La conservación de semillas nativas y criollas es una preocupación entre las comunidades indígenas y las autoridades del país, en un contexto de impactos graves al medio ambiente y deterioro de los ecosistemas. Más allá de la biodiversidad, las semillas nativas son garantías de la alimentación en los próximos años.
Es por ello que durante la COP16 en Cali fue destacado un modelo de preservación de semillas que podría replicarse en todo el país.
Se trata de un sistema que nació en Puracé, en el centro del Cauca, y funciona como un banco de semillas, pero con un sistema de trueque. El modelo permite que el banco entregue semillas a niños, fundaciones y comunidades, por ejemplo, quienes devuelven una cuota de nuevos ejemplares de semillas producidas a partir de las originales. Este intercambio circular fomenta la preservación de semillas nativas y el conocimiento ancestral asociado a ellas.
La iniciativa de la Red de Custodios de Semillas Nativas y Criollas fue presentada por el consultor del IDEAM para el Proyecto ENANDES y líder indígena Ricardo Alfredo Manzano, en el Banco de Occidente, de Cali.
El proyecto es apoyado por la Organización Mundial del Clima, Adaptation Fund y el IDEAM, que anunció al finalizar la conferencia que están dispuestos a replicar este mecanismo en más territorios de Colombia.
Ricardo Manzano destacó la relevancia de este proyecto para la humanidad, asegurando que la falta de conservación de estas semillas representaría una vía a la extinción de la biodiversidad y la vida humana como la conocemos. Además, explicó que la Red de Custodios es el resultado de un trabajo colaborativo con consumidores, instituciones y comunidades, en el que participan seis resguardos indígenas, cinco asociaciones campesinas, ocho juntas de Acción Comunal y nueve instituciones educativas. El proyecto también cuenta con el respaldo de la Gobernación del Cauca, la Cruz Roja Colombiana y otras alianzas locales.
La conferencia fue igualmente un escenario educativo en torno a la soberanía alimentaria y su evolución hacia la autonomía alimentaria, que implica no solo la capacidad de decidir qué consumir, sino también cómo y dónde cultivar los alimentos.
“Los países allá (en la Zona Azul de la COP16), van a hablar solo de soberanía y de seguridad alimentaria. No creo que hablen de autonomía alimentaria por allá, pero esperamos que estos espacios puedan llegar a más oídos y que también se pueda generar unas estrategias de trabajo para el tema de la autonomía alimentaria”, dijo el líder indígena.
La COP16, como uno de los escenarios más relevantes a nivel global para las conversaciones sobre biodiversidad, marca el contexto ideal para que iniciativas como la Red de Custodios de Semillas Nativas y Criollas cobren mayor visibilidad. Desde el IDEAM - Proyecto ENANDES, se espera que este sea el momento clave para que los actores nacionales e internacionales tomen conciencia llevada a hechos sobre la urgente necesidad de incluir la autonomía alimentaria como una prioridad en sus agendas.
Manzano expresó que la intención no es oponerse al progreso, sino a uno que no comprometa la biodiversidad y los sistemas naturales. “Este es un llamado para que podamos incidir ante los gobiernos del mundo, en que debe haber un respeto por los territorios indígenas, campesinos y afro, porque realmente en muchos de estos territorios es donde se conserva la biodiversidad, donde se conservan las formas de vida. Por eso no hablamos de recursos naturales sino de fuentes y espacios de vida”, aseguró.
El modelo, considerado un caso de éxito en la gestión sostenible de la biodiversidad, tiene el potencial de expandirse en todo el país, pues el IDEAM reafirmó su compromiso de apoyar esta iniciativa y dejó una invitación abierta a todas las instituciones que deseen sumarse en la financiación de este proyecto y así facilitar su implementación en nuevos territorios.