Los sábados por la mañana, en el centro de una cancha múltiple pintada de azul cielo, se reúnen 43 niños, entre las edades de 8 a 14 años, para entonar canciones de paz y esperanza, mientras los dirige el maestro Jadin Humberto Charria Chaguendo, que los acompaña tocando una pequeña organeta.

“Amanece una pastora, al amanecer, en los brazos de María, al amanecer. Y amanece, amanece, al amanecer, y al amanecer el día, al amanecer, y nosotros en la tierra, alabamos a María, al amanecer... “, se alcanza a escuchar desde la cancha que está en el coliseo de la escuela Quintín Lame, que está en un centro poblado, que está entre las 30 veredas que conforman el Resguardo Indígena de Tacueyó, que está en el municipio de Toribío, que está en el norte del Cauca, que está en Colombia, que está... en el mundo.

La Escuela de Música de Tacueyó tiene una pedagogía de minga, que no solo busca enseñar a tocar instrumentos y cantar, sino también a conservar las tradiciones y cuidar el territorio. | Foto: Sonidos para la Construcción de Paz / Presidencia de la República

Son las voces del Coro Infantil de Tacueyó, que serán escuchadas junto a la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia en el concierto Pazcífico Sinfónico, programado para el próximo domingo, 20 de octubre, en la inauguración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad COP16, que se realizará en Cali.

El concierto inaugural de la COP16 tendrá como público a miles de personas: las delegaciones de 196 países, miembros del Gobierno Nacional, entre ellos presidentes, medios de comunicación internacionales, así como mandatarios locales y regionales, junto a sus funcionarios. No estará abierto al público general, puesto que se realizará en la Zona Azul de la COP16, pero se transmitirá por televisión.

Para los artistas experimentados que se presentarán, sin duda, es la mejor oportunidad de mostrar su talento a una gran audiencia, para los niños y niñas del Coro Infantil de Tacueyó su participación tiene otro sentido más sencillo y poderoso.

Juliana tiene 8 años, toca la flauta traversa y hace dos años está en el coro: “La música a mí me expresa mis emociones”, dice con timidez.

La COP16, afirma ayudada por su madre, “es donde se va a hablar de la problemática del planeta y allá vamos a mostrar con canciones cómo la cuidamos en nuestro territorio”.

Samuel tiene 9 años y sus géneros favoritos son la música tropical y el rock: “Estoy feliz y un poco nervioso, porque vamos a representar nuestro territorio”.

Por su parte, Marlon Caleb, un adolescente de 14 años y clarinetista, cuenta que se unió al coro, “porque me gusta también cantar”. Y agrega: “Tengo mucha felicidad por poder cantar allá con mis compañeros y representar a nuestro territorio y a Colombia”.

La palabra “territorio” es fundamental en su vocabulario, para ellos la música no es un entretenimiento, tiene una función relacionada con la celebración de su cultura y conservación de las tradiciones, entre ellas, la de proteger la naturaleza que los rodea.

El Cabildo Indígena de Tacueyó se esfuerza por ‘blindar’ a los niños y niñas del conflicto, creando espacios de arte como la Escuela de Música. | Foto: Sonidos para la Construcción de Paz / Presidencia de la República

Todos hacen parte de la Escuela de Música del Resguardo Indígena de Tacueyó, programa creado hace 16 años en esta población y que está articulado con la Institución Educativa Agropecuaria Quintín Lame, ubicada en el centro urbano. En la actualidad, 530 niños y niñas de todas las veredas reciben formación musical allí, teniendo la oportunidad de vincularse a grupos de chirimías, la Pre-banda, la Banda Sinfónica y el Coro Infantil.

Jadin Humberto Charria Chaguendo tiene 43 años, es licenciado en música de la Universidad del Valle y magíster en dirección de orquesta de la Universidad del Cauca. Reside en el municipio de Miranda, pero hace 14 años aceptó una vacante para profesor de música en Tacueyó y, desde entonces, viaja tres veces por semana al resguardo para dictar sus clases. Además, asumió la dirección del Coro Infantil, creado hace dos años.

“Cuando estaba haciendo el pregrado en Univalle, un amigo que enseñaba allá me dijo que iba a dejar el trabajo, porque tenía otra propuesta más conveniente para él, y entonces me propuso a mí para reemplazarlo”, recuerda el maestro Jadin.

De modo que “yo acepté”, confirma dubitativo y agrega: “Cuando fui me encontré con un resguardo bellísimo, gente muy querida, con unos niños talentosos y un potencial enorme, aunque con una situación de orden público muy compleja que, en ese momento, no dimensioné por completo, puesto que estaba muy entusiasmado. Pero, con el pasar del tiempo, en vez de desanimarme, me enamoré más del territorio y su gente, su cosmovisión y todo ese legado ancestral que poseen. Ese es el motivo para seguir trabajando allí por tanto tiempo y mi propósito de aportar a través de la música en la construcción de tejidos sociales”.

Hace unos tres meses, el maestro Jadin recibió una llamada. Era un número desconocido que insistió suficiente, tanto como para que contestara. Se trataba de un representante de la Presidencia de la República, que tenía una invitación para el Coro Infantil: querían que participaran en la inauguración de la COP16, en un gran concierto junto a la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia. Y que, como solicitud especial, un grupo coral de apenas cinco niños, junto a una orquesta de cámara, fueran los encargados de brindar un concierto privado a los presidentes que asistirán a la reunión plenaria de la COP16.

Después de confirmar que era una invitación oficial, el maestro se comprometió a hacerle llegar la propuesta al Cabildo Indígena de Tacueyó, que es la máxima autoridad social y política de la comunidad.

Al día siguiente, “convoqué a los gobernantes y administradores del territorio, ante quienes expuse esta oportunidad de que nuestros niños participarán en la COP16. Debo decir que felizmente, por unanimidad, todos aceptaron la invitación y se comprometieron a brindar todo el apoyo posible. Por fortuna el Cabildo es una organización que tiene una visión muy grande de lo que está pasando y saben que no solamente los niños van a cantar, sino que están proyectando una imagen poderosa del territorio”.

“Ha sido una bendición tener este proceso musical en el resguardo, porque es una manera de ‘blindar’ a los niños, alejándolos del conflicto armado”, afirma una madre de los niños del Coro Infantil. | Foto: Sonidos para la Construcción de Paz / Presidencia de la República

De hecho, la Presidencia de la República ya venía apoyando la Escuela de Música de Tacueyó, a través del Programa Sonidos para la Construcción de Paz. Así fue como lograron ampliar la cobertura y, en dos años, pasaron de tener 140, que era lo máximo, a 530 estudiantes.

“No vinieron a imponer modelos musicales de afuera, sino a aportarle a lo que ya teníamos. Nos ha beneficiado muchísimo, porque nos ayuda a atender a muchos niños en un territorio que ha sido históricamente golpeado por el conflicto armado y que con la música estamos convencidos de que vamos a generar espacios catalizadores de paz”, comenta el director del Coro Infantil.

En 16 años, no son pocos los logros de la Escuela de Música de Tacueyó: cientos de niños y niñas encuentran allí un refugio, la alternativa pacífica y creativa, que no solo los alejó del conflicto, sino que muchos de ellos escogieron la carrera musical y hoy destacan a nivel nacional, dejando en alto a su territorio. La Escuela de Música también es una estrategia de preservación cultural, en la que adelantan investigación folclórica, un proceso que ya cuenta con un libro publicado, en el que se conservan 30 canciones de esta comunidad, que a su vez se transmiten a los estudiantes.

Los niños del coro y su maestro vienen ensayando con más frecuencia en los últimos días, aun entre semana, perfeccionando el repertorio de siete piezas musicales del Cauca y el Pacífico, dos de ellas que cantarán en lengua nasa, para realizar el ensamble con la Orquesta Sinfónica Nacional y un grupo de música afrocolombiana. Por el momento, trabajan guiándose con las partituras y tuvieron apoyo de profesores de algunos profesores del Coro Nacional y la profesora Claudia Vélez, que viajaron hasta el resguardo. Esta semana, días antes del concierto, el Coro Infantil de Tacueyó con sus voces de esperanza llegará a Cali, donde podrán ensayar el acople final con todos los músicos.

“Estoy convencido de que la música no es un fin, la música es un medio para mejorar las condiciones de tantos niños en Colombia. Es una manera de expresar todo lo que sienten y sanar el dolor que están obligados a cargar por todo este complejo conflicto armado en el territorio donde viven. El mundo podrá comprobarlo en el concierto de la COP16 y esperamos que así nos apoyen aún más para brindar esta oportunidad a más niños con nuestra Escuela de Música”, concluye el maestro.

Repertorio del Concierto Pazcífico Sinfónico

Será a las 7:00 p. m. en el Centro de Eventos Valle del Pacífico, zona azul, de la COP16. Participarán la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, el Coro Infantil de Tacueyó y músicos del Pacífico invitados.

El Coro Infantil del Resguardo Indígena de Tacueyó tendrá una participación destacada en la inauguración de la COP16. | Foto: Sonidos para la Construcción de Paz / Presidencia de la República

Canciones con el Coro Infantil de Tacueyó:

  • La vamo’a tumbar.
  • Amanece.
  • A la memoria de Justino.
  • Kilele.
  • San Antonio.
  • Mewey ku (La danza del gallinazo).
  • Klaac ya pa (La vaca te va a embestir).