto de Cali decenas de artesanos se preparan para la Cop16, al punto que ya forman parte de la ‘ruta de alistamiento’ que lidera la Cámara de Comercio en alianza con la Alcaldía, Cotelco, Acodrés y Anato.
“Es un plan de preparación que busca fortalecer y alistar a las empresas que van a interactuar directamente con los visitantes a la Cop, como hoteles, restaurantes, operadores turísticos y artesanos”, explica Mario Carrillo, coordinador de proyectos de la Cámara.
En el caso de los artesanos, se les capacita en temas de sostenibilidad, cómo lograr que sus artesanías no afecten al medio ambiente, márquetin y mercadeo verde, servicio al cliente, estrategias para que los turistas se enamoren de sus creaciones.
“También estamos realizando capacitaciones sobre las cadenas productivas sostenibles. Adicional a eso generamos un espacio de encuentro donde les entregamos herramientas para que puedan empezar a pautar muy bien sus productos a través de las redes. Hacemos un laboratorio donde pueden traer sus productos y les pueden tomar fotografías de muy buena calidad. Y cerramos la ruta con un encuentro donde traemos a tres sectores para que puedan conectarse: proveedores, entidades de financiamiento y medios de pago electrónico. Es muy importante que para la Cop los artesanos puedan contar con medios de pago digitales para los turistas y de esta manera no perder ventas. También los capacitamos sobre las nuevas tecnologías para la traducción de idiomas”, agrega Mario Carrillo, coordinador de Proyectos de la Cámara.
Cecilia Paredes es una de las artesanas que hace parte de la ruta de alistamiento de la Cámara de Comercio. Hace pulseras, collares y aros que comercializa en su tienda, Almendro. Como una buena parte de los artesanos de Cali, llegó al oficio por su talento con las manualidades pero también por su situación económica tras un divorcio de un matrimonio de 36 años.
“Pasé por violencia intrafamiliar. Mi hija me enseñó a trabajar la bisutería. Yo anteriormente era comerciante. He sido acogida por la Cámara de Comercio de Cali, donde nos ha enseñado tanto y de diversos temas, nos han dado el conocimiento sobre negocios circulares, manejo de residuos, negocios sostenibles y amigables con el medio ambiente y sobre lo que representa la COP16, la cumbre más importante sobre biodiversidad del mundo”, cuenta Cecilia, quien tiene la expectativa de tener su marca en las zonas de la cumbre destinadas a los artesanos.
Lo mismo le sucede a Alexandra Soto Moreno. El suyo es un emprendimiento ‘verde’, certificado por el Dagma. Se llama Acai, joyería ecológica. Alexandra elabora accesorios a base de semillas y material orgánico como cáscaras de naranja, la pepa del zapote o el fruto seco de la jacaranda.
“La empresa nació porque yo tengo una enfermedad autoinmune, lo que hizo que no pudiera volver a trabajar. Soy administradora en salud. Entonces, en esa búsqueda de tener una actividad que también fuera terapia, encontré las artesanías. Siempre he sido talentosa para dibujar y para las manualidades”.
Para la Cop, Alexandra espera lanzar un llavero hecho con el fruto seco de la jacaranda y cáscaras de naranja. Es una manera de educar sobre la economía circular, explica: cómo darle un nuevo uso a lo que por lo regular echamos a la basura, como los residuos de las frutas que, pocos lo sospechan, pueden ser convertidos en arte.
“La ruta de alistamiento de la Cámara de Comercio ha sido muy importante. He aprendido a hacer planes de negocio, sacar costos, posicionar las redes sociales, porque de momento no tengo recursos para contratar a personas que haga esas labores, así que yo me encargo, incluso hice el logo de mi empresa. La Cop16 es una gran oportunidad para que los emprendimientos dedicados a las artesanías en Cali avancen, se consoliden y se formalicen”, dice Alexandra.