El asomo de un nubarrón causa preocupación a los residentes de barrios enteros en Cali. El temor es real. Dicen que solo un rocío de agua que caiga sobre las cuerdas de electricidad basta para que la penumbra reine en sus casas y calles durante horas o, incluso, días.

Al menos eso comenta Lorena Valdez, habitante del barrio Eucarístico, quien asegura que en las últimas dos semanas ha estado a oscuras por más de un día, si suma las horas que, en diferentes jornadas, se ha ido la energía en su vivienda.

“No se necesita un gran aguacero para que la energía falte. Hace una semana lloviznó cinco minutos y la luz se fue seis horas. Dos días más tarde nos levantamos sin luz, no se escuchó que estallara un transformador ni nada, tampoco estaba lloviendo, solo se fue la energía de un momento a otro”, afirma esta mujer, quien dice que las fallas eléctricas en ese sector de la Comuna 19 han sido constantes en los últimos diez años.

Jeannette Rodríguez, presidenta de la JAC de Mayapán - Las Vegas, cuenta que si bien desde hace once años que reside en el sector se han dado cortes frecuentes de energía, solo este año se empezaron a vivir largas suspensiones del servicio. “La semana pasada la energía se fue desde las 4:00 p.m. del jueves y volvió el viernes a las 10:00 a.m. Antes solo se iba por tres o cuatro horas, pero en el último mes hemos estado sin luz durante treinta horas”, asegura la líder barrial.

Más arriba, en Los Cristales, a los residentes de varios edificios los tiene en vilo la falta de energía durante largos periodos de tiempo, pues dicen que las plantas eléctricas ya no dan abasto para surtir de electricidad las zonas sociales o los ascensores. “En el edificio nos tocó poner una cuota extraordinaria para el mantenimiento permanente de la planta y el suministro de combustible, porque en las últimas semanas casi que vivimos a punta de planta. Lo peor es que a fin de mes, seguramente, la factura va a llegar por el mismo valor que pagamos teniendo luz normal”, dice Walter Guzmán, residente del sector.

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Los residentes de zonas como Petecuy 2 esta semana completaron dos días sin energía después de la tempestad del pasado 2 de abril, con la que salieron del servicio 25 circuitos de distribución, es decir, que cerca de 125 barrios se quedaron a oscuras en más de doce comunas.

“En las noches la gente no salió de las casas porque las calles estaban completamente oscuras; a mi familia le tocó ir hasta Floralia a cargar los celulares para no quedarnos incomunicados; menos mal no teníamos en la nevera alimentos que se dañaran. Las panaderías y carnicerías del barrio estuvieron cerradas porque no tenían cómo trabajar”, cuenta Lady Palta, residente del sector.

Pero el desespero de los clientes de Emcali por la falta de continuidad en el servicio trasciende los barrios de Cali. Leonardo Pérez, residente de Dapa, en Yumbo, comenta que en ese sector la energía suele ausentarse de una a dos veces por semana, entre cuatro y seis horas por corte. De hecho, en los últimos dos años la comunidad tiene registro de 80 interrupciones, y solo la semana pasada la penumbra reinó en diversas zonas durante tres días. Esto ha generado que quienes laboran desde casa, como Pérez, trasladen su sitio de trabajo hasta Cali, pues los cortes de energía traen consigo la ausencia de internet.

“Aquí la infraestructura es antigua, los reconectadores son pocos y la protección para las redes es precaria, también hay deficiencias en el mantenimiento porque si hay algo que abunda en Dapa son los árboles y no se les hacen cortes para evitar las suspensiones. La energía es un servicio público que debe estar garantizado, pero vemos que Dapa no es una prioridad para Emcali”, asegura este usuario, quien señala que la comunidad radicará un derecho de petición demandando mayor atención y mantenimiento en este corregimiento de Yumbo.

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Una infraestructura decadente

Para Óscar Zúñiga, vocal de control, las fallas se convirtieron en un problema crónico porque falta mantenimiento en las redes y ramas de los árboles que rozan los cables que, con el contacto, generan cortes en barrios enteros.

“Otro factor que está incidiendo es la sobrecarga de los circuitos, porque hay zonas que se están redensificando y donde había una casa de un piso con una familia hoy hay un edificio con más de cincuenta personas que se conectan de la misma infraestructura de hace cincuenta años. Eso satura los circuitos y con cualquier cosa los suscriptores salen de línea. Si no se actualiza la red a las necesidades de la ciudad, van a seguir las fallas”, comenta Zúñiga.

El Vocal de control señala que las interrupciones continuas y prolongadas en el servicio son “inauditas” para una empresa que quiere ser competitiva.

“En Morichal de Comfandi y una parte de Ciudad Córdoba hay 4700 suscriptores de Enertotal; en la zona industrial, Dicel le ha quitado una buena cantidad de consumidores a Emcali; Epsa ya tiene suscriptores en el Oeste; Varta también tiene presencia aquí. Si Emcali no le presta atención a este problema de los cortes, cuando menos nos demos cuenta solo va a quedar como dueña de las redes pero no va a poder comercializar energía porque la van a rebasar en usuarios”, advierte.

De acuerdo con el más reciente informe de la Superintendencia de Servicios Públicos sobre la prestación de energía por parte de Emcali, el 60 % de los transformadores de potencia que hay en las 21 subestaciones que tiene la empresa y que distribuyen la energía entre los clientes cuentan con edades de operación superiores a 25 años. Solo el 5 % de estos equipos lleva operando menos de diez años.

“La salida de uno o varios de estos activos podría poner en riesgo la confiabilidad del sistema, al afectar dos de las principales subestaciones del centro de la ciudad de Cali, como son la subestación Centro y la subestación Sur. Contexto que se repite en las celdas de los interruptores de potencia de algunas de las subestaciones, donde cerca del 51 % de dichos activos tienen tiempos de operación superiores a 25 años”, reza el documento.

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La Superservicios también hace hincapié en la necesidad de reforzar la capacidad de transporte de la energía para atender la demanda de la ciudad y garantizar que no se registren cortes, por lo que sugirió elevar la tensión del sistema de distribución de 34.500 a 115.000 voltios.

Sin embargo, en cuanto a la calidad del servicio el ente de control señala que los índices que reporta Emcali de discontinuidad en energía son menores a los trazados por la normatividad e, incluso, de la media nacional. Esto se traduce a que durante el 2017 se presentaron 25,6 interrupciones en el suministro de energía a los usuarios de Cali, Yumbo y Puerto Tejada, mientras que en Colombia durante ese año la energía se suspendió, en promedio, 51,3 veces.

Entre tanto, en el 2017, los 661.000 clientes de energía de Emcali se quedaron sin servicio durante 22,8 horas, un tiempo menor que el que estuvieron a oscuras los clientes de empresas como Electricaribe (112,8 horas), Cedenar (96,6 horas), Electrocaquetá (63,3 horas) o Enertolima (55,7 horas). En Colombia el promedio de horas que quedaron los clientes a oscuras fue de 39,5 horas.

Entre tanto, el jefe de distribución de Energía de Emcali, Fernando Contreras, señala que para evitar que todo un circuito (que agrupa cinco barrios y cerca de 5000 clientes, en promedio) salga de operación con las lluvias se está invirtiendo en la automatización de redes eléctricas con equipos inteligentes para que, cuando haya una falla, seleccionen zonas para suspender el servicio y no barrios enteros, como ocurre en la actualidad.

El funcionario indica que dentro del plan de inversiones de la compañía se tienen destinados $80.000 millones para aislar las redes eléctricas con cable ecológico, una especie de recubrimiento que impide que el roce con los árboles genere cortes en el servicio. “Ya hemos cambiado el cable semiaislado sobre la Calle 16 entre carreras 80 y 100, sobre la Calle 13 entre carreras 66 y 70, en la Comuna 22; ahora estamos en el Kilómetro 18 y sobre la vía a Dapa”, afirma.

Contreras también señala que el hecho de que el cableado esté expuesto de forma aérea hace que la vulnerabilidad a las interrupciones sea mucho mayor que si las redes fueran subterráneas, pero el alto costo de esta infraestructura -el cable desnudo y por aire vale $7000, pero el cable aislado puede costar $70.000 más las obras de canalización- hace que, por ahora, esta no sea una opción en Cali.

155
circuitos tiene el sistema de distribución.
18.000
transformadores de distribución tiene Emcali.

Plan de expansión y repotenciación de redes, ¿solución a los cortes?

Para neutralizar los apagones que se dan cada que un chubasco cae sobre Cali, Puerto Tejada y Yumbo y, de igual forma, cubrir la demanda de energía que se generará en los próximos años en el área de expansión del Sur, Emcali iniciará un plan de expansión y repotenciación de las redes eléctricas. El programa, en total, se extenderá hasta el 2024 y contempla una inversión de $197.000 millones.

En la primera fase del proyecto, que inició en el 2016 y deberá terminar este año, se aumentará la potencia de la red eléctrica de 34.500 a 115.000 voltios. Este cambio de tensión iniciará en mayo de este año y, según explica el jefe de distribución de Emcali, Fernando Contreras, procurará disminuir las pérdidas de energía, y al mismo tiempo, generar mayor calidad y continuidad del servicio para los usuarios actuales y nuevos.

Dicha repotenciación se complementa con inversiones para modernizar las subestaciones Juanchito, Diésel II, Sur y Meléndez. Asimismo, está considerada la ampliación de la capacidad de la subestación Menga, en el norte de Cali, y la construcción de la subestación Ladera, que servirá para abastecer y mejorar la distribución de energía en las comunas 18, 19 y 20, al suroccidente de Cali.

Para el periodo del 2020 al 2024, Emcali modernizará el resto de la infraestructura de energía, ampliando la capacidad de transformación del fluido en las subestaciones Arroyohondo y Campiña. Asimismo, para atender los nuevos proyectos de renovación urbana, y de la zona rural de Cali, construirá las subestaciones Centro y Saladito.

¿Cómo llega la energía?

La energía que llega a los clientes de Emcali proviene de las centrales generadoras como Alto Anchicayá, Salvajina, Betania y demás hidroeléctricas del país. La corriente generada en estos sitios llega hasta la zona urbana conducida a través de torres de transmisión, esas estructuras metálicas que están a los costados de las vías.

Cuando la corriente llega a Cali, el voltaje debe pasar por transformadores que se encargan de reducir su potencia (de 500 kilovoltios a 230 kilovoltios y, posteriormente, a 115 kilovoltios), para que sea apta para consumir. Este proceso ocurre en las 22 subestaciones que tiene Emcali. Desde allí se distribuye el fluido eléctrico hasta las casas, a través de 155 circuitos.

Puerto Tejada tampoco se salva

Según la Superservicios, el municipio de Puerto Tejada es otra punto donde el servicio de energía, que es prestado por Emcali, registra mayor afectación.

En este municipio del Cauca, donde hay 5822 usuarios de las Empresas Municipales de Cali, Emcali, la energía se ausentó de los hogares, negocios y oficinas 54,7 veces en el 2017.

De acuerdo con el análisis realizado por el ente de control, los cortes del servicio de energía sumaron un total de 23,8 horas en esta zona del norte del departamento del Cauca, durante el 2017.