En el marco de la COP16, el evento sobre biodiversidad más importante del mundo, la empresa vallecaucana Ricol está marcando la diferencia con su revolucionario producto para la construcción.
Su producto Plock, es un bloque de construcción elaborado con plástico 100% reciclado. La empresa ha instalado su stand en la Plaza de Caycedo, donde los asistentes pueden conocer de primera mano como este innovador material promete transformar el sector de la construcción, al tiempo que contribuye al cuidado del medio ambiente.
“Con este ladrillo estamos contribuyendo a la descontaminación por plástico en el planeta, si no que además ayudamos a reducir el calentamiento global y la escasez de agua, ya que nuestro ladrillo, a diferencia del tradicional de arcilla reduce en un 97% la huella de carbono y en un 90% la huella hídrica” explica Walter Muñoz dueño de la empresa.
Estos bloques, seis veces más ligeros que los convencionales, están diseñados para facilitar construcciones más rápidas, económicas y sostenibles, haciendo posible la edificación de estructuras más livianas, resistentes a la humedad y adecuadas para zonas en condiciones climáticas extremas.
Con estos novedosos ladrillos se enfrenta el problema de la contaminación que existe por plástico y también se reduce significativamente las huellas hídricas y de carbono en comparación con los bloques tradicionales.
La empresa Ricol aprovecha su presencia en la COP16, evento que ya ha establecido récords de participación, para destacar el impacto socioeconómico y ambiental que puede tener el reciclaje a gran escala y sobre todo aprovechándolos para el uso de materiales para la construcción de viviendas y edificios comerciales.
Innovaciones del producto
Como innovación de la marca, en los muros construidos con Plock, se pueden aplicar todo tipo de acabados: estuco, enchapes cerámicos y de madera, estuco veneciano, graniplast, efectos de envejecimiento al óleo, etc.
Walter Muñoz invita a los caleños y visitantes de este gran evento internacional a conocer como Plock podría no solo mejorar la sostenibilidad de las construcciones, sino también generar empleo y soluciones habitacionales en las regiones más apartadas del país.
Muñoz cuenta que “el tiempo de montaje por metro cuadrado con este ladrillo es de 15 minutos. El peso por m2 de muro es de 21 kg y no requiere mortero de pega”. Además de que no es necesario ranurar para realizar instalaciones hidráulicas, eléctricas o sanitarias, también es “una construcción liviana, sólida y monolítica, con excelente comportamiento a movimientos sísmicos”.
Sus bloques se manejan en cuatro colores: negro, gris, ocre y terracota. Le apuntan como empresa a impactar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como: crear ciudades y comunidades sostenibles, acciones por el clima y el fin de la pobreza.
Esta y muchas iniciativas hacen presencia en la COP16 con enfoques de sostenibilidad, porque son marcas que le apuestan a la transformación hacia un futuro más verde, utilizando soluciones innovadoras que permiten el desarrollo económico del país sin sacrificar el planeta.