Un colibrí, un gallito de las rocas, un loro, un bichofué, una grulla, un papagayo, una pava real, un tucán, entre otras especies, cada una con un instrumento musical, o en el caso de la “diva ganza”, con su micrófono de los años 50, conforman una orquesta fantástica de “pajarombres y humanaves”, creados por el artista Diego Pombo y que estarán expuestos en el Teatro Salamandra (Cra. 36, No. 4A-31, barrio San Fernando) hasta el 30 de noviembre, en el horario de lunes a viernes, entre 2:30 y 5:30 p . m. Entrada libre.

Cinco de las pinturas de óleo sobre tela, que están en la exposición, fueron imágenes oficiales de las últimas versiones del Festival Ajazzgo, del que Pombo es fundador. Sin embargo, en la coyuntura de la COP16, decidió reunirlas con otras siete obras inéditas, para crear su propio aviario en el que, con aves humanizadas y sus instrumentos, dan cuenta de la biodiversidad y la cultura colombiana.

Desde la rama de un árbol en el parque, la tangara brinda conciertos de tuba. | Foto: Diego Pombo
¿Cómo nació la idea de pintar estas criaturas fantásticas?

Parte de los seres híbridos de la mitología antigua que fueron tan normales, como los grifos, que son una mezcla de águila con león, o el centauro, que era un hombre mezclado con caballo. Hay muchos ejemplos, inclusive los egipcios tienen dioses así, como Anubis que tiene cara de chacal y cuerpo de hombre, era el dios de la otra vida. Los híbridos han sido muy comunes en las antiguas civilizaciones, pero también en el movimiento surrealista, donde volvió a tomar mucha vigencia en la primera mitad del siglo XX, con Dalí y sobre todo, en mi caso, me influyó Max Ernst.

Max Ernst y Leonora Carrington, que era su mujer, fueron impresionantes, hicieron muchos de estos híbridos, entre animales y hombres y cosas. Leonora Carrington, quien es muy poco conocida, toda su obra escultórica que la pude ver en México, ella utilizaba hornos y objetos reciclados de metal, cosas muy grandes como máquinas y las fusionaba, les ponía cabeza, manos, las humanizaba.

La diva ganza fue la imagen oficial del Festival Ajazzgo 2024. | Foto: Diego Pombo
¿Es la primera vez que pinta seres híbridos?

Antes de estos “pajarombres y humanaves”, durante la pandemia, yo hice una serie de obras para un libro que se llama ‘Jardín psicotropical’, formado de imágenes que son seres vegetales, y el año pasado hice unos cuantos más por encargo de Samuel Torres, el músico de Nueva York, para lanzar su disco que llama ‘A dance for birds’ y los expuse en el Lincoln Center. De hecho, el libro tiene 40 obras y por cada una de ellas diferentes músicos, a los que yo mandé esas imágenes, compuso un tema musical, que se puede escuchar escaneando un código QR.

¿Algunas aves en particular lo han inspirado?

A mí todas las aves me maravillan y es una bendición que vivamos en medio del paraíso, Colombia es uno de los países mayor variedad de aves del mundo. Y he tratado de mostrar esa biodiversidad, pero mezclándola con elementos del mundo, como el colibrí que pinté, él tiene en las manos una kora, que es un instrumento africano, y es como una contradicción, porque en África no hay colibrís, son únicamente del continente americano.

Al comienzo yo pinté especies endémicas, que solo se dan acá, pero ya me he abierto un poco a lo universal, porque hay unas aves que me llaman mucho la atención, por ejemplo, esa secretaria blanca que parece un viejo y tiene una trompeta con sordina, se distingue porque tienes esas plumas negras largas que sobresalen en su cabeza y además es serpentaria, tiene unas patas largas, parecidas a un avestruz, con las que pisa a las serpientes y luego se alimenta de ellas.

¿Cuánto tiempo le llevó realizar estas obras?

No he cuantificado el tiempo, porque yo pinto varias a la vez, dos o tres, pero me demoró a veces, cuando las interrumpo por viajes o porque estoy enfermo, pero por lo general, me puedo tardar un mes o entre tres semanas con cada pieza, aunque a veces en un mes puedo hacer tres simultáneamente.

Me parece muy importante eso, porque antes trabajaba de a una y podía bloquearme, porque se vuelve aburrido, como una tarea, y yo entiendo el arte como un oficio que debe ser siempre un goce, tiene que tener el elemento del placer.

La grulla exhibe su gaita de San Jacinto, que toca en las ciénagas. | Foto: Diego Pombo

La exposición Pajarombres y Humanaves, Biodiversas y Anormales, estará abierta al público hasta el 30 de noviembre, se pueden organizar visitas guiadas comunicándose al Teatro Salamandra.