Aún hay tiempo de escribir una nueva historia de protección de la naturaleza. Ese es el mensaje que Benjamin Von Wong, artista canadiense creador de la ‘Jenga de la Biodiversidad’, quiere que se lleven los visitantes de la COP16 cuando vean su escultura abrirse paso en el cielo del Centro de Eventos Valle del Pacífico, sede de la Zona Azul de la Cumbre.
La escultura compuesta por 36 elementos o bloques y una altura aproximada de cinco metros intenta hacer un símil entre el conocido juego de la jenga y la realidad que enfrenta el planeta en la actualidad.
“Creo que el juego es una representación perfecta de la situación de nuestro planeta, tenemos un puñado de diferentes ecosistemas que están profundamente interconectados unos con otros y remover sus bloques para hacer viviendas, para obtener comida, para recoger minerales, pero no regresarlos de vuelta, en algún punto llevará a que todo se desplome”, explica Von Wong.
En la cima se ubicarán juguetes de tres niños que simbolizan el futuro y la conexión con la naturaleza. El artista sostiene que muchas personas creen que el medio ambiente va por un camino y los humanos van por otro, por lo que viven su vida sin darle importancia cuando, por el contrario, la humanidad hace parte de la naturaleza misma “y si esta se desploma, nosotros también lo haremos”.
“De acuerdo con la ciencia, estamos muy cerca de llegar a puntos de no retorno y si no tomamos acciones rápido, las cosas se van a poner peor. Somos muy afortunados de estar en una generación en la que aún podemos hacer algo al respecto. Para algunas personas, cuando miren esta torre de jenga pueden sentir que es muy tarde, pero no, aún hay tiempo de escribir otra historia”, añadió el canadiense que llegó a Cali por estas semanas a trabajar de la mano con la comunidad local para dar vida a la escultura.
Entre los profesionales que integraron su equipo de trabajo está Milton Duarte, ecologista oriundo del municipio de Restrepo y que tiene empresa con la que se dedica a construir grandes jardines y paisajismo.
Él fue el encargado de definir el interior de cada uno de los bloques del jenga, los cuales representan los diferentes ecosistemas que existen en el mundo, especialmente en Colombia, que hoy recibe el mayor evento de biodiversidad mundial.
“Vamos a representar unos ecosistemas que permiten determinar cuáles de ellos son los que están en riesgo, y eso es lo que quiere la COP16 en parte, mostrar cuál es el riesgo que tenemos con algunos ecosistemas. Entonces con el jenga qué sucede, son fichas que se acomodan una tras otra, y cuando tú quitas una, hay riesgo de que se caiga, y si lo representamos con el medio ambiente, significa que hay riesgo de que el ciclo natural de la vida pueda caer y se pueda destruir”, manifestó.
En cuanto a los bloques, representan todos los ecosistemas, desde los más fríos, los más nubosos o los que reciclan más agua, hasta los que presentan una mayor sequedad, como el bosque seco tropical, el desierto o los pastizales.
Aporte de la niñez
Como parte del trabajo con la comunidad local, alrededor de 200 estudiantes de los colegios Luis Madina y Santa Librada apoyaron con la creación de animales de arcilla que también fueron incluidos en el monumento, que ya se erige en la Zona Azul de la COP.
“El proceso es muy pedagógico, empezó con una conversación sobre los ecosistemas en Colombia, la fauna, la flora, y entonces les mostramos toda la lista de ecosistemas que íbamos a construir y ellos empezaron a pensar ‘hm, qué animal va en este ecosistema, yo qué tengo ganas de construir’. Tuvieron como diez días de inmersión en reflexiones sobre el medio ambiente, la necesidad de cuidar la biodiversidad, qué quiere decir un país biodiverso, entonces juntamos la parte educativa con la parte práctica de involucrar a la comunidad local”, explica Charlotte de Casabianca, manager del proyecto ‘Jenga de la Biodiversidad’.